Llegar y ver que todo vuelve a estar desordenado. Poner la compra en su sitio, fregar los platos, limpiar la cocina. Ordenar tu habitación y la de tus hijos. Limpiar un charco de agua que dejaron en el baño. Preparar la comida, ver la hora y darte cuenta de que ya tienes que buscar a los niños.
Al acabar la comida todo vuelve al punto inicial, cosas que limpiar, cosas que ordenar y ni un minuto para descansar, ¿te resulta familiar?
Esta es una situación muy común para la mayoría de las madres. La maternidad implica una serie de nuevas tareas que en muchas ocasiones apenas dejan tiempo para poder descansar. A más hijos, mayor es el tiempo que hay que dedicar y menos espacio para ti y para realizar algo que te ayude a desconectar.
Si a estos cambios se suma el trabajo, se presenta un panorama en el que los niveles de estrés y presión a los que estás expuesta todos los días son muy altos, las horas de descanso son muy pocas y no puedes desconectar en ningún momento. Esta sobrecarga física y emocional te puede llevar a un punto en el que no puedas más y a sufrir el síndrome de burnout.
Estrés crónico
El síndrome de Burnout, también conocido como de desgaste profesional es un síndrome de estrés crónico que puede ocasionar:
Desmotivación y pérdida de la ilusión
Agotamiento extremo, tanto físico como mental
Poco rendimiento e ineficacia para realizar tareas cotidianas
Dolores musculares y fatiga crónica
Alteraciones del sueño como insomnio o un sueño poco profundo
Defensas bajas a causa de la falta de descanso y el estrés constante.
No solo los trabajadores pueden padecer este síndrome. Las madres o los padres también pueden sufrirlo, tanto si trabajan como si se dedican en exclusiva a la crianza y cuidado de sus hijos.
La repetición de trabajos monótonos, repetitivos y aburridos, como realizar una y otra vez las tareas de casa sin tener nunca la sensación de terminar y por ende, sin la sensación de recompensa por el trabajo bien hecho, es una de las causas del Burnout en muchos padres
Además de esto, trabajar más horas de lo habitual y tener que relegar la realización de muchas tareas a horarios en los que antes se descansaba, porque los niños requieren un grado de atención constante muy alto, hace que el tiempo de descanso se reduzca considerablemente. Esta situación dificulta que los padres puedan desconectar después de un día duro y que descansen las horas que necesitan.
Salud emocional
A estos factores se suma el hecho de que la maternidad está muy idealizada y de que decir que la crianza de los hijos es agotadora no está bien visto a nivel social, lo que hace que muchas madres no se sientan cómodas expresando su agotamiento y disimulen, añadiendo más estrés a su día a día y agravando la situación.
En definitiva, la crianza de los hijos no es una tarea fácil, ni siquiera cuando los padres trabajan en conjunto y se reparten de forma equitativa las responsabilidades familiares. Es normal que haya etapas en las que se necesite un descanso, que los niños pasen unos días con sus abuelos y que los padres se dediquen a despejar la mente sin pensar en nada más que en ellos mismos.
No es una cuestión de egoísmo, sino de salud emocional, algo fundamental para crear dinámicas positivas dentro de la familia y para disfrutar plenamente de lo que significa ser padres, con todas las responsabilidades y satisfacciones que eso conlleva.
Autora: María José Madarnás
Este contenido fue revisado en el link www.ellitoral.com.ar/nota/2015-10-29-12-14-0-el-burnout-y-la-maternidad por Mischiquiticos.com en Abril 2018.