El aislamiento físico es uno de los medios que han ido adoptando los países, para poder combatir la propagación del Coronavirus, pero a pesar de ser eficaz trae importantes implicaciones emocionales y los niños no escapan a sus repercusiones.
Cambios como estar permanentemente en el hogar, no poder salir a jugar con los amigos o asistir a clases, visitar o recibir a los abuelos, tíos o primos Todo de un día para otro se modificó. Si este proceso abrupto es difícil de aceptar para cualquier adulto, lo es más para los pequeños, que apenas van asimilando el problema de salud que estamos enfrentando e incluso en algunos casos, afrontando la pérdida de familiares o conocidos a causa del virus.
El ambiente en el hogar
Es propicio tratar de mantener un ambiente en casa que genere seguridad y confianza en los niños, donde puedan tener rutinas ciertamente flexibles que igual les brinden estructura, además de hacerles sentir que son importantes dentro de las decisiones que se van tomando en el hogar, conforme pasan los días en cuarentena.
Compartir una lluvia de ideas en familia y elegir
– Juegos donde participen todos, como obras de teatro, tiempo para la pintura, adivinanzas, mímicas o representaciones con dibujos, armar rompecabezas
– ¿Qué labores podrían asignarse a los niños para que colaboren en casa?
– ¿A qué hora pueden los más pequeños comunicarse con familiares y amigos a través de llamadas telefónicas o videollamadas? Incluso enviarles dibujos o cartas vía digital
– Creación de menús para las meriendas, estableciendo en cuáles los niños puedan ayudar en su elaboración
– ¿Qué actividades físicas pueden hacer los niños junto a otros integrantes de la familia?
– ¿Cuál será el cuento que leerán antes de ir a dormir?
– Y muchas otras alternativas que disfruten juntos
Motivando en la cuarentena
El proceso de la motivación está ligado al desarrollo de diferentes acciones que estimulan nuestra creatividad y buen ánimo, impactando en resultados positivos tanto a corto como a mediano y largo plazo.
Cuando transitamos largos períodos de incertidumbre en confinamiento, probablemente no tenemos muchas ganas de activarnos, la angustia nos invade y podrían presentarse incluso cuadros de ansiedad o depresión. Entonces, si deseamos sentirnos bien y sobrellevar lo que estamos viviendo, es necesario trabajar por ello.
En el hogar somos padres, guías y modelos de nuestros hijos, nos corresponde tomar decisiones que impacten positivamente en la familia, sin establecer altas expectativas que estén alejadas de la contidianidad actual.
Para motivar a los niños, necesitamos escucharlos para conocer qué les entusiasmaría lograr en estos momentos, e incluso cuando poco a poco podamos reincorporarnos a las rutinas (con las adaptaciones que sean pertinentes).
Es necesario proponerles acciones a los niños que puedan alcanzar en tiempos cercanos y ajustados a la realidad que viven, sin menospreciar sus gustos o anhelos, celebrando con ellos sus logros, sin ser tan estrictos en cuanto a los resultados obtenidos, lo importante es valorar su esfuerzo, además del entusiasmo en su ejecución y alcance.
Lislet Núñez
@webchiquiticos