Una gran maestra que apuesta por la no discriminación
La profesora afirma que el proyecto ha sido increíblemente satisfactorio para los estudiantes. Y ahora el día a día en clase de todos ellos es más motivador, afectuoso y solidario. Además, sus alumnos expresan que aprender lengua de signos ha sido una de las experiencias más bonitas que han tenido.
Gracias al esfuerzo y persistencia de una gran docente y la empatía de sus compañeros, Zejd, puede interaccionar con ellos y hacer nuevos amigos en el centro educativo. A través de este aprendizaje, los alumnos de Primaria de la escuela de Bosnia se han dado cuenta de que la diversidad en el aula no es algo malo. Y que su compañero sordo debería sentirse cómodo y a gusto el tiempo que estuviera en clase. Algo que es de admirar verdaderamente.
Grandes compañeros con una gran empatía y solidaridad
Para cualquier alumno no sentirse rechazado ni discriminado por los demás estudiantes es muy importante. Pues para los niños sordos lo es todavía más. En muchas ocasiones, no sienten la confianza en sí mismos para hacer determinadas cosas. Puede que tengan la autoestima baja y que no se crean capaz de realizar alguna actividad. Además de todo eso, a veces piensan que se van a reír de ellos, que no se van adaptar bien, y que el día a día en el colegio va a ser muy complicado. Por eso tienen miedo y les cuesta bastante abrirse a los demás.
Es tarea del docente intentar evitar todas esas situaciones iniciando desde el principio la inclusión del alumno en concreto. También es esencial que se realicen actividades en grupo para que el estudiante se vaya adecuando a estar con los demás compañeros. Es importante que cada vez cojan más confianza. Como ya sabemos, la interacción social es una fuente muy importante para el proceso de aprendizaje. Y los profesores tendrán que cubrir las necesidades en ese ámbito.
Aprender lengua de signos debería ser algo básico en los centros educativos
Soy una gran defensora de que en todas las instituciones educativas debería haber una materia donde los alumnos aprendieran la lengua de signos. Esto podría acabar con multitud de situaciones de rechazo, discriminaciones, poca solidaridad, intolerancia e incluso casos de acoso escolar hacia los estudiantes con discapacidad auditiva.
Que los alumnos sean conscientes del problema, de lo que puede estar sintiendo el compañero, de sus emociones, de sus miedos y de sus preocupaciones, podría favorecer a crear o fortalecer vínculos entre los alumnos, por no hablar de los valores que aprenderían. Algunos colegios de Educación Primaria de Andalucía, van a tener entre sus asignaturas básicas la lengua de signos y esperan favorecer con ella las relaciones entre los compañeros del centro educativo.
Pero no todos los colegios se van a sumar a un proyecto así
Está claro que no todos los colegios van a adoptar este proyecto (aunque deberían hacerlo más pronto que tarde) por falta de profesionales, dinero, de ganas y por supuesto de motivación. Desgraciadamente, algunos centros no creen que implicarse con alumnos con discapacidad auditiva y hacer cómodo y acogedor su periodo en el centro sea importante.
Es más relevante estar de los primeros en lo que a temas académicos se refiere. Pero, ¿qué pueden hacer los centros y docentes para fomentar las habilidades sociales de los niños sordos, su confianza y la interacción con los demás compañeros oyentes? Os hablo de algunos ejemplos. ¿No sería muy complicado llevarlos a cabo, verdad?
Favorecer el reconocimiento y el valor de uno mismo
Es conveniente que los docentes promuevan en los alumnos sordos una perspectiva positiva y optimista de ellos mismos. ¿De qué puede servir esto?. Puede ayudarles a afrontar situaciones difíciles de una manera distinta a la habitual. Una manera más natural y comprensiva. De esta forma, los estudiantes estarán más motivados cuando entren en clase, confiarán más en ellos mismos y se verán más capaces en el aula.
Ser conscientes de las emociones propias y las de los demás
En el aula, los docentes tendrán que promover el conocimiento de los sentimientos. Es vital, que el alumno sordo sea consciente de las emociones suyas y las de sus compañeros. Comprender cómo se pueden sentir los demás, sus pensamientos y las acciones.
Ayudar en la gestión de las emociones
Los alumnos con discapacidad auditiva, suelen presentar mucha presión. Cuando se proponen actividades en clase y no son capaces de acabarlas o de realizarlas con los demás compañeros, se enfadan con ellos mismos. Se decepcionan y en muchas ocasiones se derrumban. Es por ello, que una adecuada aplicación de la educación emocional, podría favorecer la toma de decisiones de estos alumnos Podría ayudarles a tolerar casos de frustración y a no ser tan duros y rígidos.
Crear un clima cómodo y acogedor
Es muy importante que los estudiantes se sientan a gusto en la clase. El docente tendrá que promover su bienestar en todos los aspectos y desarrollar un aula fuera del rechazo y de la discriminación, dando mucha importancia a la seguridad y a la confianza.
Aprendizaje cooperativo
Este punto es sin duda uno de los más importantes. Con el aprendizaje cooperativo, los alumnos trabajan y colaboran juntos para conseguir un mismo fin. Esta metodología podría ser muy valiosa y útil para la inclusión de los alumnos con discapacidad auditiva. También sería una oportunidad para los estudiantes oyentes de conocer a sus compañeros sordos. De saber cómo son sus días y cómo se sienten. Es importante ponerse en su lugar y desarrollar así empatía, tolerancia, amistad y solidaridad.
Como siempre, familia y escuela tienen que trabajar unidos
Por supuesto, es necesario que familia y escuela trabajen juntos para el aprendizaje de unas adecuadas habilidades sociales. No sería viable dejar todo el peso a los centros educativos ni a los docentes porque sino el proceso se quedaría cojo. Los padres de los niños sordos también pueden fomentar valores, emociones y sentimientos en sus hijos, de hecho deben hacerlo.
Para ello, pueden consultar sus dudas e inseguridades con los profesionales del centro, interesarse por los avances de su hijo y por su adaptación en el colegio. En casa, los progenitores tienen que dar la oportunidad de que los niños expresen sus sentimientos, sus miedos y sus frustraciones, mostrando en todo momento una actitud de escucha, tranquilidad y de apoyo hacia ellos.
¿Conseguiremos alguna vez una educación inclusiva real?
Parece que todavía está algo lejos eso de que todos los centros educativos hagan un hueco a la lengua de signos en sus aulas. Pero lo que sí deben asegurar es que la estancia de los alumnos con discapacidad auditiva sea lo más reconfortante posible, y que por supuesto se de una inclusión verdadera. Tienen que asegurar un proceso de enseñanza-aprendizaje adecuado y adaptado a estos estudiantes.
Además, tienen que favorecer la interacción social con los compañeros oyentes, evitando conflictos entre ellos, situaciones agresivas, rechazos, posibles casos de acoso escolar y poca tolerancia. Sí, puede que para los docentes sea un nuevo reto. Puede que un principio no sepan cómo actuar ni qué actividades realizar. Pero creo que sería un precioso reto que todos los educadores, maestros y profesores deberían llevar a cabo, ¿no?