Pero ya estoy aquí de nuevo, con mucho atrasado -es lo que peor llevo- y con muchas ideas para poner en práctica. No voy a adelantar nada porque me da mucha rabia prometer y no cumplir. Así que lo que vaya surgiendo.
Para este año que comienza me he propuesto la firme intención de organizarme mejor, entendiendo por organización, primero, repartir bien mi tiempo para poder llegar a -casi- todo, y segundo, apuntar en algún sitio todo lo que pretendo hacer porque ya no es la falta de tiempo sino mi mala memoria la que me impide llegar a todo lo que debería.
Así que ni muerta ni de parranda... bueno, esto último un poco sí, que he salido a comer con unas amigas, a comer con otras, un ratito de asueto no hace mal a nadie. Pero básicamente he estado toda la navidad enredada con mis polluelos, intentando trabajar algún que otro día - y digo intentando porque, digan lo que digan, trabajar con los niños rondando por casa es pura utopía- y el blog, pobrecico mío, medio abandonado por fuerza navideña mayor.
En estos días intentaré ponerme al día de cómo han ido las vacaciones, la navidad, los regalos y todas esas cosas chulis. Que no quiero perder la costumbre, con lo bonito que es años después recordar todos estos momentos.
Por cierto, estoy recordando que con el rollo de la varicela, no conté el cumple de mis peques, si cuando digo que estoy fatal de lo mío no miento ni un poquito...
Lo dicho, prometo novedades. Y prometo que será una promesa de las que se cumplen. Valga la redundancia.