Todos sabemos que los bebés, durante sus primeros meses de vida, pasan la mayor parte del tiempo durmiendo, algo que resulta de vital importancia dado que influye directamente tanto en su desarrollo mental como físico.
Todos necesitamos dormir, el periodo de sueño y descanso es importantísimo para todos, pero de manera más especial para los bebés. Para ellos es tan importante como comer o beber y, aunque esto pueda parecer evidente, muchas veces no somos del todo conscientes de ello y, en ocasiones, no permitimos que nuestros bebés duerman todo lo que necesitan para desarrollarse y funcionar correctamente.
Es cierto que es algo que no hacemos a propósito. Muchas veces simplemente se debe al deseo de verlos y que te vean, o de compartir con ellos esos escasos momentos en los que podemos coincidir. Esto en el caso de los bebés. Cuando se trata de niños un poco más mayores sucede igual, sólo que en ese caso, y debido a nuestra ajetreada vida, llenamos las suyas de actividades que impiden que descansen las horas necesarias, sólo porque necesitamos mantenerlos ocupados mientras nosotros trabajamos. Sin detenernos ni un momento a pensar las consecuencias negativas que esto puede tener en el desarrollo de nuestros hijos, simplemente porque es algo que no podemos cambiar.
¿Por qué es tan importante dormir lo suficiente?
Como hemos dicho, dormir lo suficiente es realmente importante para todos pero especialmente para los bebés y niños pequeños por muchas razones que van desde la restauración de la energía hasta la construcción de las conexiones del cerebro – por no hablar del momento de descanso tan necesario que durante ese tiempo nos dan a los padres. Pero la ciencia está demostrando que el sueño también alimenta el crecimiento físico.
El crecimiento es un proceso complejo que requiere de varias hormonas para estimular diversos eventos biológicos en la sangre, órganos, músculos y huesos. Una hormona proteica secretada por la glándula pituitaria llamada crecimiento hormonal (o “la hormona del crecimiento humano“) es un jugador clave en estos eventos. Hay varios factores que afectan su producción, incluyendo la nutrición, el estrés y el ejercicio. En los niños pequeños, sin embargo, el factor más importante es el sueño.
La hormona del crecimiento se libera durante todo el día. Pero para los niños, el período más intenso de la liberación es poco después del inicio del sueño profundo.
¿Para qué nos sirve dormir?
Aunque quedan numerosos interrogantes, sí sabemos que el sueño está asociado con funciones inmunes, endocrinas, de aprendizaje y memoria. También juega un rol esencial en nuestro bienestar emocional y puede conducir a ideas creativas. El sueño ayudaría a consolidar los nuevos recuerdos y a actualizar los antiguos sobre la base de lo que acabamos de aprender. También a forjar nuevas conexiones neuronales filtrando de estas las que no tienen importancia. El cerebro dormido sabe qué información nueva es lo suficientemente significativa como para mantenerla y, por el contrario, qué puede atenuarse o desaparecer. Científicos han descubierto recientemente que los buenos hábitos de sueño también fortalecen el cerebro a largo plazo y auxiliarían al cerebro en tareas de autorreparación. Investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison realizaron un estudio por el que concluyeron que durante el sueño aumenta la actividad en los genes involucrados en la producción de “oligodendrocitos”. Estas células son fundamentales ya que son responsables de recubrir las neuronas de mielina, que es el “material aislante” del cerebro. Por el contrario, la privación de sueño produce una mayor actividad en los genes implicados en el estrés y la muerte celular.
¿Qué es el sueño? (LIBROS)
Si queremos entender mejor la naturaleza crítica del sueño para el crecimiento y desarrollo de nuestros hijos, antes debemos entender que es lo que hace que el sueño sea tan recomendable para ellos.
Según el libro: “Healthy Sleep Habits, Happy Child” de Marc Weissbluth
“El sueño es la fuente de energía que mantiene su mente alerta y tranquila. Todas las noches, y en cada siesta, el sueño es el encargado de recargar la batería del cerebro. Dormir bien aumenta la capacidad intelectual igual que el levantamiento de pesas desarrolla unos músculos más fuertes, porque dormir bien aumenta su capacidad de atención y le permite estar físicamente relajado y mentalmente alerta al mismo tiempo. De este modo estará en su mejor marca personal”.
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Estados del Sueño
Hay dos tipos de alternancia o estados del sueño:
Non-Rapid Eye Movement (NREM) o el sueño “tranquilo”. Durante los estados profundos de sueño NREM, se aumenta el suministro de sangre a los músculos, la energía se restaura, el crecimiento y reparación de tejidos se producen, y las hormonas se liberan importantes para el crecimiento y el desarrollo.
