¿Qué tiene que ver la edad blogueril con ser de provincias?. Pues bien. En mi andanza bloguera, cuando todavía no proliferaban este tipo de blogs y no existía plataformas como Madresfera, cuando no usábamos Facebook y Twitter para compartir nuestra maternidad, cuando éramos pocas y muchas no sabíamos de la existencia de otras... Por entonces, cuando mi blog cumplía un añito y yo era recién mamá, comencé a recibir emails de marcas y empresas, algún que otro regalito para mi bebé, invitaciones a eventos, nada nuevo en estos días. Por entonces para mi sí era una novedad, ¿Quién soy yo para que me tengan tan en cuenta?.
Pues como a nadie le amarga un dulce, en aquella época en la que te enviaban un regalo sin pedir nada a cambio una los aceptaba encantada, tanto que lo primero que me salía era hacer una entrada de agradecimiento.
Pero las invitaciones a eventos eran harina de otro costal. Sí, mola mucho que me invites pero vivo a 600km, me cae un poco lejos. Y me quedaba con las ganas.
Proliferaron los blogs maternales, los emails de marcas y empresas, los eventos e invitaciones. Y yo, que además de vivir atomarporculo de lejos trabajaba de lunes a sábado, pues en casita me quedaba. Así que iba leyendo en otros blogs lo guay que eran muchos eventos.
Pero ya lo que más envidia me empezó a dar fue ver las quedadas blogueras, que eso sí que mola, poner caras y compartir un ratito más allá de las pantallas. Envidiaca de la mala.
Llegó un momento en el que di tan por hecho que vivía atomarporculoymáslejos que ni me planteaba un evento que no fuera, como mucho, en Sevilla. Y para colmo, después de tantas negativas, las invitaciones a eventos comienzan a bajar. Sí, la realidad me golpeó: ser de provincias y vivir en una esquina del mapa no fomenta la socialización blogueril in person.
Pero todo cambió el año pasado. Empezó a hablarse de un 8J, que si evento madresférico, que si 300 blogueras, que si va a ser la leche, y mientras yo rumiaba mi coraje (coraje= joderquérabiameda) de repente se me encendió la bombillita y pensé:
¿Y por qué no?
Me dije: "Anda ya, ¿el único motivo para no ir es que no vivo en Madrid? pues si hay que ir, se va", cambié el chip y al momento estaba pensando en billetes de tren y hotel. Que una vez al año no hace nada. Que o me muevo, o me quedo en casa muerta del asco.
Y así fue como me planté en el I Encuentro de Madres Blogueras con Madresfera y YoDona.
A partir de ahí me he vuelto una adicta a los eventos. Sigo perdiéndome muchas cosas, porque no se puede ir a todo, pero, bien por el blog o bien por mi tienda, he descubierto que dejarme ver por aquellos eventos que considero merecen la pena es una experiencia muy, muy positiva.
Gracias a acudir a estos eventos he conseguido poner cara a todas esas blogueras con las que comparto conversaciones a diario en las redes sociales, conocer a nuevas blogueras con las que nunca había coincidido, conocer a las personas que están detrás de las marcas... Ampliar mi círculo social, hacer nuevas amistades y vivir nuevas experiencias enriquecedoras.
Así fue como me planté en Puericultura Madrid, en Bloggers and Famili BCN, en la Feria Bebés y Mamás (donde fui como ponente, todo un lujo), en el evento de Micropapis de Micropolix (donde di un taller de porteo), hace escasos días al Madresfera Blogger"s Day y en apenas unos días a la Party de Malasmadres.
En solo un año mi vida como bloguera, como madre 2.0 ha cambiado muchísimo. Recuerdo como el año pasado, en el 8J, me encontraba como pez fuera del agua, conocía a muy poca gente y lo típico, siglos hablando con alguien vía blog o redes sociales para que luego te vergüenza entablar una conversación cara a cara. Tanta gente, tan poco tiempo, fue abrumador. Pero fue un primer paso.
A partir de ahí los eventos fueron más pequeños, con menor afluencia de blogueras pero mayor facilidad para interactuar, una estupenda oportunidad de poder conocer y entablar conversación con otras blogueras con tranquilidad, sin nervios ni presiones.
Un año más tarde, donde voy me siento cómoda porque donde conozco a la gente, a gran parte de ella. Y eso mola mucho. Llegar, reconocer caras, dar un abrazo y llamarle por su nombre real, hablar de la última vez que nos vimos o de próximos eventos donde coincidiremos. Es un placer llegar y sentirte entre amigas.
Así que me voy sintiendo menos de provincias. Y más desde que el bloque sur (las blogueras sevillanas y yo jajaja) hemos decidido hacer piña, reivindicarnos, unirnos y juntarnos en quedadas familiaras y otros menesteres (que de vez en cuando apetece un poco de juerga).
Gracias a ellas y a mis escapaditas a los eventos en Madrid o Barcelona, aquí servidora se siente un poco más parte de esta maravillosa blogosfera.
En la siguiente entrada os contaré mi experiencia en el Madresfera Blogger"s Day.
Continuará...