Imagén de ABC.es
Nosotros estamos llevando a nuestra hija al nido guardería desde el año pasado, antes de que cumpliera los dos años. Ella era súper feliz, siempre quería ir y estar con su miss y jugar lo más que podía, nosotros aprovechábamos esa conexión que existía entre ella y su miss Karla, con ella ha aprendido muchas cosas, incluso almuerza en el nido y eso le está enseñando a que coma de todo, también habla hasta por los codos, se sabe expresas muy bien y lo bueno es que nos cuenta de todo, a su manera claro.
Pero este año es diferente, el año pasado estuvo en el salón de estimulación temprana / guardería y ahora que ya tiene dos años y va en rumbo hacia los tres, le toca estar en un nuevo salón, ya no hay tantos juegos ni tanta libertad, ahora la cosa va en serio porque tiene que empezar a hacer caso a la profesora y a la auxiliar, en este caso es una miss diferente, este año va a empezar a hacer sus trabajos con sus materiales didácticos.
El primer mes de integración ha sido bueno, sin mayores complicaciones pero este mes de Abril la cosa se ha puesto más difícil, después de los feriados de Semana Santa la bubu tiene más resistencia a ir al nido, ya no es como antes que se moría de ganas de ir y que no quería salir de él, ahora por el contrario no quiere ir, prefiere quedarse en casa, es algo que nos ha llamado la atención, mas a mi esposa porque ella es con quien está casi todo el día. Es a Mary a quien esta vez le toco hacer de detective e investigar un poco las posibles causas.
Resulta que de entre todas las posibilidades del porque un niño no quiere ir al colegio podemos elegir dos, que son las más saltantes a primera vista y que son las que más ocurren. La primera posibilidad es que la nueva miss no conecte con nuestra hija, sea una persona más exigente y más estricta, de repente ese podría ser el problema, nuestra hija disfruta de su libertad y podría ser que ahora que están empezando a ajustar algunas cosas le esté chocando de alguna forma. Yo creo que en algún momento los niños deben empezar a darse cuenta que deben hacer las cosas que se les piden, de buena manera claro, sobre todo si están en un salón de clases, tienen que saber en qué momento se puede jugar y cuando no. Nosotros no pensamos que ese sea el problema porque, en el fondo, somos conscientes que en algún momento iba a suceder algo así y que la profesora empezaría a poner un poco de mano firme.
La otra alternativa, que también es bastante común, es que en el salón de Mara haya algún otro niño y/o niña que este siendo un poco más violento o que actué con más fuerza que los demás, que cuando mi hija este jugando con algo este otro niño y/o niña venga a quitarle lo que está usando, o que de repente la hayan empujado sin querer, y eso muchas veces deja una marca en un pequeño, ocasionando alguna incomodidad, entonces si sabes que hay alguien que te molesta y como no sabes aun como actuar, entonces prefieres no ir a ese lugar, porque ya sabes que es lo que podría suceder. Estamos pensando que de repente podría haber sucedido algo de eso, una situación que ha pasado inadvertida por la maestra o por la auxiliar, por el simple hecho que tal vez no se dan abasto con tantos niños, o tal vez si saben lo que sucede pero no interceden por alguna razón. Creemos que es momento de tener una conversación con la directora del centro educativo, no en el plan de armar una batalla pero si con la idea de que suenen las alarmas porque hay algo que está pasando y no se están dando cuenta.
Lo que no podemos hacer es cambiarla de centro de estudios cada vez que no quiera ir a clases, tal vez estamos exagerando, tal vez sea otra cosa pero lo que sí sabemos es que no quiere entrar a su salón, sabemos que prefiere estar en otro, entonces el problema está dentro de su grupo, con sus compañeritos o hay algo más que aún no nos hemos dado cuenta. Hemos pedido que por favor estén mas atentas a lo que podría estar ocurriendo y hoy al medio día Mary va a conversar con la directora a ver qué otras cosas pueden hacerse, ojala sea algo fácil de solucionar.