No por mucho madrugar...


Recordé esta frase hace unos días atrás cuando entré a recoger a mi hija la segunda al nido (no, no fue porque llegué a recogerla tarde). Fue porque en el nido de mi hija es costumbre colgar los trabajos de los niños en la pared de ingreso, así uno puede apreciar los trabajitos mientras ingresa. Ese día me detuve para mirar los nuevos trabajos del salón de mi hija y vi que un par de niños ya escribían su nombre. Me puse un poco nerviosa. Mi ser ultra-competitivo saltó: “no puede ser que estos niños –uno de los cuales todavía no se despega de su mamá y llora todo el día - puedan escribir su nombre y mi hija, no. ¿Qué está pasando?”Lo cierto es que no tengo ni idea si mi hija conoce las letras del alfabeto y menos aún si conoce las letras que están en su nombre. Hasta hace unos días ella no tenía ni idea de cuantos años cumplía. Con ella sí que me estoy relajando, pero la verdad que la veo tan bien y en sus reportes en el nido siempre me felicitan así que porque exigirle innecesariamente, ¿no? Igual me neuroticé un poco (es mi naturaleza): ¿Quizá debería empezar a estimularla con las letras para que se familiarice con ellas y la rompa el próximo año que va a pre-kínder?

Entonces recordé un episodio muy similar que me ocurrió con mi hijo hace un par de años atrás. La misma escena: llego a recogerlo y veo los trabajos de todo el salón colgados en la pared. Veo que una niña (bien insoportable esa niña también, no fallaba en nada) había escrito su nombre en su trabajo. Esa vez sí me preocupé un poco más y me puse manos a la obra: decidí ensañarle a mi hijo a escribir su nombre. Resultó ser misión imposible. Le interesaba un pepino y cada vez que intentaba sentarlo para enseñarle alguno de los dos terminaba frustrado. Respire hondo y decidí dejar mis neurosis y ultra competitividad para mis cosas.
Terminó el nido, los niños se fueron al colegio y en el colegio ya les empezaron a enseñar las letras y lectura en serio. En el colegio le iba muy bien, él estaba motivado y aprendía al ritmo esperado. Aprendió a escribir su nombre y su apellido. Terminó pre-kínder sin que yo tuviera que darle ningún refuerzo ni motivación extra. Entró a kínder y aprendió leer y a escribir. Incluso hace poco me enteré que está en la mesa de los lectores avanzados.
Me encontré con la mamá de la niña en cuestión (la que sabía escribir su nombre en el nido). Me contó que ella también lee y lo hace bien. Sin embargo, no está en la mesa de los lectores avanzados de su salón. Me di cuenta que es cierto, que cada niño tiene su ritmo y su momento. Quizá si hubiera presionado a mi hijo para que aprenda a escribir su nombre, quizá si hubiera forzado su interés por las letras y la lectura ahora él no estaría tan motivado ni hubiera aprendido tan bien y tan rápido. Así, que con la lección aprendida no le voy a comentar nada a mi hija la segunda, no voy a hacer nada ni me voy a preocupar un poquito. Sólo recordaré esta frase, que cae perfecto con esta anécdota: no por mucho madrugar, se amanece más temprano.

Fuente: este post proviene de Blog de NeuroMamá, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

Hace poco leí en el Instagram un post de una terapueta a la que sigo (mombraintherapist) sobre “esos días” en la crianza. Esos días que necesitas que terminen rápido, en el que estás física y/o ...

Es la pregunta  que – tarde o temprano – nos ronda a todas las madres. No importa si eres una primeriza con un recién nacido en brazos o una experta mamá de 3: ¿Lo estaré haciendo bien? es ...

Hermanos en las buenas, malas y en las pandemias Ayer fue una mañana de locos. Se acerca el primer día de clases y andamos (sí, todos en casa, incluyendo padres, mascotas y niños) bastante alterados, ...

Etiquetas: CrianzaMaternidad

Recomendamos

Relacionado

Maternidad Crianza

Siempre pensé que esa frase era un cliché romántico derivado de la popular canción de Jairzinho & Simony: "El amor no tiene edad". Sin embargo, desde que mi hija la última (ahora con 4 años) empezó a hablar y a traer a casa sus historias del nido, empecé a pensar que esta frase era algo más que un cliché y que en definitiva para el amor no hay edad y para algunos llega mucho más temprano ...

bullying cambios guardería ...

