#stopniñofobia y por qué es tan importante
Una vez más me confieso culpable de pensamientos y actos antes de ser madre y es por esta culpabilidad por la que hoy os quiero hablar de la iniciativa #stopniñofobia y por qué es tan importante.
Desde que recuerdo y como ya os conté, nunca me han gustado los niños y no fue hasta que me quedé embarazada que la cosa empezó a cambiar.
Nunca he sido paciente ni tolerante hacia los más pequeños y no entendía por qué los padres no actuaban y dejaban que montasen pitotes y molestias a todo el mundo.
Parece que no cuadra mucho lo que pone en el titular del post y lo que estoy contando pero en realidad no puede ir más ligado.
Si cuando oía a esos niños chillar como posesos en lugar de echar los ojos para arriba y suspirar como una lerda me hubiese molestado en mirar un poquito más, estoy segura de que habría encontrado unos padres intentado solventar esa situación. Unos padres angustiados porque sus hijos están molestando a los demás y siendo juzgados por algo que es tan normal como que un niño tenga una rabieta porque está comenzando a descubrir el mundo y a razonar y es un proceso que no se aprende en un día y genera mucha frustración.
A lo mejor si en lugar de echar los ojos para arriba y suspirar como una lerda hubiese mirado a esos padres a la cara y los hubiese concedido una simple sonrisa de complicidad que no les hiciese sentir mal sino que saben que pueden solucionarlo se hubiesen tranquilizado ellos primero y habrían tenido más tacto para calmar a ese pequeño que no entiende bien ni lo que quiere.
Porque a veces simplemente es cuestión de unos minutos, todo pasa y esos niños se calman y esos padres respiran aliviados pero sin dejar de sentirse mal.
No es necesario que te gusten los niños, no es necesario querer ser madre o padre, ni tan siquiera es necesario ser simpático. Solamente hay que recordar y hacer ver que todos en algún momento hemos sido niños y que hay que dejarles serlo y no pretender que se comporten como adultos.
Y en cuanto a lo que muchos están pensando ahora mismo, yo he vivido de primera mano a padres que no se hacen responsables de lo que hacen sus críos y que cuando más insoportable estaba el chiquillo en un restaurante llorando y chillando, le han dado un juguete que pita para que haga aún más ruido...
Como todo, padres irresponsables, haberlo hailos, pero por suerte son una minoría y si seguimos la norma de que paguen justos por pecadores, prohibamos la entrada a todos los adolescentes al metro porque van a ir escuchando mierd, digo, música a todo volumen y eso no es muy respetuoso que digamos. No lo haríamos ¿verdad? Pues eso.
Y como diría Juls de Bebé a Mordor, piensa que lo peor que te puede pasar al subir a un avión, no es que te toque un niño delante, es que el avión se estrella y te mueras :) Pensemos las cosas desde otra perspectiva y seamos un poquito más tolerantes. Empezando por mí.
Me interesa muchísimo saber vuestra opinión al respecto, os espero por los comentarios!
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