Problemas con otros niños como compañeros y amigos
Obtención de malos resultados académicos
Mal comportamiento escolar
Pesadillas o alteraciones del sueño
Episodios de ira y/o agresividad habituales
Miedos recurrentes
Molestias gástricas y/o dolores de cabeza
Necesidad de estar en contacto continuo con el adulto
Regresión a estados evolutivos ya superados
Falta de motivación a la hora de participar en actividades familiares y/o escolares