Este embarazo ha sido complicado, he tenido muchos "sustos" durante el tiempo que ha durado: he manchado, he tenido muchas contracciones que me hicieron pensar que estaba de parto, un amago de diabetes gestacional que al final resultó no ser...
En fin, tantas cosas y desde muy pronto, la semana 7, me llevó a hacer mucho reposo porque, aunque algunos médicos me dijeron que el reposo no servía para nada y que tenía que hacer vida normal, mi experiencia me dice que mi hijo vive gracias al reposo que he hecho. Pienso que si me hubiese dedicado a pasear o montar en coche (cada vez que iba a algún sitio en coche manchaba), mi embarazo no habría seguido para adelante. Así que si alguna vez estáis embarazadas y os pasa algo parecido, haced lo que os dicte el corazón ;)
Lo bueno es que hice reposo y tras 36 semanas y 6 días Sebastián decidió que quería estar ya con nosotros. No puedo explicaros con palabras la sensación de ver a mi hijo nacer porque, aunque es el segundo, Antonio Manuel nació por cesárea y no pude verle hasta pasadas unas 7 horas de haber nacido. No sabía lo que era ver como sale de ti, escucharle llorar, que te lo pongan encima, que te busque...
Durante el parto yo cerraba los ojos y hubo un momento en que me dijo mi ginecóloga: "abre los ojos, mira, mira, que va a salir tu bebé". Y ahí estaba Sebastían, y Mr. Big y yo rompimos a llorar porque es increíble como salimos a la vida, no hay cosa más bonita en el mundo por más que te digan. Y escucharle llorar y que se calme cuando te lo ponen en el pecho y en seguida piensas que todo el sacrificio (horas de reposo y más reposo) que has hecho en el embarazo merece la pena, ¡qué satisfacción tan grande!
Después de esto lo más importante de todo es que Sebastián es un niño sano y, no solo eso, sino que además es buenísimo (¡crucemos los dedos!), duerme mucho y no llora nunca, todo lo contrario a cuando Antonio Manuel nació.
Y, en cuanto a Antonio Manuel, se lo ha tomado muy bien, ¡es un cielo de niño! Está muy contento con su hermanito y siempre quiere cogerle y hacerle cositas aunque claro, le dejo con moderación porque aún no controla bien la fuerza ;)
Sobre Mr. Big, está contentísimo con su nuevo retoño y se levanta por las noches a prepararle y darle él biberón ¡cómo te quiero Mr. Big! Además, apenas hacía una semana acababa de alcanzar su meta profesional, es todo un campeón y padrazo del que no puedo estar más orgullosa.
En cuanto a mí, no os voy a mentir, aún estoy recuperándome del parto pero confío en que dentro de poco esté recuperada por completo y pueda hacer vida normal. Lo que sí que es cierto es que no puedo dar más gracias a la vida y Dios por concederme la familia que tengo, dos hijos sanos y un marido al que adoro.
¡Muchas gracias a todos por leerme y estar ahí!
¡os quiero un montón!
¡Muuuua!