La vida de hoy en día ha convertido en algo muy habitual cambiar de país en busca de nuevas oportunidades y experiencias. ¿Quién no conoce alguien que se ha ido? ¿Quién no plantea irse? ¿Quién no sueña con vivir fuera aunque sea por un tiempo?
El mundo se ha globalizado y las posibilidades de vivir en el exterior llegan cada vez con mayor facilidad a nuestras vidas.
Muchos también salen a buscar afuera el deseado crecimiento profesional, mejorar la calidad de vida para toda la familia y vivir una experiencia en todos los sentidos muy enriquecedora.
Una vez que tomamos la decisión nos invade la preocupación con respecto a nuestros hijos sobre todo en edad escolar que es cuando ya poseen un incipiente arraigo, amigos que quieren, familia que disfrutan, afectos en el cole..
No podemos liberarnos de la angustia pensando en lo que pueden llegar a sufrir con el cambio, ¿se adaptarán fácilmente? ¿el nuevo idioma les dificultará la integración? son muchas la preguntas que dan vueltas y las respuestas sólo las tendrás con la experiencia de haberlo vivido.
Pero existen caminos para facilitarnos el tránsito hacia el cambio, formas para enfrentar este nuevo desafío y salir victoriosos.
Todo es cuestión de actitud, de llenar de ilusión lo que está por venir y de contagiar a toda la familia de entusiasmo canalizando las preocupaciones desde el optimismo.
Consejos
. Es muy importante que tanto tú como tu pareja sean un bloque, ambos tienen que tomar las mismas riendas frente a los niños. Piensa que tus hijos tienen que subirse a un barco timoneado por ambos hacia una misma dirección.
. Esperen estar totalmente decididos al cambio antes de comunicarlo a los hijos. Es importante que vean seguridad, decisión y confianza en vuestras palabras. Esa seguridad se la trasladaréis a ellos.
. Mantener una actitud positiva frente a los niños, es fundamental.
. Compartir con ellos todo lo bueno que les espera en esta nueva aventura. Nuevos sitios divertidos por conocer, actividades nuevas por aprender, ricos sabores por descubrir...
. Asegurarles que los afectos no se pierden, que la distancia no será obstáculo para seguir en contacto con ellos. Que no faltarán las visitas para volverles a ver y mostrarles todo sobre sus vida en el nuevo lugar.
. Hacerles partícipes del cambio. Ver coles por internet, buscar casa, investigar sobre los atractivos turísticos de vuestro nuevo destino.. y siempre entre risas, destacando todo lo positivo que está por venir.
. Aparcar agobios, preocupaciones, temores y nervios típicos. Hacer catarsis cuando los niños no estén. Es normal que existan y que necesites canalizar todas tus preocupaciones, pero no será favorable para los peques ni tampoco nada podrán aportarte.
. Que en el entorno, familiares y amigos entiendan lo necesario que es apoyarles en vuestra decisión. La energía negativa no suma nada.
Luego llegará el momento de organizar la mudanza de forma práctica y eficiente, libre de stress. Es posible. Pero lo dejaremos para una futura publicación. ;)
No dejes de aceptar desafíos. Vuelven la vida más intensa e interesante.
¿Estas pensando en cambiar de lugar?
¿Te has ido a vivir fuera con niños?
Me encantaría conocer tu experiencia.
¡Gracias por estar! ¡Nos vemos pronto!