© lorisbagnara - Fotolia.com
Puede parecer borde, pero me resulta muy dificil de entender, cual es la prisa que tiene la humanidad por que los niños hablen, gateen, caminen, coman solos, duerman solos, dejen la teta, dejen de ser niños...Valga decir que siempre están los que te lo preguntan por solo romper el hielo o por simple curiosidad, pero a estos, les respondo igual, sobre todo si no tienen hijos porque me gusta ver las caras que ponen y luego reírnos un rato.
Siempre he sido de la opinión de que cada niño alcanza las diferentes etapas de desarrollo a su tiempo, sin presiones, y de este modo actué, aquella vez que una amiga miró con desdén a #MiniMoi que con 5 meses recien cumplidos aún no gateaba, porque su hija a los 5 meses ya lo hacía a la perfección. Sin comentarios. También conozco otros niños que hasta después de los 18 meses no han comenzado a gatear, pero que a los dos años, ya caminaban perfectamente, y yo nunca he tocado el tema, salvo que vea a la madre preocupada, y solo ha sido para preguntarle que le ha dicho el médico, y animarla a no preocuparse si no le han detectado un problema grave.
Nunca me he preocupado por los alcances de los otros niños, yo me quedo contenta cada vez que vamos a una revisión con el pediatra y después de las preguntas de rigor sobre que hace mi bebé, me dice que todo va bien y que mi hijo es perfectamente normal.
En relación al habla, creo que todas las madres soñamos con el momento que nuestro querubín diga "mamá". En nuestro caso, la primera palabra de mi hijo fue "Aslan", que es el nombre del perro. Para ese entonces tenía unos siete meses. Y luego dijo agua. Después "Aslan, ven", evidentemente para llamar al perro, el cuál asiste desde entonces a tan dulce llamado y creo que era la frase que mas escuchaba durante su día a día, era obvio que la aprendiera.
¿Qué creen que dijo luego?, esta clarísimo que no fue "mamá", dijo papá, y luego los diminutivos esenciales en el lenguaje de todo niño de ocho meses: papi, daddy (esto evidentemente es un triste sarcasmo, aunque estoy convencida que de haber podido hubiese dicho esternocleidomastoideo con tal de no decir mi tan anhelado "mamá"). Vino a decir mamá a los 11 meses, y solo lo decía si tenia una necesidad urgente a resolver, en cambio cuando veía a su papá, pegaba un grito diciendo "papiiiiii".
A sus 21 meses, #MiniMoi no dice gran cosa, se comunica bien y sabe hacerse entender, ahora comienza a imitar sonidos de animales y dice el nombre del que está imitando, tiene un repertorio de 5 básicos: perro, gato, cerdo, oveja, caballo, y dice JiiiHa!!! cuando se sube a un caballito en el parque. ¿Que hay niños que dicen muchísimas mas cosas?, evidentemente, pero no son mis hijos. Me alegro por ellos, y por sus orgullosos padres, pero no me quita el sueño.
En su guarde hay un bebé que este mes cumple dos años, pero desde enero que se incorporó habla muchísimo y con una claridad increíble, es muy gracioso escucharlo cuando le pregunto a la cuidadora si mi niño se comió todo y es él, quien me responde: "se tomo toda la sopa, no quiso garbanzos" (mi hijo nunca se come el cocido completo). Pero que el simpático Mateo sea un crack en habilidades lingüísticas, no quiere decir que el resto de los niños de la guarde también deban serlo, o que las madres tengamos otro motivo de preocupación.
Que MiniMoi diga yuyu, y yo, con mis súper poderes de madre deba averiguar si se refiere a que quiere un yogurt o si quiere pasear en el triciclo, o está viendo un trenecito en un libro, aunque esto últimamente ya es chu-chú, pero igualmente aplica a cualquier vehículo sea autobús, tractor o coche, al menos eso si, está limitado a un grupo, por ahora no resulta ningún inconveniente, tampoco que "agua" según la pronunciación y el contexto sea que tiene sed o que quiere "guardar" sus juguetes. A sus zapatos les dice "coco", ni idea de por qué, pero un dia me trajo los zapatos y ya pude saber a que se refería.
Lo que si está claro que mi chico casi nunca dice "si", pero si asiente, el "no", es su palabra favorita, dice "oh no" cuando algo le sorpende, o wow, dice ¡hala! y ayer me pareció escucharle que decía "joer", esta última tratamos de no reñirla ni reírnos, nos pusimos serios y lo entretuvimos rápidamente, porque no quiero tener un niño con boca de letrina, hay padres que no tienen inconveniente con que sus hijos digan "groserías", pero a mi si me preocupa mucho cuidar su léxico, soy de la opinión que las palabrotas afean el lenguaje, enturbian el alma, y el discurso aunque tengas razón, pierde potencia y credibilidad.
Últimamente, ha comenzado a construir frases, como "Mamá quiero comer", y esto es curioso, por que si quiere decir "a comer" pronuncia "meeer". Anoche llamaba a su papá y dijo claramente: "papá ven, estoy aquí", fue tierno y gracioso. Ya pregunta ¿Por qué? (aunque dice O qué), pero la pregunta aun no espera una respuesta, pero si denota curiosidad, aún así, yo me vivo explicándole el porqué de todo, y evito los porque si o los porque lo digo yo.
Mientras tanto, y mientras el vocabulario de mi hijo se enriquece, procuraremos fomentar el hábito de la lectura, que sé de primera mano es fabuloso para tener un buen léxico y una excelente ortografía, evitaremos las palabrotas en casa, aunque cuando mi perro se pone a ladrar de forma impertinente siempre se me escape fácilmente un obstinado "coño Aslan cállate" y #PapaGenial sucumba con frecuencia al lado gamberro del castellano.
Y para aquellos que nos preguntan: ¿cuántas palabras dice tu hijo?, ¿todavía no habla?, "mi hij@ a su edad ya recitaba el diccionario de la RAE de la Z a la A y al revés", les seguiremos contestando, que la palabra favorita de nuestro hijo, es sin duda "supercalifragilisticoespialidoso".