Hola, soy yo. Hace tiempo que no me paso por el blog, por muchas escusas: trabajo, vagancia pura, hivernación, o por pura desgana de las redes sociales.
El panorama maternal/educativo se está poniendo feo feo con el tema del acoso escolar y la de casos que se dan últimamente y luego con la huelga de los deberes.
Lo del acoso… en otro artículo me puse un pelín radical alertando sobre el victimismo generado al dejarse llevar por los medios de comunicación y sufrir una paranoia en cuanto a este tema viendo acoso donde no lo hay.
Debo aclarar que obviamente no apoyo el acoso escolar (hay que estar mal de la cabeza) y no lo justifico en absoluto.
En cuanto a los deberes…
Me siento en medio de ambas posturas: soy madre y maestra aunque no ejerza.
Entiendo que los niños necesitan su tiempo para jugar pero también entiendo la necesidad para su futuro de crearse un hábito de estudio.
Y a su vez entiendo que hay otros modos de aprender que van más allá del aula y de las fichas, los problemas, las sumas y las restas.
Lo que no llego a entender es esta guerra entre maestros y profesores que se está generando y que os voy a resumir con los argumentos más utilizados de cada postura:
– maestros: “nos están desautorizando”
– p/madres: “en mi casa mando yo”
Es cierto que para justificarle a los niños la huelga de deberes hay que decirles “no los hagas aunque lo diga la profe” igual sin utilizar esta misma frase, pero el mensaje que van a recibir es ese.
Punto para los profes y su argumento (Que nooooo que hay que evitar el enfrentamiento)
Por su lado los padres/madres tienen razón, en casa la gestión del tiempo con sus hijos depende de ellos.
Pero eh, tiempo de calidad, aprendiendo juntos si es posible o en extraescolares ¿por qué no?
Total, con tu horario laboral igual no puedes dedicarles el tiempo que desearías. Peroooo… si tienen deberes pues esa hora o dos horas que podríais disfrutar juntos las tienen que dedicar a hacerlos.
Bueno espera, eso si tiene muchos deberes. Es importante el muchos.
Muchos deberes
Porque el argumento que más me patea las tripas es el de “yo tenía deberes y no he salido tan mal” enunciado en sus diferentes variantes “yo tenía…y no me traumaticé…” y ya cuando veo estos argumentos con faltas de ortografía casi me dan ganas de secundar la huelga, porque leer yo hacia deberes y no e salio tan mal pues mira.
Luego hay quien argumenta que en breve habrá una huelga para quitar los exámenes y mira, yo veo aquí un profeta porque realmente está ya bastante demostrado que la educación no puede seguir basándose en pruebas de usar y tirar conocimientos.
La generación que viene no sabrá memorizar porque el conocimiento está a su alcance tan solo con tocar una pantalla, ya hay memorias externas que almacenan conocimientos por ellos. No van a necesitar memorizar, es cuestión de evolución.
Y no quiero decir que vayan a ser medio tontos, adquirirán conocimientos por puro placer de aprender y adquirir datos nuevos, pero no por obligación para soltarlo en una prueba y después que caiga en el olvido por no ser datos prácticos.
Ántes no es ahora
“Ántes” es algo que todo el mundo parece recordar de color de rosa, todo el mundo sobrevalora el antes. Los deberes antes también eran una put*d*, los hacíamos y nos íbamos a la calle.
Y los hacíamos sin protestar porque si no, a algunos nos partían la cara, agradezco que ahora esto ya no se haga porque yo sí lo recuerdo y dolía sólo pensarlo.
Igual a tí no te partían la cara, pero seguro que tus padres se sentían defraudados y te lo hacían saber.
Eso dolía más que un guantazo o un zapatillazo o cualquier castigo. Es que ántes hacíamos muchas cosas para satisfacción de los adultos, confiésalo.
Ahora pocos niños tienen la suerte de poder irse a jugar a la calle y dejar a su madre en su casa mirando la hora para llegado el momento pegar una voz para cenar.
Ahora pocas madres tienen la suerte de estar en casa desde que salen sus hijos del colegio hasta por la noche.
Ántes en algunos casos también trabajaban ambos padres y era más triste todavía el estar en la calle todo el día porque tu casa estaba vacía.
O ántes tu casa podía estar llena de gente y que por ser un niño nadie te hiciera ni puñetero caso porque los niños ántes no eran como los adultos y no podían entender las cosas de adultos como la muerte de otros seres, la llegada de un hermano, la política, el terrorismo, el acoso escolar… ántes ni nos enterábamos de estas cosas.
Bien por estar en la calle o bien porque las respuestas a nuestras preguntas sencillamente eran evadidas con un eso son cosas de mayores
Ahora es ahora y no es ántes y no volverá a ser ántes sino en el futuro.
Igual que los niños de ahora no son los de ántes y tienen mucha información y conocimientos que nosotros no teníamos, al igual que carecen algunos de responsabilidad consigo mismos y con los demás como nosotros teníamos.
Entonces no podemos ahora seguir haciendo las cosas como antes.
El Cambio
Si se está pidiendo un cambio por algo será, por algo que va más allá de si eres buen o mal maestro o buen o mal padre o madre.
Eso son misiles que se están lanzando de un lado a otro de modo absurdo e infantil.
Hay maestros muy implicados con sus alumnos y familias muy implicadas con el tiempo libre de sus hijos.
Y eso es bueno, ambas posturas son buenas.
Sólo hay que encontrar la fórmula y creo que va por aquí:
horario laboral paterno/materno paralelo al escolar
+ tareas de refuerzo en función del nivel escolar del niño durante 30 min
+ tiempo de ocio de calidad que permita aprendizajes extracurriculares
+más plazas para maestros para que puedan repartir la carga laboral y cumplir con las planificaciones sin tener que mandar tanta tarea para casa.
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=Niños felices y responsables
Así que hay que dejarse de batallas y peleas de y tú más, por que el y tú más siempre acaba en llanto, las madres lo sabemos bien y los/las profes también.
Hay que luchar por que el sistema cambie y estar dispuesto para ese cambio, hay que dejarlo fluir.
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