El niño es mío.
Quiero decir que de alguna forma, él me considera la persona más importante de su vida. Está su madre, y también a ella la quiere mucho, pero ahora me prefiere a mí. Se que siempre se dice que los niños son de las madres y las niñas son más de los padres, y puede que encerado en ese tópico esté una verdad encerrada. A ella le da algo de pelusilla, y siempre dice que yo soy el "poli bueno". Conste que no estoy de acuerdo en este punto. Pero es su punto de vista. Que conste que cuando hay que reprenderla por algo lo hago de forma firme, tranquila, explicando porqué y sin ninguna violencia por su puesto. Pero ya me estoy otra vez yendo por las ramas. El caso es que adoro a este cabroncete, y además es recíproco. Recuerdo la sensación de cuando me miró a los ojos por primera vez. *Sus ojos eran como los míos, era como verse a uno mismo desde fuera (como viaje astral que un poco como de pacotilla). Por fuera es igual que su madre, es guapo, de tez muy blanca, con los labios muy rosas y el pelo rubio y rizado que ella tiene en sus fotos de pequeña. Pero esos enormes ojos azules son como una pista, detrás de ellos empieza el parecido con su padre. Es como yo, desordenado, creativo, disperso, entusiasta, emotivo, tiene todas esas cosas que mi pareja aprecia de mi, y todas las que le sacan de quicio. Quizás por que entiendo su manera de ser y sus momentos, soy más indulgente con él que su madre.
Pero vuelvo a lo de antes, los niños son de las madres. Eso tarde o temprano va a pasar, seré el segundo de la lista. Ese niño se parece tanto a mí que seguro que un día se quedará realmente fascinado por su amatxu. Igual que yo que la adoraba a la mía, igual que adoro a la suya.
Mientras, el niño es mío y lo voy a disfrutar.
*Pero mucho más bonitos, donde va a parar ;)