Para preparar nuestro cesto tendremos que recopilar mínimo unos 20 objetos cotidianos que tengamos por casa y que sean de materiales nobles como la madera, el metal, el cristal, la tela etc. también podemos poner objetos propios de la naturaleza, por ejemplo una piedra, una rama, una piña, una concha grande... en nuestro cesto no debemos incluir ni objetos de plástico ni juguetes y todos los materiales que pongamos para que el niño los examine tendremos que asegurarnos que sean seguros para él, que no pueda hacerse daño con ellos o se los pueda tragar. Los objetos se deben ir cambiando cada cierto tiempo para que siempre encuentre cosas nuevas que investigar. De esta manera estaremos fomentando su curiosidad.
A continuación os indico varios materiales que suelo poner en nuestro cesto:
Un colador
Unas barillas para batir
Una cuchara
Un cepillo de bebé
Un tapón de corcho grande
Dos cucharas de madera de distinto tamaño y forma
Una pinza de tender la ropa
Trapos o trozos de tela de diferentes tejidos
Un masajeador de madera
Una bolsita con lavanda o hiervas aromáticas
Unas llaves (muy bien lavadas)
Una manopla de cocina
Una aguja grande de crochet
El cesto que utilicemos también deberá ser de algún material natural como mimbre o tela. Éste deberá ser bastante ancho y con poca altura ya que lo que interesa es que los objetos que pongamos en su interior queden bien visibles.
Con el tiempo también se pueden hacer cestos utilizando materiales que sean similares entre si, por ejemplo, poner todos los objetos de madera o que todos sean del mismo color o tengan la misma forma,...en fin, ¡imaginación al poder!
El Cesto de los Tesoros permite jugar solo o con varios niños. En el caso de que jueguen varios habrá que ampliar el número de objetos del cesto (mínimo 20 objetos por niño).
Es necesario que la zona donde vayamos a realizar esta actividad esté libre de distracciones (tele, móvil, otros juguetes, biberones, etc).
Como ya he comentado al principio, el juego es sencillo, se trata de presentar al niño el cesto con los objetos y dejar que los observe y los manipule libremente. Nosotros simplemente nos limitaremos observar atentamente como juega y ver en que materiales presta más atención y cuales no le causan interés. No debemos intervenir, corregir o interrumpir su juego, si no que, dejaremos que sea él quien dirija la actividad y decida que objeto quiere explorar en cada momento y por cuanto tiempo.
Se dará por terminado la actividad cuando el niño pierda el interés o la concentración, entonces será el momento de recoger el juego. Recordad, que en el método Montessori el momento de recoger no se considera una tarea aparte, si no que forma parte de la misma actividad.
Como veis el Cesto de los Tesoros es un juego donde se ejercita la autonomía y la capacidad de elección y decisión. Al ser una actividad sensorial se estimulan todos los sentidos ya que al manipular los distintos objetos el niño distingue a través del tacto las distintas texturas de los materiales, sus temperaturas, los distintos pesos, los olores de cada cosa, los diferentes colores y formas, e incluso los sabores de los objetos cuando se los lleva a la boca. Además favorece la coordinación ojo-mano-boca y se trabaja mucho la concentración.
En definitiva es un juego sencillo y económico que aporta muchos beneficios a nuestros bebes.
¡Os animo a que lo probéis! ya veréis como les encanta a vuestros pequeños.