Mi segundo parto: Noah



Yo lo llamo el parto exprés. Rompí aguas y a la hora y 40 minutos ya tenía a mi hijo en brazos. Una maravilla. Así que muy largo no será el relato jeje.


Cumplía el 10 de diciembre. Esa misma noche, la madrugada del 10 de diciembre estaba mi marido estudiando para un examen de la Universidad y yo me puse a limpiar como una loca hasta las 03:00 a.m. . Mi marido bromeaba diciendo que me veía muy activa que no sabía para qué estudiaba si al final me iba a poner de parto. ¡Qué intuición el tío! Bueno pues agotada de la peoná que me dí me senté en la cama dispuesta a echarme a dormir y puuuummm!!!Noté un pinchazo y empezó a salir agua. Llamé a mi marido gritando y vino corriendo a la habitación. Me puse a llorar. Y mi marido ,muy tranquilo me calmó y se dispuso a prepararlo todo. Yo no quería moverme, no quería ir a ningún sitio, estaba asustada. Llamamos a nuestros correspondientes padres. Los abuelos llegaron a los 20 minutos. Yo ya me había duchado. No había preparado la mochila de la ropa de mi hija mayor. Tenía pensado prepararla ese mismo día. Mi marido se puso a preparar la mochila y fue metiendo ropa y pijamas. Indira estaba dormida tranquilita en su cuna, tenía 18 meses. De repente de no sentir nada empiezo a tener contracciones cada 5 minutos. Me pongo a hablar con mi madre y a decirle que me duele mucho que hay que irse enseguida. Mi madre me pide que me calme que acabo de romper aguas y le digo que no, que de verdad que no, que se muevan. Llamo a mi marido y le digo que nos tenemos que ir, me dice que está preparando la mochila y me vuelve a dar otra contracción. Viendo que no cogía la indirecta le hablo más fuerte y le digo "¡por favor vámonos ya!" Casi que lo saco arrastras jajajaja. Al salir por el portal empiezo a notar ganas de empujar y le digo a mi madre que no puedo aguantar que tengo ganas de empujar, mi madre me pide que aguante. No podía andar así que se va mi marido a por el coche que no sé donde estaba aparcado pero se me hizo eterno. Llega por fin con el coche, me monto y me tiene colocado varios trapos en el asiento que empapo de camino al hospital, yo sigo con mis contracciones, cada vez más fuertes.



Por fin llegamos al hospital. Tardamos 5 minutos y es que vivíamos cerca pero que 5 minutos más largos. Al llegar nos encontramos con el hospital vacío ¿Pero qué ha pasado aquí?Ni un guardia de seguridad, ni nadie en información ni en triaje, ni gente en las salas de espera. Me dejan sola en una sala de espera pequeña, sala de espera A, y mi madre y mi marido se va cada uno por un lado a ver si encuentran a alguien. En la sala de espera había un hombre mayor que no podía ya con su alma, que se queda embobado mirándome fijamente. Yo levantándome del asiento retorciéndome de dolor con las contracciones, aguantando las ganas de gritar, sola sin un familiar, mirando a todos lados deseando ver o a mi madre o a mi marido, el agua que me corría por las piernas, estaba empapada y empujando, pensaba que iba a parir allí sola y ese hombre no lo veía yo como para ayudarme a dar a luz. A poco tiempo llega mi marido con un celador. ¡Por fin! y me dicen que me van a llevar arriba. El celador va andando como si estuviese en las rebajas, a toda leches, le grito que pare que me está dando una contracción y me agacho un poco para sobrellevar la contracción lo mejor posible, me incorporo y le digo "venga vámonos" ala como si nada jajajaja. Llegamos a la consulta y me dicen que estoy para parir ¿en serio? La matrona se presenta y le dice a una enfermera (o lo que fuese) que me lleve a una sala de dilatación, me lleva a la primera que encuentra y al abrir la puerta me encuentro con una camilla llena de sangre , los barrotes y el suelo también llenos de sangre. Me quedo en shock. "¿Aquí ha habido una matanza o algo?". La mujer coge un trapo y limpia por encima. Coloca una sabana por encima de la camilla y me dice que me tumbe y se va. Ahí estoy yo sola que no me puedo agarrar a ningún lado porque estaba lleno de sangre de vete tú a saber quién. De pronto me empiezan a entrar ganas de vomitar y me pongo a dar arcadas , pero sonoras arcadas que me crujía el pecho. Yo intentaba disimular pero me salía sonido como de foca. Se pasa la mujer de nuevo y me pregunta si soy yo la de las arcadas, A ver, si no hay nadie más por aquí ....Me coloca una papelera en el lado derecho de la camilla, le digo que mejor en el izquierdo que no me puedo girar para el derecho y pasa de mí. Yo ya estaba dispuesta a vomitar en el suelo. No podía echarme para el otro lado. En medio de este caos aparece mi marido como si de un ángel se tratara y como siempre me anima, me tranquiliza, me llena de energía. La matrona viene, se presenta y me hace un tacto. Le pido que me dé todo lo que tenga, epidural, relajantes...jajajaja. Se echa a reír y me dice que ya no me puede dar nada que el bebé está saliendo. Se va. No paraba de decirle a mi marido que no podía más, que me lo sacaran de una vez. Ainss que mal llevaba el dolor. Que diferencia cuando vas preparada y bien informada y cuando no. En este caso no iba preparada a pesar de haber dado ya a luz a mi hija, y eso hace muchísimo.



