Conectar con tus alumnos, no es fácil. Captar su atención constantemente, es un reto. Crear una relación positiva y duradera entre el docente y el alumno es una labor muy compleja. Especialmente, si tenemos en cuenta la tradición pedagógica de la que la mayoría de nuestros docentes proceden y que retroalimentan las conductas disruptivas
Pero, es posible hacer las cosas de otra manera y conectar con tus alumnos. Es posible captar la atención de alumnos de diferentes edades. Comunicarse efectivamente con ellos, y hacer que esperen vuestras horas en el aula juntos con ganas e ilusión de aprender.
¿Cómo? ¿Cómo conectas con tus alumnos y captas su atención? Los consejos que comparto a continuación te ayudarán.
Conectar con los alumnos: nuevos métodos comunicativos
En la entrada “Reforma educativa verdaderamente necesaria” te hablaba ya de la necesidad de superar los modelos mentales que nuestros docentes traen de su propia educación.
Hay que cambiar, explicaba.
Hay que cambiar urgentemente la manera cómo tratamos a los alumnos.
Del modelo “aquí mando yo”, tenemos que pasar a “en esta aula aprendemos los unos de los otros”.
Del modelo “yo estoy aquí para que tú obedezcas mis órdenes” tenemos que pasar a “entre todos aprenderemos determinados contenidos teóricos, e indirectamente, valores que nos convertirán en seres humanos sanos, felices, positivos”.
Nos escucharemos.
Nos apoyaremos.
Caminaremos juntos.
El discurso tiene que cambiar.
La manera cómo los docentes se dirigen a sus alumnos tiene que cambiar.
Porque no olvides que, lo que más huella va a dejarles de ti es el cómo, no el qué.
Al cabo de los años, ellos no van a recordar qué les enseñaste en clase de química.
Pero sí qué recordarán quién eras, cómo eras, y cómo se sentían durante todas esas horas que pasaron contigo.
Las pequeñas cosas…
Cómo el llegar a clase sonriendo…
El comunicarte con un lenguaje no verbal que le indique interés, alegría por compartir esos momentos con ello/as…
Las anécdotas…
Las historias…
El demostrarles que te enseñan algo cada día…
Y, sobre todo, el escucharlos.
De forma activa.
Con atención y con intención.
Asintiendo.
Afirmando que ellos también tienen algo que decirte.
La comunicación dentro del aula. Escúchales para que ellos te escuchen.
Sé que para muchos docentes la escucha sigue siendo un concepto difícil de entender, y sobre todo, de aplicar.
¡Al maestro se le escucha! es la mentalidad que reinaba hasta hace poco.
Pero ¿te imaginas lo que sucedería si escuchamos atentamente el mensaje del niño que te está hablando?
No, no te hablo de oírle.
Te hablo de escucharle.
Escucharle con empatía.
¿Qué sucede cuando escuchas con empatía a tus alumnos?
El niño se siente seguro.
Respetado.
Siente que sus palabras tienen un valor.
Se siente alentado a compartir y a comunicar.
Tú, el docente sabes qué está pasando por la mente del niño en ese momento y tienes la información necesaria para actuar adecuadamente.
A largo plazo, conoces mejor a tus alumnos e incluso a sus padres y su situación familiar.
En tu aula se transmite el valor fundamental del respeto.
Y los niños que pasan por ella, aprenden a escuchar y a comunicarse efectiva y humanamente a otras personas.
De por vida.
Desarrollo de la empatía dentro del aula
En su libro “Maestro-Alumno: El ambiente emocional para el aprendizaje“ Haim G. Ginnot habla de la importancia de la empatía en nuestras aulas.
Según Ginott, el maestro empático no se dirige al alumno con la intención de juzgar su rendimiento.
O sus palabras.
O sus acciones.
Tampoco le cansa con sermones moralizadores que hacen referencia a un futuro distante.
Simplemente se centra en las acciones presentes del alumno.
En sus necesidades en ese momento.
El objetivo del docente empático es escuchar y entender a su alumno para que este se encuentre a sí mismo como un ser humano en proceso de formación.
Y para que comprenda su papel dentro de la sociedad.
¡Mucho más fácil dicho que hecho!
Sí.
La docencia empática requiere un cambio de modelos mentales radicales.
La docencia empática requiere trabajo y compromiso.
Hay que sentar cimientos nuevos.
La comunicación respetuosa debe ser la base de todo el trabajo.
Hay que decir adiós a los comentarios destructivos.
A los castigos.
A los aquí mando yo, o porque yo lo digo, o no tengo tiempo…
Y sustituirlos por un “sí, claro, ¡me interesa tu opinión!”
Y por un ¿y tú qué opinas de esto?
