En fin, que me he dado cuenta de que el verbo “acostumbrar” es el verbo por antonomasia de las frases de manual. Ya lo hemos abordado dos veces con connotaciones negativas. Por un lado, cuando la gente nos mira con condescendencia ante una rabieta de nuestra pequeña y nos dice aquello de “vosotros la habéis acostumbrado a eso…”. Por otro, cuando esa misma gente te reprocha llevar en brazos a tu bebé porque las vas a acostumbrar a ello. Y eso, oigan, es algo que sólo hacen los malos padres. Acostumbrar a sus bebés al contacto físico y a la cercanía. Para nosotros ya es tarde cambiar. Pero si todavía estáis a tiempo, hacedlo. El mundo os aceptará mucho mejor.
Hoy, sin embargo, vamos a tratar el verbo “acostumbrar” con una connotación positiva. O al menos esa es la connotación que le da la gente cuando te dice esta frase de manual. Digamos que es algo muy parecido a las anteriores, sólo que tú interlocutor tiene la deferencia de hacerte llegar el mensaje en positivo. No sé si se trata de una estrategia psicológica para conseguir su objetivo o es que, viéndote ya hundido entre tanta frase de manual, intenta no hurgar más en la herida. Pero lo cierto es que si, por ejemplo, te ve mucho tiempo con la niña en brazos, no dudará en darte su consejo de experto en mil batallas domésticas:
Y oye, que puede que hasta tenga razón y dentro de unos meses la mamá jefa y el papá en prácticas estemos con una hernia en la espalda. Pero alma de cántaro, ¿tú te crees que por mucho que nos guste el porteo no hemos probado a llevarla en carro alguna vez? ¡Claro que sí! Pero no puede ser. Maramoto no aguanta estar sentada. Ni en el carrito, ni en la sillita del coche, ni en la hamaca, ni en la trona… ¡No! Mientras todos los niños pasean en sus carros ella lo que quiere es ir en brazos, mirando hacia delante si puede ser, y provocando a toda la gente que se cruza en su camino. Y a nosotros no nos importa, no te preocupes. Si nos importase la forzaríamos a ir en el carrito y nos daría igual escucharla llorar. Y gritar. Pero no es el caso. Así que no sufras que con hernia o sin hernia nos apañaremos. No sé cómo, pero lo haremos.
Después de desahogarme (disculpadme, pero tenía que hacerlo), os diré que esta frase de manual admite muchos matices. Te la pueden decir para referirse al colecho (“Tenéis que acostumbrarla a que duerma en su cama, que luego no habrá forma de sacarla de la vuestra”) o a la guardería (“Tenéis que acostumbrarla a ir a la guardería para que se relacione con otros niños”). O a cientos de cosas más. El verbo acostumbrar es infinito cuando de dar consejos para criar a un bebé se refiere.
Y a vosotr@s, ¿Os han dicho alguna de estas frases de manual alguna vez?