¿Porqué un plazo? Pues porque si hago como el año pasado y empiezo con la operación bikini en mayo, en seguida llegan las terracitas, y las cañitas, los eventos,.. Y así no hay manera.
Así que estoy aprovechando el crudo invierno para zambullirme de pleno en mi miseria y amargarme mis días de frío y lluvia un poquito más si cabe.
La dieta que estoy siguiendo es la dieta Dukan, que ya hice antes de quedarme embarazada y me fue de maravilla. Por mucho que puedan decir de esta dita, bueno o malo, al final, es una dieta como todas. Lechuga-pechuga-pechuga-lechuga. Y entremedias un yogurt 0.0.
Y como cualquier dieta, tiene sus fases. Yo al menos, paso por ellas.
Ilusión: Esa ilusión del principio en la que planeas, mientras te comes un donut, la lista de la compra. Vas al súper y te compras todo lo 0.0 que tus ojos alcancen a ver y al llegar a la caja te soplan 100 pavos aunque lo que lleves no sume ni 3.000 calorías.
Desfallecimiento: Pistoletazo de salida. Comienzas la dieta, pero llega el desfallecimiento. Sobre todo la primera mañana. Igual la noche de antes te cenaste a modo despedida un bocadillo con 10 kilos de bacon y una palmera de chocolate de postre, con lo que llevas en el cuerpo reservas para un mes, pero ahora ESTÁS A DIETA. A media mañana notas mareo y a eso de mediodía un rugir de tripas que asusta. Menos mal que eso solo son unos días, hasta que tu estómago comprenda que el bocadillo de bacon no va a volver.
Motivación: Al principio, hay que decirlo, mucha. Te pones en plan serio y no te saltas la dieta ni un centímetro. Tu cuerpo y tu mente están en perfecta sincronía. El peso es tu amigo, recordemos que los primeros kilos se pierden en seguida. Así que todo ayuda. Lástima que esta fase dure tan poco.
Síndrome dietopaúsico: Esa mala leche que desprendes a raudales. Puta dieta y putos kilos, esto solo me pasa a mí por gorda de mente que soy, te dices a ti misma. No soportas nada ni a nadie. Que no cunda el pánico. Solo son unos días.
Aburrimiento: Hasta los cojones. Esa es la palabra. De la lechuga-pechuga, de todo lo 0.0, que normal que se llame así porque no sabe a nada, de la sequedad en la boca, de no probar el chocolate, de pensar el tiempo que te queda, de reducir la vida social, en fin, hasta los cojones de todo en general. Este aburrimiento dura aproximadamente el 90% del tiempo que dura la dieta, un coñazo.
Tentación: Al estado de aburrimiento se unen las pequeñas tentaciones que nos da la vida, como esas magdalenas que huelen de pm, los gusanitos de Minififi o el bocata de chorizo que se acaba de pedir el de la mesa de al lado. Es importante no caer y visualizarte en bikini cada vez que esto ocurra. Oye, y si la tentación es muy grande y caes, tampoco vamos a hacer un drama. Se disfruta y ¡ya volveremos a la dieta mañana!
Orgullo: Fin de la dieta. Ahí está, ya has acabado. Eres una campeona y te sientes pletórica. Te miras en el espejo con aire triunfal y esa sensación de que no hay quien pueda contigo. Te lanzas a la calle a comprar ropa pequeña como si no hubiera mañana. Te lo has ganado.
Miedo: ¿Y ahora qué?. ¿Ahora que como?. Te da noseque comer cualquier cosa porque tienes la sensación de que, de repente, una galleta te va a volver a engordar todos los kilos que has perdido. Tantas semanas comiendo como un pájaro dejan secuelas. Pero nada, esto se arregla saliendo dos días de tapitas y las angustias desaparecen en un pispas.
El círculo: Y sí, desgraciadamente, las tapitas están tan ricas que te olvidas de todo lo que costó quitarse esos kilos de encima y llega el verano, las cañas, las terrazas, la feria y, en unos meses, recuperas el peso original sin recordar que juraste que esto nunca más te iba a pasar. Vuelves a poner la dieta en tus propósitos de año nuevo y cierras el círculo.
Ahora mismo estoy en fase ABURRIMIENTO TOTAL. Pero ya me queda menos. De verdad que espero no cerrar el círculo porque cada vez me da más pereza esto de las dietas.
¿Qué me decís?. ¿Sois de las de círculos de dietas o de las suertudas de genética privilegiada que no tienen que pasar por ninguna de estas fases?