Fotolia © kicha011
Cuando eres pro lactancia, lo normal es que defendamos nuestro derecho a amamantar sin restricciones, queremos dar el pecho a nuestros hijos, donde ellos lo demanden, sin que nadie nos juzgue, sin que ninguna ley absurda lo prohíba, o que algún desinformado nos "invite a amamantar en el baño".
Esto es lo que queremos, esto es lo que debería ser, pero la realidad puede ser muy diferente. Cuando somos madres primerizas, es normal que nos sintamos cohibidas amamantando en público, sentimos el peso de las miradas de conocidos y extraños, escuchamos comentarios fuera de tono, consejos fuera de lugar, queremos amamantar pero no sabemos realmente como hacerlo. Si a todo esto le sumamos que nuestros bebés no suelen engancharse al pecho como en las películas, sino que a algunos les cuesta encontrar el pezón, la posición ideal puede diferir en cada niño, pues, lo tenemos muy difícil.
Así que mientras perfeccionamos la técnica, desarrollamos nuestras habilidades amamantando, conocemos a nuestro bebé, perfectamente podemos servirnos de cualquiera de estos recursos, no tiene nada de malo utilizar un delantal de lactancia, si ello contribuye a hacernos sentir mas cómodas, y nos ayuda a lograr el establecimiento satisfactorio de la lactancia.
Muchas personas piensan, que al taparnos mientras damos el pecho, podríamos estar enviando un mensaje equivocado, podríamos decirle al mundo que dar el pecho no es un acto puro, y que debemos taparnos por guardar la moral y las buenas costumbres. A quienes piensan así, creo que en realidad están coartando la libertad de decisión de una madre, porque no todas las mujeres somos igual de desinhibidas, hay mujeres que abandonan la mesa para dar el pecho, otras se retiran a su habitación, algunas piden a familiares y amigos que se vayan de casa para poder amamantar en paz, pero es solo por eso, para respirar la paz y la tranquilidad y establecer la hermosa conexión física y emocional que nos da amamantar a nuestros hijos. A veces todas, necesitamos la intimidad para saborear y disfrutar ese momento único y especial con nuestros bebés.
En el caso de que alguna mujer lo haga por religión, pudor, sentido de la moralidad, tampoco debe ser juzgada, no todas hemos sido criadas con los mismos criterios, no todas somos iguales culturalmente, y aunque el pecado suele estar en los ojos del que mira o en las palabras del que juzga, debemos ser comprensivos y tolerantes ante las decisiones de estas mujeres, y si ellas se sienten mejor cubriéndose con un delantal de lactancia, pues no está en nosotros intervenir, sino mas bien apoyarles si este es el medio que ellas han encontrado para no interrumpir la lactancia de sus bebés, que al fin y al cabo son los que realmente importan en todo esto, y son los que tienen mucho que ganar al recibir la lactancia materna como mínimo hasta los dos años.
A pesar de todo, tanto para los detractores como seguidores de esta tendencia, les tengo noticias, una vez que el bebé es consciente del mundo que lo rodea, su curiosidad va en aumento, y no quieren por nada del mundo mamar por debajo de un pedazo de tela asfixiante, ellos quieren ver el mundo, quieren moverse, ver a mamá, sonreírle, aunque esto, por supuesto, nos deje expuestas, con una teta al aire las mayorías de las veces, así que no habrá cobertor que valga. Por suerte, la naturaleza es sabia, y a esa altura de la lactancia, ya estaremos adaptadas, concienciadas y habremos aprendido que amamantar a nuestro bebé es natural, hermoso, es un acto de amor y si somos capaces de verlo de esa forma ya no será necesario que nos escondamos para amamantar.
Entonces, delantal de lactancia ¿si o no?, pues si, si te hace sentir mas cómoda, si, si ayuda a que no suspendas la lactancia por pudor, si, si tu religión, cultura o costumbre no te permite mostrarte de forma natural públicamente.
Aún nos quedan algunos años, para que la sociedad vuelva a entender que dar el pecho es un proceso natural, biológico, que la humanidad ha sobrevivido gracias a la lactancia materna, que no tiene nada que ver con cultura, religión, moral, sexual o buenas costumbres, y mientras eso llega, algunas seguiremos reivindicando un derecho natural de las mujeres y de nuestros hijos, y las que no se sientan preparadas para defender esta postura, pues al menos que sigan alimentando a sus bebés con el oro líquido aunque sea bajo un delantal de lactancia.