¿Cuáles crees que son los ingredientes que debe tener un fin de semana perfecto en familia? ¿Te lo has planteado alguna vez?En Inglaterra, el Dr. David Holmes dice haber encontrado la fórmula perfecta para que las familias pasen un tiempo de calidad y armonioso durante los días de descanso o vacaciones.
La verdad es que estoy bastante de acuerdo con su estudio, aunque añadiría un par de cosas más a los ingredientes que él plantea.
La fórmula del día perfecto en familia
El año pasado realizaron en Reino Unido un estudio con 1.000 padres y 500 niños en el que se logró descifrar la fórmula para el día perfecto en familia.Sus conclusiones las reflejaron en una fórmula que tiene este aspecto:
El significado de las variables es el siguiente:
FT: Tiempo de interacción familiar (la cantidad de tiempo que pasamos juntos en total)
TP: Número de lugares que visitamos juntos
T: Tiempo de uso de nuevas tecnologías (se considera un factor negativo)
TA: El número de actividades que hacemos cada uno por su cuenta
NA: Número de actividades que hacemos todos juntos
E: expresiones emocionales (número de veces que reímos y nos abrazamos como familia)
W: el climaUna de las cosas que más se valoran en el estudio es que haya un acuerdo o consenso de todos respecto a las actividades que vamos a hacer, y en algunos puntos llega a conclusiones muy concretas, definiendo incluso que el día perfecto implica 11 risas, 6 abrazos y 5 besos.
¡Creo que en esta casa nos abrazamos y besamos bastantes más veces al día!
Nuestra fórmula mágica para el fin de semana perfecto en familia
Nuestra reciente escapada a Bilbaome parece que es un ejemplo muy claro de lo que sería un fin de semana perfecto para nosotros. ¡Lo pasamos tan bien y nos gustó tanto! Y hubo tiempo y espacio para disfrutar en familia y también por separado.
Estos son los 6 ingredientes que yo incluiría en un fin de semana perfecto:
(1) Tiempo para hacer actividades en familia
Para tratarse de un fin de semana, ¡hicimos muchas cosas! Esto es lo que hicimos juntos en Bilbao:
Paseamos por el casco viejo y también bordeando la ría, descubrimos una ciudad que nos dejó prendados con edificios tan bonitos como el teatro Arriaga. Y los armadillos para los accesos del metro ¡chulísimos!
Visitamos el Museo Guggenheim. ¡Qué gozada por favor! La verdad es que la experiencia Guggenheim la repetiría muchas veces, me dejó fascinada tanto el continente como el contenido, qué edificio más impresionante, aunque la última planta estaba de cambio de exposición y confieso que me quedé con ganas de ver más!
Conocimos el puente colgante de Vizcaya, que nos encantó verlo en funcionamiento y subir a la pasarela, fue divertido y muy curioso.
Hasta tuvimos tiempo de hacer Geocaching, que ya sabes que nos divierte mucho. Mira esta foto, ¿dónde está el caché? Está bien camuflado ¿eh?
(2) Tiempo individual
Cada uno tuvo un tiempo de disfrute individual, que fue muy especial también.
Sunflower hizo una actividad para niños en el museo Guggenheim durante dos horas que fue chulísima.
Yo la acompañé como espectadora pasiva pero sin participar. Mientras ella junto a los otros niños y las monitoras, hojeaban libros en la biblioteca del museo, diseñaban su camiseta inspiradas en Alex Katz o preparaban una coreografía preciosa (que interpretaron en mitad de la exposición del artista), yo pude aprovechar para explorar a mi aire la biblioteca del museo y el archivo, ¡me encantó!
F. mientras tanto aprovechó para dibujar. Cada vez más se concede tiempo para explorar su afición como urban sketcher, y la verdad es que le animo un montón a que siga haciéndolo porque me encanta lo que hace.