Bueno pues ahí estaba yo con mis contracciones cuando noto como si me fuera a hacer caca. Aguanto las ganas y se lo digo a mi marido. Me dice que no aguante pero me daba vergüenza. Ya no sabía si era de las contracciones o de que iba a defecar allí tumbada. Al final me dejé llevar y me dice mi marido "ejem cari..Que te has hecho caca, han salido pelotillas de cabra", No sabía donde meterme. Ya había perdido el poco glamour que me quedaba. Le pido con mucha vergüenza que me lo quite antes de que llegue la matrona. Me limpia. No sabía como me iba a volver a mirar de nuevo ¡qué corte! Llega la matrona y me hace un tacto y me dice que siga empujando que ya se le ve la cabeza. Mi marido se asoma "Mira si ya se le ven los pelitos de la cabeza, ya queda menos" me dice, "¿menos?Me da igual los pelitos¡Yo quiero que salga yaaaa!" Le contesté. Ay que estúpida me puse jajajaja. La matrona me dijo que había que llevarme enseguida ala sala de partos, estuve como media hora ,poco más en dilatación.



Subo al burro con ayuda y me pongo a empujar. Notaba perfectamente a mi bebé. No tenía epidural así que lo sentía todo perfectamente, Notaba como la cabeza iba saliendo y le pedí a la matrona que me cortase jajajaja. ¡Qué brutita soy! Me dijo que no, que un desgarro se curaba mejor que una episiotomía. Seguí empujando, creo que sólo tuve que empujar 4 veces para que saliera entero y me lo colocaron encima. ¡Ahí estaba mi niño!Moraito, pegajoso y lleno de sangre pero que cosa más bonita. Al principio tenía una mezcla entre felicidad y enfado cuando salió por el dolor tan grande pero cuando me lo pusieron encima y lo ví, y lo sentí...Se me caía la baba. Me enamoré enseguida de él. Ya estaba llorando antes de que terminara de salir su cuerpo del mío. No paraba de llorar. 3.450 kgs y 51 cms. Yo no paraba de mirarlo, es que no podía. Me lo quitaron un momento para pesarlo , medirlo y ponerle la vacuna y yo seguía mirándolo desde la distancia, fueron 3 minutos pero se me hicieron muy largos, quería tenerlo de nuevo encima. Pensaba que al querer tanto a mi pequeña Indira sería imposible volver a querer a nadie igual pero me equivoqué . El amor por mis hijos es el mismo, el mismo sentimiento,un sentimiento grande que no existe palabra para describirlo y que sólo se siente por un hijo. Mis hijos son lo mejor de mi vida y me han dado los recuerdos más bonitos de ella.

Gracias Noah por existir. ¡Te queremos con locura!



Fuente: este post proviene de Pipindira y su familia numerosa, donde puedes consultar el contenido original.
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