Pero eso ha cambiado. Eloy nunca ha sido un niño que le gustasen los brazos, ni que le comamos a besos pero desde este verano todo ha cambiado. Después de meses complicados de trabajo, de estar uno o el otro pero no poder estar mucho tiempo los tres juntos, en verano, estando en la playa de repente nos dijo:
Estoy muy muy contento
¿Si? ¿por qué mi amor?
Porque ver a papá y a mamá
Esta tarde, estando en la playa, el peque suelta de repente:
– Estoy muy muy contento
– Y eso, por qué estás contento?
– Por ver a papá y a mamá
Se me ha encogido el estómago y me he acordado de este texto del libro El Regalo de @Eloy__Moreno . Cuánta razón. pic.twitter.com/2QRBEnKKtd
— Paseando con Eloy (@paseandoconeloy) August 25, 2018
Os podéis imaginar lo que eso significa para unos padres. Tengo que reconocer que por un lado se me cayó el alma a los pies por darme cuenta que lo único que quiere es que estemos juntos pero el orgullo, la emoción y la alegría que sentí en ese momento no las puedo describir. Fue en nuestro quinto día de vacaciones. 5 días en los que estuvimos todos juntos el 100% del día.
Cómo ha cambiado
Desde ese día, le noto muchísimo más cariñoso. Cuando alguno de los dos nos tenemos que ir siempre escuchamos “no, mamá/papá, no te vayas”. Por suerte se lo explicamos y lo entiende bien y se acaba despidiendo no sin antes darnos unos cuantos besos y abrazos de esos que te derriten poquito a poco.
Cuando volvemos a casa corre a darnos el mejor de los abrazos. Le encanta que le abrace aunque sea poco ratito. Cuando le cuento algún cuento quiere sentarse siempre encima mío. Quiere estar en todo momento donde yo estoy.
Si, me quiere
Si, puedo gritar a los cuatro vientos que mi hijo ME QUIERE… Y MUCHO. Estoy segura de que siempre lo ha hecho aunque en muchas ocasiones no lo haya sabido ver ni interpretar.
Sé por otras madres que sus hijos también han pasado por la etapa de llegar a rechazar nuestros abrazos, nuestra compañía y es algo que duele pero puedo decir que es una época que se pasa. Para ellos lo somos todo, somos sus referentes y aunque no siempre nos lo sepan demostrar, nos quieren.
Por eso, aunque sientas esos momentos de rechazo, no desistas. Cógelo, cómetelo a besos, disfruta con él, eres su madre y eres lo que más quiere en este mundo, nunca nunca lo dudes.
¿Y a vosotros os ha pasado? ¿me lo contáis.