Y en cuanto a mí, además del ratito leyendo revistas y libros de arte en el museo, que lo disfruté mucho, tuve un ratito de spa a primera hora del sábado, ¡y eso fue increíble! Ni recuerdo la última vez que me hice un tratamiento facial así, creo que antes de que naciera Sunflower.
(3) Vida social
Tener un tiempo para hacer vida social en familia también me parece importante y en Bilbao tuvimos la oportunidad de reencontrarnos con una amiga mía de toda la vida, (somos amigas desde preescolar), que vive hace 5 años en Donosti con su familia.
No conocía a su hija y fue un reencuentro emocionante y entrañable. Comimos juntos el sábado y estuvimos toda la tarde paseando por la ciudad y disfrutando de los parques infantiles de Bilbao que estaban ¡abarrotados de familias!
(4) Buen descanso
El fin de semana perfecto tiene que tener tiempo para el descanso de calidad. Eso es para mí imprescindible y esta vez descansamos en un hotel maravilloso en el que nos sentimos como en casa, el Holiday Inn Bilbao.
Justamente mi amiga lo conocía y también me lo había recomendado.
Me gustó desde que entré por la puerta por su concepto open loby, la decoración moderna pero a la vez todo tan cómodo y confortable, y el servicio fue fantástico, nos dieron muchas recomendaciones, entre ellas la de la actividad infantil en el Guggenheim que nos pareció tan genial.
La habitación estaba impecable, con un montón de amenities para todos, incluso una carta de bienvenida y unos calcetines para Sunflower, además de una cama inmensa, ¡y muy cómoda! en la que había carta de almohadas a elegir.
Parece que Holiday Inn te permite seleccionar hasta el tipo de almohada que quieres, y eso no es todo, en caso de que se te olvide algo como el cepillo de dientes, auriculares, desodorante o las típicas cosas que nos olvidamos cuando hacemos la maleta corriendo, el hotel se encarga de conseguírtelo, ¡eso me encantó! Pues nos olvidamos cepillo de dientes (tanto Sunflower como yo) ¡y también el cepillo de pelo!
Me pareció un hotel ideal para familias, estupenda la localización, muy cerca del metro y aunque nosotros coincidiéramos con la campaña “You are Welcome”, Holiday Inn tiene una oferta que no conocía que es genial, resulta que los niños menores de 18 años no pagan y los menores de 14 además tampoco no pagan la comida.
Nos gustó tanto que dejamos una nota de agradecimiento en el libro de firmas del hotel que Sunflower acompañó con un dibujo del puente colgante.
(5) Buena comida
Esto no aparece en la fórmula que he citado antes, pero es que yo lo incluiría obligatoriamente, creo que pasar tiempo en familia de calidad tiene que ir asociado con comer cosas ricas y sabrosas en ese momento de encuentro que te ofrece el estar todos sentados a la mesa.
En Bilbao pudimos ir de ruta de pintxos (¡una locura para el paladar!) y comer algunas cosas típicas, ¡me encantó la pantxineta! un postre delicioso.
Además desayunamos todos los días en el hotel, y ya sabes la de cosas ricas que hay en un bufete de desayuno como el del Holiday Inn (mira la mesa dulce de la foto), además todo tan bien presentado y con un servicio estupendo. ¡Hasta me hicieron mi café con leche vegetal!
(6) Tiempo templado y soleado
Muchísimas personas nos han comentado que tuvimos una suerte tremenda de disfrutar en Bilbao de un tiempo tan soleado, casi veraniego, al parecer se alcanzaron ese fin de semana las mismas temperaturas que ¡en pleno Agosto!
Fue una delicia de tiempo y de viaje.
Estarás de acuerdo conmigo en que fue un fin de semana realmente perfecto. ¿Cómo sería el tuyo? ¿Incluirías todos estos ingredientes? ¿Crees que me he dejado algo? ¿Me lo cuentas?
<< Las ciudades tienen que tener iconos. Bibliotecas, hospitales, museos. Dentro de 100 años, la gente los verá y dirá: "¿Qué es eso?". Y pensará: es arte. – Frank Gehry>>
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