También he oído hablar y he leído mucho sobre los beneficios del deporte durante el embarazo y de lo recomendado que es para las mujeres embarazadas realizar deporte en el agua.
Debido a los cambios en nuestro cuerpo, los cambios hormonales y el aumento de peso, nuestro cuerpo termina resintiéndose y durante estos meses es mejor cuidarlo cuanto más mejor.
Antes de seguir escribiendo, ante todo quiero recordar que hay que tener cuidado con el deporte para aquellas embarazadas que no lo pueden realizar bajo preinscripción médica debido a problemas físicos anteriores al embarazo o problemas durante el embarazo que le impidan realizar actividad física.
Lo normal, si estás embarazada y decides hacer deporte, es que comiences a partir del cuarto mes y que no practiques ningún tipo de deporte de alto riesgo o que suponga realizar un gran esfuerzo físico, recuerda que lo que se busca es estabilizar el cuerpo, tonificarlo y prepararlo para el parto.
Con la natación pasa exactamente igual. Si no practicabas antes del embarazo este deporte, deberás comenzar a partir del cuarto mes.
Los beneficios de realizar deporte son muchos y muy variados, pero lo que vais a notar vosotras es bienestar, agilidad, menos hinchazón y mejor circulación.
Me gustaría contaros mi experiencia personal con el deporte. Es verdad que estoy acostumbrada a practicar mucho ejercicio y muy variado desde hace muchos años, pero durante mi embarazo me he dedicado simplemente a andar, dar paseos, o realizar ejercicio cardiovasculares a un ritmo moderado, sin subir de 140 pulsaciones, y algo de tonificación sin apenas peso, y como no, la famosa pelota de pilates para mover la pelvis.
Es verdad que no he tenido grandes molestias insalvables que no se solucionaran con algo de ejercicio y algunos truquitos para aliviar los típicos malestares como la mala circulación, la retención de líquidos o el estreñimiento.
Pero desde hace varios días o alguna semana he notado que de manera repentina el cuerpo me pesaba, la barriga comenzaba a molestar y pesar y sentía como si tuviera una pesa encima mía que tiraba de mi hacia el suelo. mi forma de caminar había cambiado y me sentía mucho mas torpe.
A pesar de todo he seguido haciendo mis ejercicios, pero además he observado durante estos meses, la cantidad de chicas embarazadas que iban a la piscina a practicar natación y siempre que las veía me decía a mi misma: " el próximo día que venga voy a ir a la piscina", "la semana que viene voy a ir un día a la piscina" y al mismo tiempo yo sola me ponía mis propias excusas, " dejaré la piscina para mañana que hoy hace mucho frío", "con lo liada que estoy no me da tiempo de estar un ratito nadando", "creo que ya con lo avanzado que llevo el embarazo (27 semanas) no sé si será recomendable ir a nadar". Y así excusa tras excusa y posponiendo la fecha de comienzo llegó el día en el que fuí a nadar.
Pues bien, si yo llego a saber que me iba a sentar así de bien moverme en el agua durante un ratito (alrededor de 15/20 minutos), estoy metida en la piscina desde el primer día. Estoy encantada con lo bien que me encuentro. Lo que me ha aportado a mí la natación y lo que he notado en mi cuerpo ha sido:
- Ya no me siento pesada.
- Mis piernas vuelven a estar ligeras, menos hinchadas.
- Me siento mucho más ágil.
- Mi circulación ha mejorado visiblemente.
- Mi fondo en el agua va aumentado.
Y lo mejor de todo es que dentro del agua no te sientes torpe, no notas que el embarazo te impida realizar movimientos, estas mucho más ligera, además sales relajada.
Eso sí, la natación para embarazadas aunque es recomendable, no es para ponerte a modo de competición. se debe ir a un ritmo moderado, evitando los grandes esfuerzos, y utilizando principalmente los estilos de braza o espalda y si tienes una buena condición física el crol.