Buenos días cibernautas,
hoy os traigo una receta para aprovechar el pan duro que nos sobra. Normalmente lo uso para hacer pan rallado o sopas de ajo en invierno. Pero a 36 grados las sopas no apetecen, y aunque también lo aprovecho para el salmorejo hoy quería enseñaros una receta muy fácil y además muy divertida de hacer con los niños ahora que pasan más tiempo en casa.
Necesitas:
Pan duro, aproximadamente 2 barras
1 1/2 litro de leche
8 cucharadas de azúcar, lo probáis y le ponéis mas o menos azúcar según el gusto
Canela en polvo, al gusto
1 cucharada de levadura química para tartas (la que viene en sobre)
1 nuez de mantequilla
3 huevos
Cómo se hace:
Ponemos en un cuenco el pan a remojo con la leche y lo vais removiendo con una cuchara hasta que el pan esté bien empapado. Esta parte la pueden hacer lo niños. Cuando este desecho el pan ponemos el azúcar y la canela y removemos. Bien a mano o dandole un meneín rápido con la batidora. Luego batimos los 3 huevos, los mezclamos y volvemos a remover bien con una cuchara. Por ultimo se echa la levadura y mezclamos todos los ingredientes. Vertemos la mezcla en un molde untado con mantequilla.
Metemos al horno a 190 grados por 45 o 50 minutos depende del horno. ¡Listo! ya tenemos un pastel tipo pudin, por lo que no esperéis que quede seco por dentro, ha de quedar húmeda al introducir el cuchillo y la corteza dorada y con aspecto rugoso.
Un pastel ideal para acompañar desayunos y meriendas, rápido, barato e ideal para pasar un rato divertido con los niños en la cocina.
A mi me recuerda mucho la consistencia y sabor de la quesada.
Como veis es muy fácil y está riquísimo. Podéis introducir variantes poniéndole trozos de manzana, piña o melocotón.