“There is more than enough for you, no matter what your sibling gets.” – Dra Laura Markham
Cuando me quedé embarazada, me recomendaron el libro “Peaceful Parents, Happy Siblings” y se convirtió en mi libro de referencia durante todo el embarazo.
No sólo te enseña a mediar entre hermanos, también escribe sobre su filosofía de crianza – muy alineada con la mía – y comparte recursos y herramientas para conectar y empatizar con los niños y construir una relación de amor con cada uno de ellos.
Una de las partes que más me gustó del libro fue la que habla de “querer a cada uno de la mejor manera”.
Un niño de 3 años y un recién nacido no tienen las mismas necesidades, por lo que, para ser justos con ellos, no podemos tratarles igual. Tenemos que tratarles de la mejor manera que cada uno necesite para sentir nuestro amor.
No sé si conocéis Los 5 lenguajes del amor -otro libro muy importante que tener en la estantería de casa-, pero lo que dice la Dra Markham va muy ligado a ello: cada persona, y por tanto cada uno de nuestros hijos, recibimos el amor de los demás de manera diferente.
Tu hijo mayor se sentirá amado cuando le leas el cuento de buenas noches, y quizá tu hijo pequeño sólo necesita que le digas todas las noches que estás orgullosa de él.
Tu misión como madre es encontrar su lenguaje del amor – esa forma única en la que tu hijo es capaz de absorber tu cariño.
Empeñarnos en tratarles por igual sólo creará desigualdades entre ellos, y empezarán los resentimientos y las peleas.
En cambio, si queremos a cada niño de la mejor forma, con el tiempo dejarán de mirar lo que recibe el otro, porque ellos saben que tu amor hacia ellos es único e irrepetible.
8 consejos para mejorar las relaciones entre hermanos:
Estos son mis 8 consejos favoritos del libro“Peaceful Parents, Happy Siblings” que creo que también sirven para ilustrar la filosofía de crianza de Laura Markham.
Mantenimiento preventivo: reconozco que esta es la técnica que más me gusta – adelantarnos y prevenir la tormenta siempre es la mejor opción con nuestros hijos. Pasar tiempo con cada uno, de manera individualizada es vital para su desarrollo emocional. La Dra Markham propone pasar “tiempo especial” con cada uno de nuestros hijos, no sólo cuando acaba de llegar un hermanito. También vale para los adolescentes. Cada hijo debería pasar tiempo a solas con cada uno de sus padres varias veces a la semana, aunque lo ideal es que sea todos los días.
Ayudarles a lidiar con la envidia y el resentimiento: permíteles expresar lo que sienten y escúchales sin juzgar, valida sus emociones y empatiza con lo que están sintiendo. “A veces es muy difícil ser hermano mayor… Te escucho cuando dices que todo es más difícil desde que nació tu hermanita… La queremos mucho y me encanta que esté aquí, pero entiendo que es muy duro para ti. Puedes contármelo cada vez que te sientas así, y te ayudaré a estar mejor.”
No dejes que los hermanos mayores asuman el rol de padres. Su labor no es regañar ni corregir a sus hermanos. Los padres son los que se encargan de establecer las reglas familiares y hacer que se cumplan.
Dale privilegios y responsabilidades al hermano mayor: está bien que, si tiene cierta edad, se quede cuidando de su hermano pequeño. Pero hazle saber que siempre estarás disponible para ayudarle si no puede controlar la situación o no le hacen caso. También la edad conlleva privilegios como acostarse más tarde que los pequeños.
Enseña a los hermanos pequeños maneras agradables de captar la atención de sus hermanos mayores sin molestarles.
Demuéstrales a todos que les quieres simplemente por existir: todos los niños comparten una necesidad básica y es sentirse importantes dentro de su familia. Cada niño merece ser adorado de manera incondicional, simplemente por como es, sin tener que hacer méritos para que le colmes con tu amor. Por supuesto, a esto hay que añadir reconocimiento a cada una de las cosas buenas que aportan al mundo: “Me encanta que siempre estés cantando” “Me he dado cuenta de que siempre cuidas del perro”
Asegúrate de que cada uno de tus hijos siente que “pertenece” a la familia: dale a cada niño la oportunidad de contribuir para que sientan que tienen un papel imprescindible dentro de la familia. Valora las tareas que hace, y las responsabilidades que asume, como contribuciones valiosas para el bienestar de toda la familia.
Recuerda que todos los niños necesitan mimos: aunque parezcan muy mayores, son todavía niños y hay que permitirles actuar como niños. No importa la edad que tengan, todos tus hijos quieren que les cuides y les dejes “volver a ser bebés” y saber que siempre serás su mamá o su papá.
Para terminar, quiero aclarar que el enfoque de esta doctora me gusta tantísimo porque lo primero que hace es reconocer que los padres ya tenemos suficiente trabajo y presión como para seguir todas y cada una de las técnicas.
Su consejo: elegir SOLO una. La que más resuene contigo, la que más te guste, o la que creas que mejor se adapta a tus hijos. Implementa ese consejo, y cuando ya forme parte de vuestra rutina, puedes escoger otra.
La idea es ir haciendo progresos pequeños pensando en el largo plazo, no cambiarlo todo pero abandonar la idea porque es insostenible en el tiempo.
Cuéntame en comentarios qué técnicas te funcionan a ti para mejorar la relación entre tus hijos. ¡Te leo!