Desde hace algún tiempo, una querida amiga mía, madre de dos gemelas (ya mujeres hechas y derechas) y cuyo nombre no hace falta que diga aquí, porque sabrá de sobra que me refiero a ella, me empezó a hablar del lenguaje de signos para bebés y de las ventajas que tenía su aprendizaje tanto para los padres como para los hijos. Así que como la suya es una voz sabia, me puse a investigar. Y por una de aquellas casualidades de la vida, empecé a seguir por Twitter a Ruth Cañadas, más conocida en Twitter y en su web como @_Otanana. La casualidad no es que diese con ella. La casualidad es que ella fuese intérprete de signos, que impartiese talleres sobre el tema para bebés y que tuviese una web con un montón de información y vídeos sobre el particular para promover esta forma de comunicación con los más pequeños de la casa. Así que ni cortos ni perezosos nos apuntamos a uno de esos talleres en la tienda infantil Monetes de Rivas Vaciamadrid. (Tienda que, por cierto, aprovecho para recomendaros porque mola mucho. Nada que ver con los comercios de puericultura habituales).
El taller fue muy entretenido y mezcló una parte de teoría con otra de explicación práctica para empezar a conocer algunos signos básicos (en su web puedes aprender todos los que quieras a través de vídeos). Os expongo a continuación algunas claves y consejos que pude extraer de las dos horas de taller:
¿Tengo que aprender todo el lenguaje de signos? No. Ni mucho menos. Bueno, si quieres ser intérprete puedes hacerlo. Pero si sólo lo quieres para comunicarte con tus hijos bastará que te aprendas palabras que representen objetos y acciones del día a día. Poco a poco podrás ir enriqueciendo tu vocabulario y el de tu hijo, pero la idea no es que seas una especialista en el lenguaje de signos.
¿Cuándo puedo empezar a utilizarlo? En algunos manuales sobre el tema aconsejan empezar entre los seis y los nueve meses, aunque realmente puedes empezar cuando consideres. Lo ideal, eso sí, es que el bebé ya se aguante sentado y que fije su mirada para prestar atención a lo que haces.
¿Cuándo empezará a signar mi bebé? Pues esto, como con todo en la vida, dependerá un poco de cada bebé. Habrá algunos que entre los 7 y los 12 meses ya empiecen a signar y otros que tarden un poco más. Lo que sí que parece que es bastante común a todos ellos es que en determinado momento pegan un acelerón increíble y empiezan de repente a hacer un montón de signos que han ido interiorizando con el tiempo.
¿Por qué signos debería empezar? Ruth nos aconsejó empezar por signos de acciones de la rutina diaria como comer, dormir o bañarse. Y después de estar un tiempo con ellos, empezar a incorporar otros que representen objetos y colores cotidianos. De todas formas el ritmo último, como pasa en el caso del BLW, lo marcaréis vosotros en función del interés y el aprendizaje del bebé.
¿Ralentiza la aparición del habla que mi hijo se comunique mediante signos? Este es un mito bastante extendido, pero lo cierto es que la práctica de muchos padres con sus hijos demuestra todo lo contrario. Es decir, que el lenguaje de signos puede acelerar el desarrollo de la comunicación verbal. No en vano, mientras haces signos para comunicarte con tu bebé, también le estás hablando verbalmente. Es decir, que los dos lenguajes se complementan.
¿Requiere mucho esfuerzo? Te darás cuenta de que muchos signos los haces tú mism@ y sin darte cuenta al hablar con tu bebé. Evidentemente requiere un esfuerzo aprender más signos (especialmente en este mundo que nos deja poco tiempo para nada) y, sobre todo, requiere un esfuerzo el acordarnos en todo momento de que tenemos que acompañar nuestras palabras con signos, ya que no estamos acostumbrados a ello. Pero creo que el resultado vale la pena.
¿Qué ventajas me aporta la lengua de signos? Pues la fundamental es que te ofrece un canal para comunicarte con tu bebé mucho antes de que hable. Y al pequeño le ofreces un método para expresar sus emociones. Además, esto último puede contribuir a que se reduzcan las rabietas, ya que el bebé tiene más facilidad para intentar explicarte sus necesidades. Eso sí, las rabietas no desaparecen. Es más, como bien dijo Ruth, las rabietas son necesarias.
Y hasta aquí esta pequeña introducción: ¿Habías oído hablar del lenguaje de signos para bebés? ¿Lo habéis usado o os habéis planteado su uso?
PD: Quiero desde aquí llamar la atención de los padres. En el taller había seis madres con sus bebés. Y yo era el único padre. Señores, hay que implicarse un poquito más. Aunque sólo sea para no dejarme sólo en estos berenjenales…