¿No os pasa en ocasiones, que os gusta imaginar e inventar la vida de la gente? Muchas veces pienso que todo forma parte de mi imaginación, y de mis diferentes suposiciones o hipótesis, pero bueno, a mi me hace ilusión pensar que mis observaciones tienen sus frutos...
Resulta que esta pareja de hermanos ya no acude con su abuelita a ese mismo punto desde el que cada uno solía partir a su escuela. Ahora van solos y se demuestra el amor entre hermanos. Y si bien es cierto que antes ni hablaban ni apenas se miraban y el único nexo entre ellos parecía ser la amorosa abuela, ahora los dos hermanos, parece que por decisión propia y espontánea, se dan la mano, comparten gestos cariñosos y se despiden con dos besos, religiosamente, cada día. Esto demuestra el amor entre hermanos.
Muchas hipótesis han venido a mi, a causa de este 'cambio' en la conducta de los niños...quizá el simple hecho de haber compartido momentos que les han unido más, últimamente. O que echan de menos a su abuela, y ese gesto de despedida simboliza lo que a ella le hubiese gustado presenciar, de haber seguido acompañándoles. Espero que no, pero, ¿y si la abuela enfermó, o le ocurrió algo que ha hecho recapacitar a los hermanos y por ello han decidido cuidarse más el uno al otro?
En cualquier caso, me gusta observar el amor entre hermanos. En mañanas de frio y de lluvia, cuando la gente apenas pestañea por el estado de congelación y desánimo que impera en las paradas de bus que nos llevan a nuestros respectivos lugares de trabajo, la escena de los hermanos propagándose dicho cariño, me encanta.
¿Educáis a vuestros hijos en las caricias, cariño y demostración física de afecto a sus hermanos?
¿Creéis que es importante?
Foto. Vivika1, Flickr.