Vale, sí, esta entrada iba a ser publicada hace dos días pero la logística laboral y familiar me lo ha impedido. Hoy tampoco lo tengo fácil, una niña febril y quejicosa, una casa donde reina el desorden y un negocio que atender, es uno de esos días en los que tengo el convencimiento pleno de que no llego. Eso sin pensar que en teoría esta tarde cogemos carretera y manta rumbo al Málaga Familiar organizado por Una bichillo en casa. Vaya, que voy más ajustada que... me voy a ahorrar la comparación.
Pues bien, vamos al tema. Tras la sorpresa de esas dos rayitas que nos cambian la vida, toca la primera visita al médico o matrona para que nos cuente de qué va esa cosa llamada embarazo. Si eres primeriza es toda una novedad, si eres de las que le ha cogido regusto y repites experiencia puede que te venga bien recordar las recomendaciones al respecto.
Desde el comienzo del embarazo lo primero que nos prescribe el médico son complementos vitamínicos, en concreto dos: ácido fólico y yodo. Complementos totalmente necesarios durante el embarazo y que ayudarán a suplir las carencias de nuestro cuerpo de dichos componentes en nuestro estado de buena esperanza.
El ácido fólico, de hecho, se recomienda empezar a tomar unos 3 meses antes del embarazo, esto es si estás buscando, ya que si llega por sorpresa nos habrá pillado el toro. Así que si váis a por vuestro pedacito de vida, no está de más empezar a tomar ácido fólico durante la búsqueda.
EL ÁCIDO FÓLICO DURANTE EL EMBARAZO
El complemento de ácido fólico durante el embarazo ayuda a prevenir en el desarrollo del bebé los defectos de tubo neuronal (defectos congénitos del cerebro y la médula espinal como la espina bífida y la anencefalia), defectos cardíacos congénitos y malformaciones del aparato urinario. Nuestro cuerpo no produce por sí solo el ácido fólico necesario para llegar a los 400 mcg/día y por ello debemos complementar con un suplemento específico.
EL YODO DURANTE EL EMBARAZO
El yodo en el ser humano es fundamental para el correcto funcionamiento de la hormona tiroidea y prevenir el hipotiroidismo. Durante el embarazo aumentan los requerimientos hormonales dada la naturaleza del propio estado y debemos suplementarlos de manera externa. Teniendo en cuenta que, además, en España sufrimos un déficit de yodo generalizado, es de obligación complementar esta vitamida durante el embarazo.
Mantener los niveles adecuados de la hormona tiroidea ayudarán al crecimiento y maduración del sistema nervioso central de nuestro bebé.
LA OMS establece que el requerimiento mínimo diario de yodo durante el embarazo y la lactancia es de 200 mcg/día, a diferencia de los 150 mcg/día en mujeres no gestantes.
CÓMO COMPLEMENTAR
Una buena manera es ayudarnos de los alimentos para regular los niveles necesarios de yodo y ácido fólico durante el embarazo.
El ácido fólico está presente en frutas (melón, aguacate, naranja, plátano) y verduras de hoja, espárragos, tomates, pepinos, cereales, frutos secos, legumbres, hígado entre otros, ayudarán a elevar sus niveles.
El yodo lo encontramos en mariscos (mejillones, gambas, langostinos y camarones principalmente) algas comestibles y pescados como el salmón o el bacalao, en verduras como la cebolla, el ajo, la remolacha, las acelgas, las espinacas, el pepino, judías verdes y los berros. Pero sobre todo en la sal yodada que empleamos para sazonar nuestras comidas.
Para asegurar que aportamos a nuestro cuerpo las dosis necesarias de yodo y ácido fólico durante el embarazo, es normal que en la primera visita al médico o matrona nos prescriba un complemento vitamínico específico de cada uno o combinado.
CÓMO LO HICE YO EN MIS EMBARAZOS
Cuando decidimos buscar nuestro primer embarazo tenía conocimiento de la recomendación de tomar ácido fólico al menos tres meses antes de lograr el embarazo, y así lo hice. Aún sin buscar, pero con la idea de hacerlo antes o después, comencé a tomar ácido fólico por mi cuenta. Cuando por fin me quedé embarazada -fue rápido, afortunadamente-, en la primera visita me prescribieron durante todo el embarazo ácido fólico y yodo que tomaba de manera independiente. Tuve un buen embarazo y no me suponía un problema tomarme dos pastillitas.
Coincidí embarazada con una compañera de trabajo a la que en lugar de prescribirle ácido fólico y yodo por separado, se lo prescribieron combinado en un conocido complemento vitamínico, Natalben. Así que mientras yo me tomaba dos pastillitas al día ella solo se tomaba una.
Cuando buscamos el segundo embarazo de igual manera empecé a tomar ácido fólico con tiempo, e igualmente vino rápido el positivo. En mi visita al médico de cabecera me volvió a recetar el yodo y ácido fólico pero la visita a la matrona, que en este caso era de mi confianza, me regaló una cajita de Natalben. Mi idea era, como en el primer embarazo, tomar el complemento tal y como me lo prescribía al médico pero al acabar la primera caja de ambos me tomé la de Natalben, pues ya que la tenía tampoco quería dejarla caducar.
El segundo embarazo también fue muy bueno pero, a diferencia del primero, las náuseas me acompañaban desde el primer día y el momento de tomarme las pastillitas era horroroso. Por algún extraño motivo, cuando tragaba las pastillas me daban unas arcadas horrorosas y tenía que aguantar las ganas de vomitar, lo pasaba fatal. Cuando empecé a tomar Natalben vi el cielo abierto porque me resultaba menos desagradable tomar una pastilla que dos. Así que mientras me duraron las náuseas hasta las 16 semanas, preferí tomarlo para ahorrarme el mal trago de las arcadas. En esas semanas me acostumbré y fue el complemento vitamínico que tomé hasta el final del embarazo y al comienzo de la lactancia.
Da igual tomar yodo por un lado y ácido fólico por otro o combinados en un solo preparado, lo importante es tener claro que debemos complementar las carencias por el bien del desarrollo del bebé. Si además nos ocupamos de incluir los alimentos ricos en ellos en nuestra día a día y llevar una dieta sana y equilibrada nos estaremos haciendo un favor, pues es un gran beneficio en la vida normal, cuanto más durante la gestación.
Si tenéis pensado dar a vuestro bebé lactancia materna, durante ésta también es importante el suplemento de yodo ya que la cantidad de éste en la leche materna dependerá de lo que ingiera la madre. Si el bebé no recibe la cantidad de yodo suficiente ello puede revertir en bocio (aumento de la glándula tiroidea), lo que a su vez puede ocasionar dificultad respiratoria o de deglución.
Por eso durante la lactancia se debe complementar de igual manera que durante del embarazo, para asegurar la ingesta de la cantidad de yodo necesario. Igualmente mantener una dieta sana y equilibrada e incorporar alimentos ricos en yodo favorecerá que sus niveles sean los recomendados y le lleguen a nuestro bebé a través de la leche materna.
Aunque se que no os habré abierto el cielo con este consejo, espero que a las primerizas os sea de ayuda. Me encanta revivir mis embarazos aunque sea a modo de consejo para otras embarazadas.
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