En el tema del vestido de la Primera Comunión no es que me quiera meter mucho porque es algo ¡tan personal y hay tanta posibilidades¡ A lo largo de asistir a muchas procesiones del Corpus (donde los comulgantes de ese año salen acompañando a la Custodia) he visto todo tipo de vestidos, tanto de niño como de niña. Desde palabra de honor para ella (de verdad de la buena) como trajes marfil nacarados para ellos. Todo depende de los gusto. Así que en esta ocasión te voy a contar mi experiencia personal, que puede ser que te ayude (o te espante).
Hace mucho tiempo, tanto que ni siquiera tenía novio, vi un vestido de Comunión en un escaparate que me encantó. En ese momento a Dios puse por testigo (como Escarlata O´Hara) que si algún día tuviera una niña, haría su Primera Comunión con un modelo parecido. Por aquel tiempo no existían los móviles y no llevaba una cámara de fotos encima (no era costumbre en el siglo pasado, ¡qué cosas!) así que el único detalle que se me quedó en la retina fue la tela: organdí con bodoques.
Si el diseño lo tenía claro, el lugar dónde comprarlo, más: sería en Golositos (C/ Lope de Rueda, 4. Stno-Drcha Madrid). Anteriormente ya habíamos confiado en ellos y el el resultado siempre fue fantástico.
Además de vestidos de ceremonia, cada año María Platero, diseñadora y propietaria, presenta un magnífica colección de vestidos de Primera Comunión, en la que la tradición y la novedad conviven. Además, la posibilidad de personalizar a partir de los modelos de la colección, te permite conseguir que el vestido sea único y original.
Para una primera visita debes pedir cita. Así te aseguras estar tranquila y ver los vestidos con calma y estudiar sus posibilidades. Te recomiendan no ir más de 3/4 adultos con la niña (no se trata del programa de TV ¡Si, quiero ese vestido!) Una vez allí, durante una hora más o menos, la niña podrá probarse los vestidos que más le gusten (4/5).
A nosotros nos sobraron 45 minutos. En cuanto entramos en el taller, lo vimos más que claro. Allí no estaba el vestido que yo vi en su día en el escaparate de aquella tienda (que ya no existe), sino uno mejorado. Era de orgadí suizo con bodoques y co n un diseño precioso. Y ese fue el escogido.
Cada vestido es hecho de nuevo con las medidas de la niña, por lo que les queda como un guante. Se nota la profesionalidad de las costureras y del personal que atiende. Y lo mejor de todo, ¿caro? Pues no, teniendo en cuenta el diseño exclusivo y la calidad y variedad de los tejidos.
Además, tienen todos los complementos que la niña pueda necesitar ese día: chaqueta, cancán, fajín, adornos para el pelo… Sobre esto último me rompieron los esquemas. En un principio tenía claro que la Princesa iba a ir con una de las maravillosas coronitas de Olivia& Cloe. Pero cuando la vimos con esa diadema ancha que parecía estar hecha para ella, no lo dudamos. Así que os recomiendo que os dejéis aconsejar por ellas. ¡¡Saben mucho!!
Y esta es mi experiencia. Si buscas un sitio en Madrid, recomendado al 100%
¡¡Feliz lunes!!
*Este post no está patrocinado. Lo cuento como lo siento