Ayer me volví a encontrar con una frase que siempre que la escucho me hace pensar: "no dejes que lo urgente reste tiempo a lo importante". ¡Qué razón! Cada día vamos corriendo sin zapatillas, intentando llegar pronto a no sé bien donde. Vamos sin mirar a nuestro alrededor no vaya a ser que nos despistemos y no lleguemos. Y toca levantarse, poner en marcha la casa, levantar a los peques, ir al cole, trabajar, trabajar, trabajar y salir corriendo a por los peques, y llegar a casa, y hacer las tareas, y poner lavadoras, y el lavavajillas, y tratar de que se entretengan los peques para tú seguir haciendo, y haciendo. Y llega la hora de la cena, y de acostar a los niños, y de preparar las mochilas... Y así un día, y otro, y otro... Y de pronto te das cuenta de que tu hijo ya no va a la guarde, ya casi está en la ESO y tú casi no te has dado cuenta. Y entonces recuerdas que no te paraste aquel día de primavera en el que el pequeño, de camino al cole, intentó coger una flor para regalártela; y aquella reunión que te impidió ir al festival de Navidad del colegio y encima el proyecto no salió. Y de aquel partido que ganaron a los mayores pero que tu hijo no pudo festejar porque había que irse corriendo... Y no puede ser. Porque ya está bien de ceder por lo urgente y no por lo realmente importante. Yo hoy lo tengo claro: vivir feliz es mi proyecto y no habrá nada ni nadie que me impida conseguirlo.
¡¡FELIZ JUEVES!!