En mis últimas intervenciones en el aula pude comprobar que todavía estamos muy lejos de aprovechar la tecnología en el aula para facilitarnos el trabajo. No se trata del conocimiento de herramientas ni de la producción de artefactos, se trata de la inmersión como si de un nuevo lenguaje estuviéramos hablando. Nos encontramos en un momento que parece difícil de entender que los docentes no se encuentren en la tesitura de manejar la tecnología con cierta soltura y donde nuestros alumnos, llamados nativos digitales, utilizan la tecnología de manera muy limitada.
Comienza con una primera aproximación a la figura del coach, como alguien que está en el aula para ayudar y que desbloquea literalmente la colaboración entre docentes. No se trata tanto de ver al coach como un experto, quizá algo intimidante, sino como alguien que pretende mejorar tu práctica educativa. De ahí, que lo primero que hay que trabajar es la relación del docente con el coach. La función del coach no es dar soluciones sino ayudar a que el docente las encuentre por sí mismo a través de preguntas abiertas. EL coach debe construir la capacidad o habilidad de que el docente construya soluciones y no necesite depender del coach. La conclusión de este proceso es la reflexión sobre la propia práctica que permite ir directamente a los problemas que se plantean. Aquí introduce la inmersión tecnológica en el aula.
Para ello establece algunos consejos:
El coach debe facilitar el aprendizaje
El coach debe planear y programar su práctica docente
El coach debe permitir momentos de oportunidad que favorezcan la toma de decisiones
El coach debe programar pocos objetivos y concretarlos.
El coach debe generar confianza, fijando el tiempo de actuación, con un principio y un fin.
El coach permite la construcción sobre una experiencia existente, modelándola, conectando nuevas ideas.
Hay que tratar a los adultos como adultos.
Hay que atender al entorno y prepararlo para generar colaboración.
Hay que preguntar por feedback: qué has aprendido, que te ha funcionado, que te preocupa
Celebra, reconoce el esfuerzo y el éxito de una actuación
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