Es normal que existan actitudes celosas de niños. Si bien, ante la llegada de un nuevo miembro a la familia, además de sentimientos de emoción, nerviosismo y alegría, suele aparecer una ligera preocupación por la reacción del hermano. Los padres tienen miedo de cómo va a encajar el nacimiento y, sobre todo, cómo van a poder ayudarle.
Los celos son un sentimiento normal que surge por la necesidad de competir por el cariño de los progenitores.Un nuevo hermano supone, para el mayor, un gran cambio que le provoca inseguridad. No tiene claro que sus padres le vayan a seguir queriendo, pues cree que le van a sustituir por el bebé: le ve como a un rival.
Competirá en todo momento por su afecto y atención, ya que antes estaba solo y todos los cuidados eran para él. Se mostrará voluble y muy irascible, pidiendo de esta forma ayuda e intentando acostumbrarse a este gran cambio
Cómo prevenir los celos antes del nacimiento
Desde el momento en que los padres conocen la llegada del nuevo bebé, es conveniente que hablen con su hijo. Hay que decírselo pronto, pues se va enterar igualmente, ya que los familiares preguntarán, y en poco tiempo se va a notar la tripa de la madre.A la hora de contarle todo, hay que hablarle con normalidad, y explicarle que todavía falta bastante hasta que nazca, no haciendo demasiado hincapié en lo mucho que van a poder jugar juntos, pues pasarán, por lo menos, dieciocho meses hasta que esto suceda y, por lo tanto, el niño puede sentirse engañado. Si hay que realizar cambios y avances en su autonomía, como por ejemplo cambiarle de la cuna a la cama, quitarle el pañal o dejar de cogerle en brazos, no se debe esperar al último trimestre del embarazo, sino ir paulatinamente, diciéndole que es por lo mayor que se ha hecho, sin nombrarle a su hermano, pues sentirá que el bebé le usurpa todas sus cosas y por su culpa él debe hacerse mayor.
También es recomendable hablar con la familia y los amigos sobre la llegada del hermano. No conviene que, antes de nacer el bebé, se lleve toda la atención y se lo recuerden cuando le vean. El niño ya sabe que va a tener un hermano, por ello el tema debe tratarse con la mayor normalidad posible, sin agobiarle y sin escondérselo. Siempre habrá elogios y palabras de amor para el mayor cuando se hable del bebé.
Pautas de actuación tras la llegada del bebé
Lo recomendable es tratar la situación de un modo natural y tranquilo. No hay que olvidar que los niños notan nuestra inseguridad y les transmitimos los nervios y la ansiedad. Durante la hospitalización de la madre, es bueno que, si un familiar se encarga de estar con el hermano mayor, lo haga en la casa de los padres, para que el niño no note demasiado el cambio y, si es posible, que el padre pase la noche con él. Una vez lleguen mamá y el bebé a casa, hay que mostrarle todo nuestro amor al niño, que compruebe que no le hemos sustituido.Para evitar que los celos se desencadenen cuando se atiende al bebé, debemos hacerle partícipe de estas tareas, contándole que, por ejemplo, le vamos a dar de mamar porque es muy pequeño y no sabe comer solo, pidiéndole que nos sujete el babero mientras tanto.Así no se sentirá abandonado en estos momentos y podrá compartir tiempo con él. No hay que regañarle si se acerca, le despierta o le toca de un modo brusco, pues notará que protegemos al pequeño y creerá que todo lo hace mal.
De manera suave, le diremos cómo debe hacerlo para que le guste más, usando cualquier reacción del bebé para decirle cuánto le gusta que su hermano mayor esté junto a él. Si aún así el niño tiene rabietas y mal carácter, es importante comprender por lo que está pasando. Con paciencia y amor lo superará. Los celos entre hermanos provocan gran preocupación, pero hay que comprender que es una reacción normal ante un cambio para los hijos. Durante los primeros meses, si nos esforzamos en hacerles ver que les seguimos queriendo, que no les hemos suplantado, que no deben tener miedo, conseguiremos que se adapten a la nueva situación, aceptando y queriendo a su hermano.