Nunca había tenido tanto sentido esta palabra en mi vida como ahora… y es que he pasado fases en las que lo he oído, me lo han dicho, pero nunca llegué a darle tanta importancia. Desde que soy madre me doy cuenta que dar ejemplo es una herramienta imprescindible como educadora. No sirve de nada predicar si al final no se demuestra con el ejemplo, ¿como le podemos pedir a un niño que se coma la verdura si nosotros no lo hacemos?
Pero mi reflexión va mucho más allá, no me quiero centrar solo en los pequeños ejemplos del día a día… sino que me gustaría hablar de aquellas acciones con las que podemos marcar por completo el comportamiento de nuestro hijo en un futuro. Y es que cuanto mejor ejemplo demos a nuestro hijos, más fácil será nuestra relación con ellas cuando serán mayores… te pongo un ejemplo, si queremos que nuestro hijo sepa pedir perdón cuando haga algo equivocado… entonces nosotros también deberemos reconocer nuestros errores y saber pedirle perdón a ellos. No, no es negativo reconocer que nos equivocamos, es más es esencial demostrarles que los padres no son perfectos y que por ello, tampoco ellos deben serlo.
¿Como podemos mejorar las cosas para el futuro?
Como ya he dicho, a veces los padres (educadores) abusamos de nuestro poder para educar y obtener lo que consideramos oportuno para nuestros hijos. Pero no siempre lo hacemos de la mejor forma ni tampoco respetando a los más pequeños. Aquí te dejo algunos consejos para facilitar la relación con nuestros hijos del futuro.
DEJAR LAS AMENAZAS DE UN LADO: No solo hablo de amenazas graves, esas las doy por supuesto, sino que hago referencia a esas pequeñas e inocentes amenazas que dejamos que salgan den nuestra boca con un “Si no comes, no verás la TV” o “Sino recoges los cuentos, te los tiro todos!” Las amenazas ayudan a obtener una respuesta inmediata pero como ya hemos hablado en otra ocasión se basan en el miedo, así que cuando nuestro hijo/a deje de tener miedo, dejara de escuchar y obedecer a nuestras amenazas.
Al otro lado, nos encontraremos un niño más mayor o adolescente amenazándonos continuamente para obtener lo que se proponga. Y entonces ahí llega mi pregunta… ¿Como harás para evitar estás amenazas? Si no cedes seguramente os llevaran a una pelea tras otra, y acabaremos teniendo una relación con nuestros hijos basada en pequeñas amenazas para poder obtener entre todos lo que queramos.
CHILLAR NO VALE: ¿De que sirve gritar? Entiendo que un momento dado te vengan las ganas de sacar tu ira, a mi me pasa… por ejemplo ayer sin ir más lejos le pegue un grito a la piccola que se quedo a cuadros! Pero en realidad no nos lleva a nada bueno, solo obtendremos otra respuesta con gritos y seguramente nos llevará a una discusión sin solución. Y para arreglarlo tendremos que aplicar otra técnica porque no habremos conseguido el resultado esperado.
Al otro lado, nos encontraremos un niño más mayor o adolescente que el único modo de saber exprimir y obtener lo que quiere será a base de gritos. No será fácil en casa, pero tampoco lo será para llevar adelante su vida, imagínate un día en el trabajo, o en una relación.
NUNCA CASTIGAR: De siempre he tenido claro que no castigaría a mis hijos, en mi casa no fue esta la dinámica de educación y sabía que yo seguiría igual en la mía. Se vuelve a lo de antes, basar una relación en el castigo se basará en el miedo, una vez este desaparece, ya no se obtienen resultados.
Y lo peor de todo, en el otro lado, nos encontraremos un niño más mayor o adolescente que castiga a sus padres. Seguramente no será un castigo físico o la sillita de pensar, sino que más bien se trate de algún castigo psicológico.
EVITAR BASAR NUESTRA EDUCACIÓN EN PREMIOS: En los últimos tiempos, y siguiendo programas como el de la Tata, se pueden ver muchas técnicas de educación a través de los premios. Yo no los niego completamente, pero tampoco los apoyo 100%. Pueden ser una optima alternativa pero sin abusar… sino en un futuro, se nos puede volver la moneda.
Y al otro lado, nos encontraremos un niño o adolescente que nos pedirá premios continuamente cada vez que le pidamos que haga algo. Sino le ofrecemos un premio, puede que ni si quiera haga lo que le hemos pedido.
LAS MANOS QUIETAS: Pegar ni si quiera es una opción en esto de la educación, o al menos así debería ser. Pegar a nuestros hijos es una falta de respecto y educación hacía ellos, va en contra de la ley y no hace más que estropear cualquier tipo de relación que podamos hacer con ellos. No aporta NADA bueno.
Al otro lado, nos encontraremos un niño o adolescente que expresará sus frustraciones a través de la agresividad y alzará siempre las manos. Incluso un día puede ser hacía ti mismo… así que si no quieres encontrarte con un hijo que te pega, o lo intenta, enséñale que pegar no es una opción.
¿Y entonces que?
Puede que leyendo todos estos consejos te plantees… entonces, sino hago nada de esto como puedo lograr que mi hijo me haga caso? Esto ya dará para otro post… pero básicamente la regla es:
NO HAGAS NI EXIJAS NADA QUE NO TE GUSTARÍA A TI TAMPOCO!
Así que lo mejor es paciencia, hablar mucho con nuestros hijos, mirarles a los ojos y de nuevo llenarnos de paciencia!!! Poco a poco con amor y muuuuucha paciencia todo se va consiguiendo.
¿Que opinas del ejemplo que les damos a nuestros hijos? ¿Te has encontrado en algún momento entre la espada y la pared porque tu hijo utilizaba contigo métodos que tu has utilizado con él?
“Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás;
es la única manera.”
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