Si uno de los padres cambia de trabajo al poco de llegar el bebé, si les toca la lotería, si logran encontrar la casa que buscaban, si los ascienden, cualquier buen momento que suceda al poco de llegar un bebé a casa, se recordará como la buena suerte que trajo.
A mi me gusta pensar que la buena suerte, el “pan bajo el brazo” está en la llegada en si misma del bebé. Esa personita que va a llegar a cambiarte la vida. Solo el embarazo, los cambios que el cuerpo experimenta, esa sensación única de sentir como tu bebé se mueve en tu interior.
Después llegan esos miedos, esas dudas ante el parto, y ese momento que no olvidas en la vida. Y la llegada, esa primera vez que ves a tu bebé, que te ve a ti, esa presentación que queda grabada en tu memoria. Esa lactancia, esos abrazos, esas noches sin dormir, esos infinitos cambios de pañales, esos aprendizajes que vas aprendiendo. Esos trillones de momentos que intentas grabar con fuego en tu memoria.
Y después te aventuras con el segundo, o no. Pero si te aventuras, desaprendes. Porque lo que aprendiste con el primero, sirve. Pero cada bebé es único en el mundo, y menos mal! Pero eso quiere decir perfeccionar aprendizajes, desaprender y aprender otra vez. Mejorar, seguir empatizando, seguir sin dormir.
Después también, están quienes ante la inminente llegada de un bebé, no te hablen de pan bajo el brazo sino de la cuenta corriente que debes tener preparada para todo lo que se viene. Habrá quien te hable de pagar la universidad cuando tu bebé aun no ha asomado su cabecita! Sumar un nuevo miembro a la familia implica muchos gastos, sin duda alguna, pero uno aprende a hacer malabares. Me acuerdo con la segunda que solo de recordar los millones de cambios de pañales ya no quería pensar en el dinero que íbamos a reinvertir de nuevo en ese ítem (sí, no me atreví con los pañales de tela)
Yo no me he atrevido con un tercero (admiro a quien además supera ese número) pero si sé que la bimaternidad me puso más práctica en cuanto a las compras y los gastos, y en ese momento planificaba cómo iba a ahorrar si seguía aumentando la familia.
Con la segunda, intenté a quien tenía más confianza que los regalos fueran cosas necesitadas, cosas útiles que necesitara, o esas canastillas que tienen diferentes productos surtidos y necesarios. Si alguien quería regalarme algo, que fuera algo que fuera a utilizar. Con el segundo ya sabes lo que necesitas, lo que es más útil, y una se pone a buscar también regalos y muestras gratis para el bebé que ofrecen algunas marcas. ¡Para mi la de Caprabo era un clásico! Es una gran ayuda. Por lo mismo, también cambié mis regalos a futuras madres, para regalar cosas que necesitaran o que fueran de gasto seguro, para que el regalo fuera lo más útil posible.
Después está el tema de la ropa, yo pude reutilizar la de terremoto mayor y ahorré mucho en ese sentido, pero además empecé a recibir ropa para terremoto mayor de hijos de amigos o primos, como que te cambia el parecer. La ropa no necesitan que sea toda nueva a estrenar! Y por lo mismo, guardé y ofrecí la de las niñas a amigas, para que esa ropa se reutilizara. Tengo ropa de bebé de terremoto mayor que ya han ocupado 5 bebés, y si la ropa es de calidad y se cuida bien, sigue en buen estado. Es ahorro, es práctico, y más ecológico!
Y tu ¿consideras que los bebés llegan con el pan bajo el brazo?¿Cómo haces o hiciste para ahorrar ante la llegada de tu bebé?