Todo este primer párrafo de viejo chocho que desvaría sin venir a cuento para decir que a Diana le tocó en un sorteo realizado por Pekeleke el álbum ilustrado del que os vengo a hablar hoy, “Historia de un calcetín desparejado”, escrito por Rafael Nieto, ilustrado por Miguel Cerro y publicado por una editorial a la que le tenía ganas desde hace tiempo, Ediciones la fragatina. Y no, no me ha decepcionado para nada el primer encuentro con ésta editorial aragonesa. Todo lo contrario. Hemos tenido mucha suerte de que esta pequeña joya haya caído en nuestras manos. Compensa tantos y tantos años de frustraciones en la tómbola…
El texto de Rafael Nieto cuenta la historia de un calcetín deportivo clásico, de aquellos altos con una franja roja y otra azul en la parte superior (¿los recordáis? Son tan vintage…), que ha sido abandonado por su par, que harto de los partidos de pádel de su dueño se ha ido a vestir el único pie del pirata Malapata. A partir de ese momento, el pobre calcetín desparejado empieza a experimentar miedo e incertidumbre sobre su futuro, sobre todo teniendo en cuenta que su dueño es un señor aparentemente muy serio que jamás se pondría dos calcetines diferentes. Un miedo que es alentado por los comentarios de otros compañeros calcetines de cajón (ejecutivos, de fantasía, deportivos tobilleros modernos…), que además de someterle a una especie de acoso en versión calcetinil, le auguran el peor de los finales.
Y esta “Historia de un calcetín desparejado”, tan divertida como completamente surrealista (aunque perfectamente podríamos cambiar los calcetines por personas sin que se perdiese un ápice del significado), avanza a paso firme, sin decaer en ningún momento, gracias a los personajes dibujados por Miguel Cerro (todos poseedores de unos ojos y unos rasgos faciales que podría haber firmado el mismo Picasso) y, sobre todo, al original y desternillante texto, cargado de guiños para adultos que os harán soltar más de una sonrisa y alguna que otra carcajada mientras le contáis el cuento a vuestros hijos. El cierre, absolutamente precioso, es un rayo de esperanza para aplicar a nuestra vida diaria, a nuestros propios miedos. A veces, esos temidos finales tras los que solo intuimos oscuridad, se convierten por arte de magia en inesperados y luminosos principios.
Canela fina.
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