¿Y cómo te hace sentir esto?
Los alumnos responderán de forma mucho más positiva a un maestro empático que hace un esfuerzo obvio por comunicarse.
Por crear una conversación agradable en la que se da importancia a sus sentimientos.
Por infundir un espíritu de trabajo.
Ya, pero Júlia, ¿tienes sugerencias concretas?
Sí, claro.
Imagina que se produce algún tipo de conflicto en el aula.
El antiguo docente, castigaría, chillaría, culparía.
El docente empático habla de forma individual con los niños que han participado en la pelea.
Los escucha.
Sin juzgar.
Intentando entender las posturas de cada uno.
Escuchando activamente.
Haciendo todo lo posible por comprender las emociones que los niños sienten en ese momento.
Y ofreciendo soluciones positivas basadas en el respeto y la humanidad.
Existen otras actividades que pueden “entrenar” la empatía en tus alumnos.
El teatro es una de ellas.
El teatro, además de desarrollar la expresión verbal y corporal de tus alumnos, les ayuda a ponerse en la piel de los demás.
El juego de las máscaras es otra de las actividades que puedes practicar en la escuela para entrenar la empatía de tus alumnos.
Imprime la foto de cada niño para que hagan una máscara con ella.
Distribuye las máscaras en clase y haz preguntas sencillas a cada niño sobre el compañero de la foto que está sujetando.
Preguntas como ¿cuál es tu color favorito?, ¿qué te pone triste? ¿qué es lo que más te gusta? ¿qué te pone nervioso?
De esta manera, los niños tendrán la oportunidad de ponerse en la piel de sus compañeros, conocerlos y entenderlos mejor.
Trucos de comunicación con tus alumnos
Cómo dices lo que dices es tan importante como lo que dices…
¿Te has parado a pensar si la manera cómo explicas tu materia o presentas temas estimula la comunicación entre tú y tus alumnos?
Piensa que, al hablar nos comunicamos en dos niveles: la superficie del significado y el significado oculto.
Sin darte cuenta, puede que tus estudiantes respondan a este último. ¡Fíjate!
Cuando hayas aprendido esta lección, serás capaz de realizar tu propio proyecto.
¿Qué le estás sugiriendo?
>Que tendrá éxito en su proyecto futuro.
> Estás situando al alumno en una forma de pensar positiva, que implica posibilidad y resultados.
Cuando hayas aprendido esta lección, es posible que puedas realizar tu propio proyecto.
¿Qué le estás sugiriendo?
> Que puede que su capacidad no sea suficiente como para realizar este proyecto.
> Que por mucho que se esfuerce, los resultados pueden llegar a ser negativos.
¿Has visto la diferencia radical que puede generar en su mente al decirle “serás capaz” o decirle “es posible”?
La manera en la que utilizas el lenguaje influye muchísimo en la comunicación y en los resultados finales.
Cambia la forma cómo expresas tus reglas
Lo mismo sucede con las instrucciones que das a tus alumnos.
¿Has pensado si podrías reformularlas para provocar el resultado que quieres conseguir, en lugar de lo que no quieres que suceda?
Por ejemplo, ¿cómo dirías las siguientes instrucciones de manera positiva?
Tip! ¡Empieza por eliminar el NO de todas las frases!
No corras en los pasillos
No comas en clase
No hables tan fuerte en clase
No seas mal educado
No le pegues a tu compañero
¿Compartes tus resultados en los comentarios?
El artículo Frases positivas para educar y comunicarte con los niños que escribí recientemente, te dará algunas ideas.
Si consigues comunicarte desde la empatía y la escucha tal y como yo te propongo, la diferencia va a ser muy importante.
¿Lo has intentado, pero tiendes a revertir a los patrones de conducta y lenguaje negativos arraigados en tu mente?
Nuestra Certificación de Facilitadores puede ayudarte.
Pensada para Educadores, Psicólogos, Coachs y todas aquellas personas que trabajen con familias y niños y adolescentes, nuestra Certificación de Facilitadores está basada en el trabajo de las expertas en comunicación entre adultos y niños, Adele Faber y Elaine Mazlish.
Durante estos tres días descubrirás un nuevo paradigma para entender las relaciones y la interacción entre adultos, niños y adolescentes.
Aprenderás a gestionar las respuestas emocionales de los niños y jóvenes en tu vida, y a comunicarte de manera empática, respetuosa, afectiva y efectiva.
Ofrecemos nuestra Certificación de Facilitadores en formato presencial en Barcelona o Madrid.
¿Te apuntas?
Si tienes cualquier duda, estaré encantada de resolvértela.
¡Escríbeme aquí!
¡Te espero!
Reserva tu plaza aquí.
¡Hasta pronto!