Lo que está claro es que los programas, si es que se puede llamar de esa forma, llevados a cabo por cada Comunidad Autónoma, es más que insuficiente. En España, uno de cada diez estudiantes admiten que han sido víctimas del acoso escolar. Y todavía quedan los que no lo han admitido por miedo a que sus días vayan a peor. El gobierno, en vez de centrarse en crear métodos eficientes contra este tipo de situaciones, únicamente abrirá líneas de teléfono gratuitas para su denuncia. Hay que tener narices.
Tampoco es extraño, buscar noticias sobre educación y leer todos los avances de países europeos que sí se toma en serio a sus alumnos y lo que les pueda pasar. Como todos podremos saber Finlandia, es un país que desde hace tiempo ha sido pionero en temas relacionados con la educación. Cada poco tiempo, salen artículos sobre sus metodologías innovadoras, sobre sus opiniones de la escolarización, sobre el alta estima que tienen allí a sus maestros, docentes y pedagogos.
Y por supuesto, sobre los métodos que crean para situaciones límites, como es el acoso escolar. Uno de ellos, es el programa Kiva, (Kiusasmista Vaastan, que significa “chulo” o “guay”. 2007), que actualmente lo aplican decenas de países, entre ellos Holanda, Suecia, Reino Unido, Estados Unidos, Bélgica, Francia… y que han podido comprobar que el índice de violencia en sus aulas ha ido disminuyendo considerablemente, teniendo el programa finlandés un éxito arrollador en los centros educativos.
¿Cuáles son los objetivos de Kiva?
Uno de los objetivos de Kiva, es ofrecer información detallada a los centros educativos que se acogen al programa, documentación muy necesaria sobre acoso escolar y cómo evitarlo. Además, durante el tiempo que se aplique el método, cada colegio cuenta con un equipo de docentes expertos para denunciar casos de violencia en las clases y solucionar el conflicto de manera eficaz. Aunque son todos los maestros de la escuela los que están atentos a determinadas situaciones problemáticas en el entorno. Se podría decir, que este objetivo es a nivel general de escuela.
Por otra parte, pretende conseguir que aquellos alumnos que no hacían nada cuando veían un caso de acoso escolar en su clase o animaban a los acosadores, lo denuncien, que sean conscientes de que un compañero está haciendo algo mal y que eso no debería ser así. De este modo, el programa intentará crear nuevas amistades y puntos de apoyo entre los compañeros que alguna vez han sido víctimas de algún tipo de humillación o agresión. Estaríamos hablando de un objetivo de clase o de aula.
Y en referencia a un nivel más personal, Kiva, propone abordar casos de acoso escolar grave con soluciones eficaces elaboradas por los profesores y personal educativo del centro. Después de que se hayan hablando de las medidas a tomar con el alumno o alumnos concretos, éstas se pondrán en práctica y a través de un seguimiento habitual y reuniones con el acosador, se podrá comprobar si de verdad ha cambiado.
¿Cuáles son los elementos de Kiva?
Para empezar, especialistas en situaciones de acoso escolar imparten charlas a los docentes y maestros de cada curso, formándolos y guiándolos en la lucha contra la violencia, en la resolución de conflictos y en cómo comunicarse con las víctimas y el acosador. Les proporcionan documentación, vídeos, libros, textos para que ellos estudien, lo comprendan y lo pongan en práctica en sus aulas. Posiblemente, eso se debería hacer en España. La mayoría de profesores cuando ven un caso de maltrato en sus clases, por encima de todo, quieren detenerlo.
Pero, ¿y si no saben cómo? Muy pocas instituciones educativas imparten cursos para saber cómo actuar en casos de acoso. Y en la carrera de Magisterio, tampoco las asignaturas enseñan nada. Así que, ¿cómo lo van a detener si no saben las medidas que tienen que tomar? En Finlandia, una vez informado el personal docente, éstos hacen reuniones con los padres para informarles y para qué pregunten las dudas que les puedan ir surgiendo.
¿Cómo se lleva a cabo el programa en las aulas?
Los alumnos reciben clases a los 7, 10 y 13, compuestas por temas para reconocer situaciones de acoso escolar en las aulas, para mejorar la convivencia escolar y por trabajos que se realizarán durante todo el año escolar sobre la empatía, tolerancia, el respeto, inteligencia emocional… Se habla de cómo trabajar en grupo, de la importancia del compañerismo y del bienestar en las aulas, y se llevan a cabo prácticas en equipo para fortalecer esos vínculos. También, los estudiantes, podrán acceder al videojuego del programa donde entrarán a un entorno educativo virtual. Una vez allí, tendrán que detectar situaciones de violencia y tomar medidas sobre el acoso, según las acciones que vayan eligiendo, recibirán comentarios de maestros y docentes.
¿Qué mejoras se pueden apreciar en los centros?
Gracias a Kiva se ha conseguido un entorno educativo sin ningún tipo de acoso (o si lo hay, que se adopten medidas eficaces para tratarlo), favorece la autoestima de todos los alumnos ya que la mayoría de ellos se sienten tranquilos y seguros sabiendo que los docentes les escuchan y saben cómo actuar en concretas situaciones. Al ser partícipes del bienestar y de un clima acogedor en el centro, los alumnos están mucho más motivados en el proceso de aprendizaje y mejora la comunicación y relación entre los propios compañeros y profesores. Por no hablar de que se evitan muchos casos de depresión, ansiedad, estrés, miedos, problemas alimenticios, de sueño, y se superan las dificultades de expresión de sentimientos y emociones. Y por supuesto, como es obvio, no habría ningún fallecimiento de alumnos por ser víctimas del acoso escolar.
¿Por qué Kiva no se aplica en España?
Pues es una buena pregunta a la que no tenga una respuesta concreta. Primero, se tendría que formar a docentes y profesores en prevención de acoso escolar y proporcionarles pautas para ser eficaces en situaciones violentas, cosa que en la actualidad pocos centros hacen. Si los profesionales de la educación, no tienen claro lo que tienen que hacer en un situación de violencia escolar, poco hay que hacer. Tendría que darse charlas educativos en las escuelas, reuniones con los padres y proporcionarles toda clase de documentación. Si no se ha hecho ya, supongo que ha sido porque no hay suficiente dinero en los centros para pagar esas charlas y talleres.
La otra respuesta que se me ha venido a la cabeza, es que simplemente tanto a las escuelas, como al gobierno les importa más bien poco que se den o no casos de acoso escolar en colegios o institutos. Que no tienen ningún tipo de interés en formar a los docentes ni al personal de los centros, y que lo único que van a hacer es aplicar medidas inútiles, absurdas e insuficientes. Señores y señoras de las altas esferas, abrir líneas telefónicas para denunciar el acoso escolar, no va a evitar que jóvenes se quiten la vida por haber sido víctimas y no ser escuchadas. Ahí lo dejo.
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