Biografía de Belén Piñeiro
Profesora de Educación Infantil, Máster en Neuropsicología y Educación, especializada en Educación Social y Emocional en la primera infancia.
Ha trabajado en diferentes países europeos y tras esta experiencia creó su propio Programa de Intervención Educativa con el fin de iniciar a los más pequeños en el universo de las emociones. Con él obtuvo la calificación de Matrícula de Honor en La Universidad Internacional de La Rioja y finalmente fue publicado como su primer libro: “Educar las emociones en la primera infancia“, el cual se convirtió en un éxito en ventas y fue el comienzo de una nueva etapa profesional.
Promueve la inmersión de la Educación Social y Emocional en las aulas y en las familias, con el fin de introducir un nuevo modelo educativo para los niños que les permita potenciar al máximo todas sus cualidades, en base a una buena autoestima.
Ha publicado dos libros más: “La Cajita Come-Miedos” y “Educando niños felices. Actualmente imparte cursos on-line sobre Neuroeducación y Disciplina Positiva para ayudar a padres y docentes en su labor más importante: la educación de los niños.
Entrevista a Belén Piñeiro
1. ¿Qué puede aportar la Inteligencia Emocional a los niños? ¿Y a los adultos?
La Inteligencia Emocional nos aporta a grandes y pequeños habilidades para la vida. Para ser felices, además de tener conocimientos en materias como matemáticas y lenguaje, también es necesario que aprendamos a desarrollar habilidades sociales, por ejemplo, para entablar buenas relaciones con los demás y obviamente habilidades emocionales, que nos permitan resolver mejor los conflictos que nos surgirán a lo largo de nuestra vida. Somos seres emocionales y tener herramientas para reconocer y gestionar nuestras emociones nos beneficiará en todos los campos de nuestra vida.
2. ¿Crees conveniente que en el currículo de nuestro Sistema Educativo se incluya una asignatura de Educación Emocional?
Considero que es el primer paso, un acercamiento a la inclusión de las habilidades emocionales en la escuela. De hecho, mi primer libro, Educar las emociones en la primera infancia incluye una guía para introducir la Educación Emocional en las aulas de segundo ciclo de educación infantil o primer ciclo de educación primaria.
Sin embargo no creo que sea suficiente con eso. Si un niño tiene un problema el lunes por la mañana o hay un conflicto entre compañeros el martes, lo mejor no es esperar a tratarlo en la hora de educación emocional que quizás sea el viernes. Lo ideal es incluir la Educación Emocional de forma transversal en las aulas. Formar a los docentes y que estos tengan los conocimientos necesarios para manejar cualquier conflicto de este tipo en cualquier momento.
3. ¿Qué significa ser emocionalmente inteligente?
Las personas emocionalmente inteligentes son aquellas que saben reconocer y gestionar sus propias emociones y también identificar las de los demás. Como hemos comentado, esto te da ciertas ventajas a la hora de manejar situaciones cotidianas en las que las emociones tienen un papel importante, como una entrevista de trabajo, una discusión de pareja o enfrentarnos a un examen importante.
4. ¿A qué edad sería apropiado empezar a trabajar la Inteligencia Emocional con niños?
Realmente la Inteligencia Emocional se trabaja desde siempre. Está demostrado que incluso durante el embarazo, las emociones de la madre influyen en el desarrollo del bebé. Pero de forma específica, como tal, yo recomiendo comenzar alrededor de los 3 años, cuando los niños ya tengan un vocabulario que les permita entender y poder expresar lo que sienten.
5. ¿Crees que los niños con una buena Inteligencia Emocional están más receptivos a aprender cosas nuevas?
Uno de los aspectos más importantes que trabajamos en Educación Emocional es la autoestima. Un niño seguro de sí mismo siempre confiará más en sus posibilidades y esto generará una buena predisposición para realizar actividades. Además, el hecho de desarrollar también habilidades de autoconocimiento le hará saber con cuáles de ellas disfrutará más y en cuáles se manejará mejor.
Lo ideal sería incluir la educación emocional de forma transversal
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6. ¿Crees que trabajar la Educación Emocional en las aulas evitaría conflictos de convivencia en los colegios?
Sin duda alguna. Las bases de las habilidades sociales son la empatía y la asertividad y éstas son incompatibles con el acoso escolar, por ejemplo. En países nórdicos como Finlandia ya están trabajando con métodos como KiVa que trabajan la Educación Emocional y han demostrado que reducen los casos de acoso escolar hasta un 96%. En España también hay colegios pioneros que ya trabajan asignaturas como empatía en las Islas Canarias, por ejemplo.
7. ¿Crees que a la Inteligencia Emocional se le da actualmente la importancia que se merece?
Todavía no, pero soy bastante optimista en este aspecto. Hace un lustro, por ejemplo, casi nadie conocía lo que era la Inteligencia Emocional y en los medios sólo se trataba en programas aislados, como Redes, en tve2. Actualmente la población en general se interesa más por estos temas. Existe muchísima información, libros, formación y ya hay docentes como César Bona, por ejemplo que ponen cara al cambio que se requiere en el sistema educativo.
8. ¿Cómo pueden influir las emociones en nuestra salud?
Las emociones tienen como función principal enviarnos un mensaje del exterior y todas ellas vienen acompañadas a una reacción fisiológica. El miedo, por ejemplo, te avisa de un peligro y prepara a nuestro cuerpo para huir o luchar: nuestras pupilas se dilatan, nuestro corazón bombea sangre con más rapidez y nuestros músculos se preparan para pelear o correr. Gestionar las emociones nos dará las herramientas para gestionar también estas reacciones fisiológicas y evitar posibles patologías.
9. ¿Qué valores se aprende con la Inteligencia Emocional?
Yo diría que los valores son una consecuencia derivada de la educación emocional. Trabajamos algunos de forma específica, como la empatía, por ejemplo. Pero una persona que se siente bien consigo misma, que tiene una buena autoestima, que es asertiva y empática, ve a un anciano de pie en un vagón de metro, por ejemplo y ya le nace cederle su asiento, sin necesidad de tener que estudiar solidaridad. Si tu conectas bien contigo mismo y con los demás, ya tratas de tomar siempre las mejores decisiones de una forma natural.
10. ¿Cómo se puede mejorar la Inteligencia Emocional?
Diría que la mejor forma de comenzar es a través del autoconocimiento. Un profesor no puede enseñar a un niño a reconocer sus emociones si no sabe hacerlo en sí mismo. Pasar unos minutos contigo a solas, en silencio. Saber quién eres realmente, qué quieres, cuáles son tus prioridades en la vida es el primer paso para ayudar a otros a que consigan lo mismo.
¿Qué os ha parecido la entrevista a Belén? ¡Espero que sus respuestas os hayan resultado tan interesantes como a mí!
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