Para saber más fui a hablar con mi vecino, y me explicó que después de que sus compañeros le eligieran por votación, tuvo que asistir a dos reuniones por la tarde en el centro en las que el psicólogo del instituto les informaba sobre las pautas a seguir si eran conscientes de un conflicto entre los demás alumnos. Cuánto más le escuchaba, más buena idea me parecía todo. ¿Un plan en el que los alumnos sean los que resuelvan sus propios problemas sin llegar a castigos extremos y expulsiones? Me encanta.
Los centros educativos cuentan con una gran cantidad de alumnos y es imposible que los profesores estén pendientes de todos ellos y que se den cuenta de todas las situaciones peligrosas que puedan ocurrir. Implicar a estudiantes concretos para que les ayuden en esa labor tan importante es genial. De esta manera, también los mediadores sienten que son protagonistas en algo, y que están tratando de evitar posibles situaciones de acoso escolar.
Ni vagos ni insensibles. Hay jóvenes increíblemente comprometidos por mejorar el entorno y la relación entre compañeros y profesores
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Los mediadores escolares, no solo están para evitar casos de violencia o acoso escolar. También pueden actuar con compañeros que no se han adaptado totalmente al centro, que se les note inseguros y poco comunicativos, o aquellos que se encuentran solos día tras día. Les ayudan con la integración y se interesan por ellos intentando de esta manera crear un vínculo de cercanía. Está claro, que no se trata de que cada mediador tenga cien ojos, pero estoy segura de que al pasar tantísimo tiempo juntos al día, cualquier situación rara, llama mucho la atención y no pasa desapercibida.
La mayoría de los directores que cuentan con estos alumnos en sus aulas aseguran que el índice de partes por malos comportamientos ha bajado considerablemente y que la relación entre compañeros y profesores ha mejorado bastante, disfrutando de esta manera de un clima más acogedor, tolerante y solidario. Se podría decir que los alumnos que son formados como mediadores escolares, van un paso por delante que los docentes (ojo, no digo que su labor no sea importante para detener situaciones de violencia), sino que los estudiantes suelen confiar más en los compañeros que en los profesores.
Hay estudiantes que ayudan a los compañeros con su integración, adaptación y estancia en el centro
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Los alumnos que se ven envueltos en un conflicto pueden presentar algo de miedo a los docentes por el castigo que se va a recibir pero con los mediadores se pueden sentir más cómodos, pueden estar más dispuestos a dialogar, a comunicarse y a llegar un acuerdo sin llegar a tomar medidas extremas. Los alumnos elegidos para ayudar a resolver conflictos, también están presentes en las redes sociales, dónde se pueden dar más casos de acoso escolar, discriminación, y rechazo. Y muchos de ellos, han sido informados por la policía mediante charlas para saber cómo actuar en estos casos. Está claro, que el trabajo de los estudiantes mediadores, es increíblemente importante.
Estos alumnos manifiestan una gran sensibilidad por el entorno, y son clave para mantener el bienestar en la convivencia escolar. Son estudiantes comprometidos, con una moralidad y, unos valores muy claros dispuestos a aplicarlos para prevenir cualquier situación de acoso escolar. También, el día a día de los mediadores ha cambiado a mejor. Algunos de estos alumnos acudían a clase un poco desmotivados y desilusionados. Tener una labor activa, y tan importante en el centro educativo al que asisten, les ha hecho despertar en todos los sentidos y ahora, son conscientes de que están haciendo algo para ayudar a sus compañeros, y se sienten increíblemente orgullosos.
La figura del propio estudiante como mediador fomenta la educación en valores, la diversidad y la resolución de conflictos
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De esta manera, los centros educativos que se acogen a esta iniciativa, están educando a los alumnos para la vida, para situaciones cotidianos, dándoles la oportunidad de que sean ellos los que resuelvan los conflictos que se presenten. Les dan la oportunidad de dialogar, de tolerar, de perdonar, de negociar, y de llegar a un acuerdo. Y sobre todo, de contar con un compañero que no les va a juzgar, ni criticar, ni regañar, ni castigar. Estas noticias, afirman que hay alumnos increíblemente comprometidos. Que hay estudiantes que luchan desde las aulas para evitar el acoso escolar. Que son sensibles, comprensivos y tolerantes. Que están dispuestos a ayudar a los compañeros, que son solidarios, y que no etiquetan a nadie.
Por estos artículos se debería olvidar todas las cosas que han tenido que escuchar los adolescentes alguna vez en su vida: “eres un vago”, “no haces nada”, “únicamente piensas en ti mismo…”. Gracias a la labor de muchos de ellos, gracias a su interés, y a su compromiso, se evitan situaciones de acoso escolar en centros educativos. Bravo, bravo por esos alumnos mediadores que se toman en serio su figura, y que intentan que todos sus compañeros se sientan cómodos y a gusto en las aulas. ¿Y hay personas que todavía dudan de su potencial? Simplemente, hay que proponerles algo que les motive, algo importante. Y por supuesto, sacar a la luz sus talentos, que está claro que todos los tienen.
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