Que los niños han de ir seguros en el coche, es algo que sabemos de más. Por ende, es normal que el modo en que nuestros hijos van en el coche sea una de nuestras principales preocupaciones como padres.
Como he contado en varias ocasiones, soy muy exigente en lo que se refiere a mis hijos. ¿Qué madre/padre no lo es?. Cuando tengo que comprar algún producto para ellos no voy a lo primero que encuentro sino que me informo bien al respecto, busco opciones, comparo precios, y me decanto por la solución que más se acerca a mis necesidades o expectativas. Al menos en aquello que considero importante. Y la silla del coche, lo es, y mucho.
Así como por ejemplo, cuando fuimos a comprar el cochecito para Iván, buscaba algo práctico, funcional y ligero sin importarme el diseño, es decir, no iba buscando marca o modelo sino algo asequible y que cumpliera mis necesidades, cuando fuimos a comprar su primera silla para el coche -tras el Grupo 0- lo tuvimos claro: no nos importaba el precio, lo que queríamos era seguridad.
La vida de mis hijos no tiene precio. El mayor índice de muertes infantiles se producen en accidentes de tráfico, y nosotros estamos disupuestos a poner todos los medios posibles, sin escatimar en gastos.
El sábado pasado tuve la oportunidad de acudir a una charla sobre seguridad infantil en el automóvil a cargo de Klippan. A pesar de que mis hijos ya tienen cada uno su silla correspondiente, creo que nunca está de más informarse, y esta era una ocasión ideal.
Porque parece que estamos informados pero, ¿realmente sabemos de este tema?.
¿Sabemos qué exige la legislación en cuanto a los niños que viajan en coche?
¿Sabemos en qué consiste la homologación de los sistemas de retención infantil?
¿Sabemos cuál es la verdadera función de la silla de coche?
¿Sabemos cómo reacciona el cuerpo de un niño ante un impacto cuando va correctamente sentado en su silla?
¿Sabemos cuáles son las consecuencias de no usar una silla adecuada, de instalarla mal, de no ajustar correctamente el arnés, de no utilizarla correctamente?.
Hay muchos padres que se conforman con ir a la tienda y elegir la que más le gusta. Y si es barata, mejor. Total, si está homologada, mala no debe ser. Para mi esto es un error y un acto de irresponsabilidad.
Hay muchos padres que antes de ir a comprar una silla deciden informarse a fondo. Consultar foros especializados, ver las recomendaciones de organismos de referencia, analizar las comparativas entre las diferentes marcas y modelos de sillas del mercado, ver los duros videos de crash test para hacerse una idea de lo que supone realmente un impacto en el vehículo para un niño.
Yo me incluyo en el segundo grupo. Una de las cosas que he aprendido en la maternidad y en la vida que no siempre lo que te recomiendan o venden como lo mejor, lo es realmente. Y merece la pena realizar un pequeño trabajo de investigación, no solo para encontrar el mejor precio, sino para conocer bien el producto y saber qué criterios debemos exigir. Y esto lo hago extensible a las compras en general, al menos aquellas en las que debemos invertir dinero y esperemos durabilidad y, sobre todo, calidad.
En mi caso creo que es de-formación profesional, tantos años trabajando en comercio, ya sabe una a qué se atiene.
Pues aquí servidora, que se creía que lo sabía casi todo, o que estaba muy bien informada, reconoce que no es así. Hasta ahora estaba completamente segura de haber hecho la elección correcta con las sillas de coche de mis hijos. Ahora no lo tengo tan claro.
Gracias a la charla aprendí muchísimo sobre seguridad - seguridad, no retención, que son conceptos totalmente diferentes- , resolví muchísimas dudas y me vine con un montón de recomendaciones y consejos muy útiles y necesarios. No os voy a decir qué silla es la mejor, cuál debéis comprar, pero sí aquello que me he apuntado como muy muy importante, aquello que yo no sabía y que gracias a esta charla aprendí.
A contramarcha hasta los 4 años. Sin duda, es la garantía de máxima seguridad del niño en el coche y reduce la mortalidad infantil en accidente de tráfico. Todavía nos hace falta tomar conciencia de ello y acostumbrarnos, pero es cuestión de tiempo. Que se aburran, que no vean, son males menores comparados con salvar su vida. Las piernas les caben perfectamente, tienen una pelvis muy flexible, de hecho es normal que un niño vaya sentado en la silla en posición indio y no con las piernas estiradas. Si tiene que vomitar, lo va a hacer vaya en la posición que vaya porque el mareo no depende del sentido de la marcha. Y si nos preocupa no verlos mientras conducimos, colocamos un espejo en el asiento trasero frente al retrovisor, y arreglado. Problemas menores con fácil solución.
