La técnica se puede enseñar y se puede aprender. El arte no. ¿Acaso medimos la música cuando la escuchamos? ¿Cómo se tecnifica la música? ¿Se tecnifican los procesos de elaboración? El arte hay que practicarlo con el cuerpo, con las manos, con la mirada y miradas diversas, con la boca o con el olfato…y acercarte a varias expresiones de arte, diferentes entre sí, es cambiar de perspectiva y por tanto posiblemente de pensamiento pero esto no es lo mismo que abordar la técnica. No lo es. Tiene que ver mas con el sentir, con la provocación, con las risas que se suscitan, o las reflexiones que de ella parten. Todas y tantas tan diferentes como las personas que participen de ellas. El arte de hablar con las personas que nos rodea, el sentir como ellas están sintiendo o viendo u oliendo, la escucha, el otro, y el entorno no es ajeno a la experiencia artística. Pasear, caminar sin rumbo, bailar y cantar porqué sí o reír sin motivo ¿Podrían ser estas acciones formas artísticas?
¿Sería lo mismo que decir que el arte es crearse a uno mismo? Quizás la vida es esencialmente hacerse. Para mí, como docente, la vida es hacerse lo que uno Es siendo, creando, permitiendo errores, validando la creatividad de mil maneras posibles. Habría que intentar desplegar lo que potencialmente somos, si no seriamos unos analfabetos desarrollados. Quizás sea este uno de los retos conscientes o no del docente, estimular los talentos visibles o aquellas no tanto de sus alumnos, dando voz a sus singularidades, aquello que nos hace únicos.
Una escalera en el cielo.
Una nube en una jaula, inspirada en la obra de Chema Madoz. Realizado por niños de cuatro años.