Rapid Eye Movement (REM) o dormir “activo”. Durante el sueño REM, nuestros cerebros están activos y el sueño se produce. Nuestros cuerpos se vuelven inmóviles, la respiración y la frecuencia cardíaca son irregulares.
Los bebés pasan el 50 por ciento de su tiempo en cada uno de estos estados y el ciclo del sueño es de unos 50 minutos. A los seis meses de edad, el sueño REM abarca aproximadamente el 30 por ciento de sueño. Cuando los niños llegan a la edad preescolar, el ciclo del sueño es aproximadamente cada 90 minutos.
¿Cuánto necesitan dormir?
Cuando son más pequeños, en los años de guardería, necesitan alrededor de 10h a 12h 30m de sueño por noche (las siestas se irán reduciendo progresivamente hasta llegar a su práctica desaparición con el comienzo de la etapa escolar). En este momento, cuando están en primaria, necesitan de 9h 30m a 11h 30m de sueño por noche.
Debemos saber que estas recomendaciones son orientativas ya que todo dependerá, lógicamente, de las necesidades de sueño de cada niño y así algunos requerirán menos horas y otros, en cambio, pueden requerir un poco más.
Las 4 Etapas del Sueño
Mientras te estás quedando dormido, no pareciera que ocurran muchas cosas. . . la habitación se torna borrosa y los párpados te resultan cada vez más pesados. Pero, ¿qué ocurre a continuación? ¡Muchas cosas!
El cerebro entra en acción y le indica a tu cuerpo cómo dormir. A medida que te quedas dormido, comienzas a recorrer las cinco etapas diferentes del sueño:
Primera etapa
En esta etapa, el cerebro les envía a los músculos una señal para que se relajen. También le indica al corazón que lata más lentamente y hace bajar levemente la temperatura del cuerpo.
Segunda etapa
Después de un rato, comienza la segunda etapa, que es un sueño ligero. Durante esta etapa, aún es posible despertarte con facilidad. Por ejemplo, si tu hermana te molesta o escuchas la bocina de un automóvil en la calle, es probable que te despiertes.
Tercera etapa
Cuando te encuentras en esta etapa, estás en un sueño profundo, denominado “sueño de onda lenta”. El cerebro envía un mensaje para hacer descender la presión sanguínea. El cuerpo no siente la temperatura del aire que te rodea; es decir que no te darás cuenta si hace frío o calor en tu habitación. En esta etapa, es mucho más difícil que te despierten, pero es en esta etapa del sueño que algunas personas pueden tener episodios de sonambulismo o hablar dormidas.
Cuarta etapa
Éste es el sueño más profundo y también se lo considera sueño de onda lenta. Es muy difícil despertarte en esta etapa del sueño y, si finalmente te despiertas, quedarás confundido durante unos cuantos minutos. Al igual que en la tercera etapa, algunas personas pueden tener episodios de sonambulismo o hablar mientras pasan de la cuarta etapa a una etapa de sueño más ligero.
(Fuente)
¿A qué puede afectar la falta de sueño en nuestros hijos?
Sin un sueño adecuado, podemos encontrar que nuestro bebé o nuestro pequeño presenta problemas de crecimiento – principalmente se puede dar un crecimiento ralentizado o raquítico.
Además de tener problemas con la hormona del crecimiento, la falta de sueño en los niños también puede afectar a hormonas que regulan el hambre y el apetito, provocando que el niño desee comer en exceso y tenga una preferencia por los carbohidratos de alto contenido calórico. Incluso, la falta de sueño puede afectar la manera en que el cuerpo metaboliza estos alimentos, lo que también puede provocar una resistencia a la insulina, vinculada a la diabetes tipo 2.
Por otro lado la falta de sueño, sobre todo por la noche, también puede afectar a las habilidades motoras y a la concentración durante el día, lo que puede conllevar más accidentes y problemas de conducta y bajo rendimiento en la escuela.
Debemos ser conscientes de que la mayoría de los niños necesitan dormir más de lo que sus padres pensamos. Las señales de que nuestro hijo no está descansando suficiente se pueden mostrar en forma de irritabilidad o letargo durante el día, dificultad para concentrarse en la escuela y, obviamente, que nos resultará mucho más difícil despertarlo por la mañana.
Si has llegado hasta aquí, habrás leído la cantidad de horas de sueño que nuestros peques pasan acostados, sobre todo cuando son más pequeños, por eso te pueden insertar estas cunas (si tus hijos se encuentra en edad temprana) o estas camas convertibles que se adaptan a su crecimiento evitando que tengas que preocuparte de este tema cada vez que van creciendo.
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