El cuerpo humano necesita mantenerse a una temperatura constante de 37 ºC, pero cuando se realiza cualquier esfuerzo físico o cuando estamos en un ambiente caluroso la temperatura de nuestro cuerpo aumenta. Para regularse nuestro cuerpo se regula con mecanismos como el sudor.
Pero ante una ola de calor la temperatura de nuestro cuerpo aumenta. Para regularse se activan varios mecanismos como la sudoración o el traslado de la sangre calentada a los vasos más cercanos a la piel, que se dilatan, para intentar enfriarla. Si no lo consigue es cuando nuestro cuerpo puede sufrir el golpe de calor.
Parecen cosas obvias pero debemos seguir las siguientes recomendaciones:
La hidratación es importantísima. Si tenemos un bebé y le damos el pecho debemos ofrecerselo más a menudo. Con ello regulan la temperatura corporal y están siempre hidratados.
2. Debemos evitar sacar a los niños en las horas centrales del día. Si no queda más remedio podemos cubrir el capazo con una pañuelo semitransparente o con algún fular con lo que evitamos que los rayos del sol den directamente al niño y que el calor penetre en la cuna.
3. Usar ropa de algodón y de colores claros que no absorben el calor.
4. Gorra y protección solar imprescindibles.
5. Refrescar continuamente a los pequeños. Un pulverizador a mano viene muy bien para que siempre vayan fresquitos e hidratados.
6. La alimentación tiene que ser rica en agua para mantener al niño bien hidratado: fruta y verduras, ensaladas… Como los niños sudan bastante con el calor, han de beber mucha agua o zumos naturales para reponer líquidos.
7. Los niños no deben quedarse solos en el coche en ningún momento.
8. El aire acondicionado tiene sus ventajas pero si tenemos bebés en casa y el frío les da de lleno es peligroso por eso se recomienda el uso de ventiladores que enfrían la habitación sin perjudicar la salud de los niños.
9. A todos los niños les encanta el agua así que si tenemos terraza podemos comprar una pequeña piscina para que los más pequeños estén fresquitos todo el día.
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