El mejor asiento, el central trasero. Siempre que el coche lo permita, porque en la gran mayoría de vehículos el asiento del medio no es un asiento completo y dificulta la instalación segura de la silla. Pero en coches cuyos asientos traseros sean iguales, como el nuestro, el lugar más seguro para viajar un niño es el asiento del medio. Aunque no tenga isofix. Es el que más alejado está de las zonas de impacto en caso de accidente.
El asiento del copiloto es el más inseguro. No por el asiento así, que parece que nos da confianza llevar al bebé al lado para tenerlo controlado - siempre con el airbag desactivado, por supuesto, sea un bebé o un niño mayor - sino porque nos distrae en la conducción, y un despiste tiene muchas papeletas de acabar en accidente de tráfico. Mejor atrás, si es solo un niño y no disponemos de plaza central se recomienda tras el copiloto, dejando la máxima separación posible entre el asiento delantero y la silla del niño.
El isofix garantiza la correcta instalación de la silla. No es que la silla sea más segura por llevar isofix, es porque el isofix reduce el margen de error en su instalación. La mayoría de muertes infantiles en carretera se producen por mala instalación/uso de la silla, el isofix incorpora un chivato que nos avisa si está correctamente colocada.
Ajustar los arneses al máximo. ¿Qué niño no saca los brazos del arnés?. Los míos han aprendido que nunca, nunca, deben quitarse los cinturones. Bajo amenaza. Porque sí, con los dos he pasado la época de la
No usar fundas que no sean las de la propia marca de la silla. ¿Sabíais que las fundas originales son ignífugas?. En caso de incendio del vehículo protege la silla -y al que está dentro - del fuego. No es que el niño no se vaya a quemar bajo ningún concepto, pero sí evitará que el fuego se propague por la silla y entre en contacto directo con el niño.
Si les ponemos una funda más bonita, que se desenfunda con más facilidad para lavarla a menudo, nos estamos cargando las propiedades ignífugas del tejido de la funda original. Si necesitamos una segunda funda, mejor de la propia marca, para garantizar la seguridad de la silla.
Apurar el grupo inferior al máximo. No se trata de cambiar de silla en cuanto el niño alcance el peso o edad recomendada para el grupo superior, sino de aprovechar al máximo mientras podamos el grupo inferior porque es más seguro. Si el peque ya alcanza la edad del siguiente grupo pero no el peso o la medida, debemos mantenerlo en esa silla mientras nos sea posible. Mi hijo sigue yendo en la silla de grupo I porque, a pesar de tener casi 6 años, aún no pesa 18kg y por tamaño no sobresale su cabeza del respaldo de la silla.
En caso de accidente, NO sacar al bebé-niño de la silla. De igual manera que no quitamos el caso a un motorista accidentado. El niño sale con la silla. Si no podemos sacar la silla, se espera a que lleguen los servicios de emergencia, salvo que se produzca un incendio o haya inmersión del vehículo, obviamente.
Las sillas caducan. A los 10 años los materiales empiezan a debilitarse y dejan de ser seguros, así que a la hora de reutilizar o heredar una silla, además de que sea la adecuada al peque que la va a usar, debemos saber su tiempo de uso. Si se ha sufrido un accidente con esa silla, no debe volver a ser utilizada, ya que se deforma ante el impacto -aunque no sea perceptible a nuestra vista- y ya no es segura.
No es cuestión de producto, es cuestión de conciencia. Nos preocupamos por ponerles todas las vacunas del mundo y nos echamos las manos a la cabeza cuando una niña muere de varicela. Que también. Pero debemos poner el mismo empeño en la seguridad de nuestros hijos cuando viajan en coche. Porque es donde, desgraciadamente, se producen más muertes de niños. Esa es la realidad, debemos tomar conciencia de ella y ser consecuentes.
Os dejo el enlace a la campaña de la DGT para la concienciación del uso de los sistemas de retención infantil en el vehículo.
Así que desde aquí os encomiendo a que os informéis bien a la hora de elegir la silla para vuestr@ peque. Que toméis conciencia de lo realmente importante que es que vaya seguro y pongamos todos nuestros medios en ello. Porque cometemos el error de pensar que a nosotros no nos puede pasar, pero los accidentes ocurren, desgraciadamente. Y una silla segura puede marcar la diferencia entre la vida o la muerte.