Imagén de ABC.es Nosotros estamos llevando a nuestra hija al nido guardería desde el año pasado, antes de que cumpliera los dos años. Ella era súper feliz, siempre quería ir y estar con su miss y jugar lo más que podía, nosotros aprovechábamos esa conexión que existía entre ella y su miss Karla, con ella ha aprendido muchas cosas, incluso almuerza en el nido y eso le está enseñando a que coma de ...

Educación Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) educación ...

Consecuencias de la cuarentena  y la educación a distancia en una casa con TDAH Antes que diagnostiquen a mi hija la segunda con TDAH (en kínder y a semanas de cumplir 6 años) recuerdo que la perseguía desesperada por toda la casa para intentar enseñarle algo, para ponerla al día (con materiales que la profesora me dejaba) o simplemente para reforzarle un nuevo aprendizaje. Imposible. Su mente vol ...

niños educación

Hola a tod@s! Estamos en época de elegir si apuntamos a los peques a las extraescolares o no y aquí el debate es amplísimo, pero en mi caso yo lo tengo clarísimo. Por suerte o por desgracia mi hija se queda al comedor debido a los horarios que tenemos mi marido y yo que no podemos ir a recogerla a mediodía para volver a llevarla una hora y media clase un par de horas más tarde y las extraescolares ...

Crianza Pareja y Sexualidad

La semana pasada, a eso de las 8:00 a.m. recibí una llamada de mi marido súper afectado porque había tenido que dejar a nuestra hija la segunda (en pre-kínder) llorando en el salón. En un inicio cuando recibí su llamada no entendía a que venía, me hablaba entre molesto y fastidiado que había tenido que escaparse del salón con ayuda de la profesora, que él no podía con el calor horroroso que hay en ...

enseñanza en el hogar kínder maternal ...

Hemos decido que nuestra hija vaya a la escuela regular cuando cumpla sus 3 años, es decir que no hemos querido enviarla al pre-kinder o maternal. Sé que este tipo de enseñanza fuera de casa tiene muchas ventajas, entre ellas que los niños aprenden a socializar con otros niños y que además van aprendiendo habilidades y destrezas que les serán muy útiles cuando ya vayan a la escuela. Pero también t ...

Maternidad

Ayer fue uno de esos raros días en los que mi esposo llegó súper temprano a casa. Y por súper temprano me refiero a realmente temprano. Llegó poco antes de las 6:00 p.m. Para variar, como la que manda es la ley de Murphy, cuando esto sucede yo nunca estoy. Así, que ayer yo no estaba. Estaba con mi hija la segunda en nuestro momento madre-hija. Llegamos a casa y veo a mi esposo feliz jugando con mi ...

general balanza decisiones ...

No es una novedad saber que cada hijo es diferente de los demás, cada familia, cada padre, cada abuelo es diferente del resto de familias, de padres y de abuelos. Cada uno de nosotros es único y tiene su propia forma de ser, sus propias metas y sus propias decisiones. A nosotros como padres nos ha tocado la labor de educar a nuestro hijo o hijos, darles todo lo que está a nuestro alcance y es ahí ...

Crianza Familia Maternidad

¡Qué tú también llores! Y lloren los dos juntos. Más aún si tu hijo en cuestión está ya en primero de primaria, si cuando lloras tu nariz se pone rojísima y tus ojos también y, para rematarla, tu esposo te mira con cara de: Dios mío, ya va a empezar otra vez a llorar la Magdalena. Esta semana empezaron el colegio muchos niños y niñas del país y entre ellos mis dos hijos mayores. El mayor primero ...

bebés experiencias

Esto es lo único en lo que coincidimos la Princess of the Village y yo. Bueno, en esto y en la capacidad de engordar y adelgazar como si nos estuviesen metiendo un inflador por el culo. Pero, infladores aparte, digamos que siempre me he reído mucho con esta expresión, "yo por mi hija mato". No soporto la figura de la madre coraje, porque considero que todas las madres lo son, quitando la ...