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Fue a finales del mes de junio del ya pasado 2014 cuando todo cambió. El día a día en casa me tenía totalmente desquiciada, mis dos niños, mi vida de rutina y diversas circunstancias me llevaban a perder el control con mis hijos muy a menudo. Sí, vivíamos situaciones de tensión a diario, en las que mis gritos se tenían que escuchar en la otra punta de la calle. Yo me desesperaba porque pensaba que mis hijos eran incorregibles y tenían un comportamiento puro de seres extraterrestres que ningún otro niño tenía. Así que uno de esos días en los que perdí el control vi los ojos de mi hijo mayor y vi su mirada llena de tristeza. En ese momento se me partió el alma. Ahí fue el momento en el que reaccioné y decidí que se acababa, que no podía seguir así, que nunca más volvería a gritarles ni a ver esa mirada.
A partir de ahí empecé una cuenta en la que iba apuntando los días que pasaban en los que no gritaba. Fue ahí cuando inicié el blog para ver si encontraba madres tan malísimas (era lo que pensaba en esos tiempos) y que se sintieran tan culpables como yo, para sentirme apoyada y poder conseguir lo que en su día llamé mi reto. Desde entonces todo ha cambiado. Los dos primeros meses fueron los más duros. Sólo disponía de ganas, mucha fuerza y el recuerdo de esa mirada para no perder el control y no gritarlos, pero no tenía ninguna herramienta en la que apoyarme hasta que encontré la disciplina positiva con Nuria.
A partir de ahí todo ha sido mucho más fácil. Me resulta tan lógico todo lo que es el conjunto de la disciplina positiva que ya no necesito pensar antes de actuar, no, ya se ha convertido en una forma de vida. Una forma de vida que ni considero que es mejor ni peor que otras formas de educación. Hay ciertas cosas que no tolero en absoluto de otras formas de educar y no entran en mi cabeza, pero en general todo lo que está basado en el cariño y la búsqueda de la felicidad de nuestros hijos merece todo mi respeto, pero es la disciplina positiva la que ha conseguido que mi forma de actuar y de pensar cambie y sienta que todos estamos mucho mejor.
Por lo que os estoy explicando todo esto es porque a veces nos hacemos preguntas que buscan una respuesta con una solución que sea inmediata, pero esto difícilmente puede suceder así. Lleva un proceso, un proceso largo, en el que aunque ya he conseguido muchísimas cosas, todavía estoy al principio del camino, pero deseando avanzar. Por eso lo primero que hay que hacer y lo más básico es estar completamente convencid@s de que necesitáis un cambio, de que lo que ahora hacéis no lo queréis, no os está funcionando y que realmente queréis una educación basada en el respeto como la disciplina positiva, que ya digo es lo que a nosotros nos ha ayudado. Si esto lo tenéis claro al 100% y no tenéis ninguna duda de que queréis hacerlo, tenéis hecho lo más difícil. Lo siguiente irá llegando poco a poco.
Hay un momento en el que te das cuenta que algo debe cambiar, ese es el momento de empezar...
Es fundamental que se haya decidido que ha llegado el momento de dar otro rumbo a la situación porque hay que cambiar totalmente el chip.
En todos los aspectos de la vida he aprendido que lo mejor es ser positiva. En relación a los niños es muy importante que lo seas y que confíes que puedes conseguir una relación mejor con ellos si la que tienes ahora no es la que deseas.
Una vez estés convencido, pero de verdad, no sirve decir bueno voy a probar esto que dicen que va tan bien unos días a ver si funciona. No, así no te va a funcionar, por lo menos en disciplina positiva no es así, no sólo nos va a ayudar en situaciones del presente sino que va a sentar las bases para que podamos disfrutar en un futuro mejor. Tienes que ser constante y tienes que ir avanzando poco a poco. Primero el cambio tiene que estar en ti y después ese cambio lo irán teniendo los peques y no al revés. Esto no quiere decir que los peques vayan a cambiar su forma de actuar y vayan a dejar de hacer cosas que a nosotros nos parece que están mal hechas, no es así.
Los niños tienen que tener sus momentos de enfado, sus rabietas, sus peleas entre hermanos, sus momentos de lloros y de no apetecerles dormir. En fin, todas esas cosas que a veces como padres no nos gustan demasiado pero que debemos aceptar como un proceso por el que es necesario que pasen, en el que ellos están aprendiendo y evolucionando. Es necesario que se equivoquen.Tienen que equivocarse para aprender
¿No os preocuparía que un niño no hiciera nada de esas cosas?. Todos los niños del mundo por muy "buenos" (fijaros que lo pongo entre comillas) que sean, tienen rabietas alguna vez o pasan por algún momento de conflicto con sus padres. Todos, absolutamente todos. Al igual que los adultos tenemos días mejores y días peores, ellos también y tenemos que entenderlo.
Lo que quiero decir con esto es que la mayoría de las veces es más una cuestión nuestra como padres según el nivel de "tolerancia" que tengamos. Por ejemplo en mi caso no me molestan los juguetes por el medio, pero me desespera cuando tiran un vaso con agua. Conociendo mis puntos débiles y donde puedo flaquear más o menos puedo llegar anticiparme y a no crear un situación de las que luego me pueda arrepentir.
¿Qué os pone más en tensión, cuando estáis en casa con ellos o cuando estáis fuera? En mi caso me siento más "dueña" de mi misma, en casa, donde puedo seguir ciertas rutinas, sin embargo fuera me cuesta mucho más. Hay para quien es al contrario en casa se siente más agobiado y fuera se libera y lo lleva mejor.
Lo más importante es conocerse, saber anticiparse y no desesperarse. En cuanto a disciplina positiva propiamente dicho lo que más me ha ayudado de todo, es empatizar con ellos, ponerme en su lugar continuamente. Ver como sería si fuese la situación al contrario te hace despertar de tu letargo ipso facto. Es fácil, imagina que tu pareja o jefe te grita o te habla de mala manera por haber hecho algo "inadecuado", ¿a que no te sientes bien? . Pues con los niños es igual, todos somos iguales, nosotros como adultos no tenemos que sentirnos superiores a ellos. Si ellos sienten que están al mismo nivel que tu, las cosas cambian, ellos conectan contigo y todo es mucho más fácil.Ponte en su lugar
Hay muchas cosas que se pueden hacer si vemos que no estamos bien con la situación que llevamos en casa, sin prisa pero sin pausa. Te aseguro que si has llegado al límite y realmente quieres ese cambio es fácil. Es mucho más fácil que pelearte a diario con tus hijos y pasarte la vida enfadad@ con ellos y sintiéndote culpable.
Podéis leer los pasos que voy dando con los peques donde cuento experiencias y situaciones que pueden serviros de ejemplo en mi diario, en el que aplico lo que voy aprendiendo de disciplina positiva con Nuria.
Puedes unirte a nuestro grupo de apoyo de Facebook "En casa ya no se grita", donde podrás desahogarte y leer otras experiencias.
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