La preeclampsia es cuando en el embarazo se presenta hipertensión arterial (tensión alta), y proteinuria (perdida de proteína a través de la orina), puede manifestarse a partir de las 20 semanas, aunque la mayoría de las veces se muestra después de las 36 semanas.
Aún se desconocen a ciencia cierta las razones por la que se origina esta condición, sin embargo, se ha descubierto que son más propensas a sufrirla aquellas que en su descendencia ya haya ocurrido, de igual forma, quienes que ya la han presentado en embarazos anteriores, que tienen más de 40 años, o menos de 20, o incluso, si sufren de obesidad, diabetes o problemas renales.
Alguno de los síntomas son: Dolor de cabeza severo y constante, hinchazón de pies, manos y cara, retención de líquido, incremento de peso repentinamente, visión borrosa, náuseas, vómitos y convulsiones. Los síntomas suelen variar dependiendo del tipo de preeclampsia, de igual forma, es normal que muchos de ellos se presenten aun sin padecerla.
La preeclampsia puede ser leve o severa, en cualquiera de los dos casos se debe tener cuidado y mantener un chequeo médico constante. Cuando es leve, se puede controlar desde la casa, guardando reposo absoluto, de ser necesario, estar acostada con los pies levantados por varias horas durante el día, tomar mucha agua y tener especial cuidado con los alimentos consumidos, ya que, estos pueden complicar la situación, de igual forma, se debe controlar la tensión todos los días por varias semanas hasta que se haya normalizado, teniendo en cuenta que si los síntomas se presentan de nuevo debe acudir inmediatamente al médico. Si por el contrario, es severa, se debe estar hospitalizada, con vigilancia médica constante y aparatos que monitoreen su estado y el del bebe.
Después de dar a luz esta condición desaparecerá, pues, solo ocurre durante el embarazo, aunque, se debe tener mucho cuidado y mantener un control médico por algunas semanas para prevenir posibles complicaciones.
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