Tener hermanos enriquece mucho a los niños. Compartir momentos importantes y cotidianos, regañinas de nuestros padres, peleas por jugar a un juego u a otro...Todo es recordado con cariño cuando somos adultos, aunque no todo se vive por igual dentro de los hermanos. El orden de llegada, la diferencia de edad y el ser o no del mismo sexo, influye mucho en la relación y en el comportamiento de cada uno dentro del entorno familiar.
Por lo general, dos niños se llevan peor que dos niñas (discuten más) y la relación entre hermano y hermana se sitúa en un punto intermedio. Se considera que para el primogénito es más sencillo aceptar tener hermanos cuando son de diferente sexo. En el caso de tres hermanos, la relación serán menos complicado si su sexo difiere del de los otros dos.
La diferencia de edad también es muy importante. al tener hermanos si se llevan menos de tres años, pueden compartir actividades de forma espontánea, lo que hace que se cree un vínculo más fuerte entre ellos, aunque también será más explosivo. Si la proximidad de edad es inferior, probablemente 'luchen' por ocupar el mismo lugar dentro de la familia, lo que provocará grandes peleas entre los dos.
Cuando la diferencia supera los cinco años, la búsqueda de actividades conjuntas se complica, por lo que si los padres queremos que surja una gran relación, debemos proponer juegos en los que puedan participar los dos. Los niños que se llevan más años suelen tener menos celos porque su posición dentro de la familia ya está definida, además, a veces, los mayores, ejercen de 'protectores' de sus hermanos y los pequeños les obedecen en todo intentando imitarles en todo.
¿Cómo es su relación entre hermanos?
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