Parece mentira que hoy en día tengamos que andar leyendo noticias, conociendo lamentables situaciones de madres que por amamantar a su bebé son invitadas a irse, o directamente expulsadas de lugares públicos, como ha vuelto a suceder en este caso a una madre de Málaga, que fue invitada a abandonar una zapatería mientras daba el pecho a su bebé.
Parece mentira pero sigue siendo una lamentable realidad, y esto no sucede fuera de nuestras fronteras, no, en España sigue habiendo gente con mentalidad del pleistoceno medio. Bueno, rectifico, si fuera mentalidad del pleistoceno medio no habría problema porque verían la lactancia como lo que es, un acto normal, ni más ni menos.
Llevo 8 años dando el pecho a mis hijos casi de manera ininterrumpida, que se dice pronto, y afortunadamente jamás me he encontrado con una situación así. Digo afortunadamente no por mi, sino por quien se le hubiera ocurrido decirme algo por amamantar a mi bebé en público, ya que no soy de callarme precisamente.
Además he dado el pecho a mi bébé donde me ha hecho falta y en todo tipo de lugares, por lo que se supone que debo tener un alto porcentaje de posibilidades de que
Pero no, no he tenido que soportar que nadie me recrimine el hecho de amamantar a mi bebé en público, a pesar de haberlo hecho en multitud de sitios, tiendas y centros comerciales, espacios culturales, incluso en lugares como el Museo del Prado o la Basílica del Pilar. Y es que amamantar no es enseñar las tetas, como mucha gente se cree, de hecho menuda gracia me hace porque yo no soy capaz de hacer topless.
Dar el pecho es otra cosa totalmente contratrio a la exhibición, no se trata de esconderse, estoy segura que a la mayoría de madres lactantes lo que menos nos apetece es sacarnos una teta el público, y yo al menos procuro ser discreta no por la gente en general sino por mi misma, porque no me apetece ser el centro de atención.
QUÉ HARÍA YO SI ME INVITAN A IRME DE UN ESPACIO PÚBLICO POR AMAMANTAR A MI BEBÉ
La realidad es que amantar en público, a pesar de no ser un derecho reconocido expresamente -ni falta que haría si la sociadad en general tuviera un poco de sentido común- en la legislación, es un derecho inherente tanto a la madre como al bebé, ambos son sujetos a proteger ante la vulneración de dicho derecho y recriminar a una madre por amamantar a su bebé en un espacio público supone un acto discrimitario y un menoscabo de los derechos de ambos.
El hecho de llevar tanto tiempo de lactancia materna me ha dado los recursos y el temple necesario para, si me ocurriera hoy por hoy, actuar de manera fría y cabal si me encontrara en tal situación. Hace 8 años quizás habría pasado un mal rato, probablemente me hubiera ido, sí, pero no sin antes llamar gilipollas a la presunta persona que se hubiera dignado a echarme, aún a riesgo de perder mi educación. De hecho, esto último no lo descarto en un futuro si llegara a sucederme, porque me conozco y como me toquen mucho las narices, salto.
Así que te voy a contar qué haría yo si me invitaran a irme de un lugar publico por amamantar a mi bebé:
Le daría las gracias por su ofrecimiento pero aclaro que no es necesario irme a otro lugar apropiado para amamantar según su criterio, ya que me siento a gusto donde estoy.
No responder, no estoy haciendo nada malo ni mucho menos ilegal, seguiría dando el pecho a mi bebé como la que oye llover. Como mucho, miraría a los ojos a esa persona, le dedicaría una sonrisa de "mira cuánto importa lo que me estás diciendo" y seguiría amamantado a mi bebé. Aunque por dentro me den ganas de sacarle la lengua y mandarle a pastar.
Si la situación requiere de mi respuesta verbal, le diría amablemente, sin levantar la voz, con gesto tranquilo e incluso con una sonrisa, que no estoy haciendo nada ilegal, que no tiene derecho a expulsarme, que no le ampara ninguna ley pero a mi sí, que haga el favor de no formar un espectáculo y que si me sigue amenazando no me quedará más remedio que avisar a la policía.
Si la susodicha persona persiste en su actitud, directamente cogería el teléfono para llamar a la policía local o, si voy acompañada, le pediría a mi acompañante que lo haga, mientras yo sigo amamantando a mi bebé.
Obviamente no me iría del lugar, establecimiento o lo que fuera sin interponer la correspondiente hora de reclamación, y si dicho establecimiento o lugar estuviera ubicado en un centro comercial, también interpondría una reclamación a la dirección de éste.
Valoraría incluso poner una denuncia por coacciones leves a la persona que se ha dirigido a mi si su actitud hacia mi ha resultado ser ofensiva, humillante, amenazadora o violenta.
Dicho esto, si el argumento para invitarte a no dar el pecho a tu bebé en el lugar que sea es que existe una sala de lactancia habilitada para ello, que sepas que eso está muy bien pero acudir a ella es una opción, no una obligación, por lo que mucha sala de lactancia que haya eres tú quien decides si te apetece entrar en ella para dar el pecho a tu bebé, o hacerlo donde más cómoda te sientas en ese momento.
Sobre las salas de lactancia ya daré mi opinión al respecto, porque telita marinera con el tema. De momento te diré que si la sala de lactancia que te ofrecen es como las que hay en los centros comerciales de mi ciudad, dile a esa persona que si tú te vas a la sala de lactancia con tu bebé, que él o ella se vaya a tomarse el bocata de tortilla, el café o la cerveza al cuarto de baño.
Desgraciadamente allí es donde ubican normalmente estos espacios habilitados para alimentar al bebé, entre olores desagradables, ruidos de cisternas, secamanos, voces y trajín de gente. No solo es un despropósito sino una falta de respeto hacia los padres, pero sobre todo hacia los bebés, que aunque no se quejen porque no pueden, tienen derecho a ser tratados dignamente. y comer en el baño, aunque se trate de un bebé, es de todo menos digno.
Como recurso de desahogo o derecho al pataleo, en última instancia puedes quedarte más ancha que pancha mandando a pastar a esa persona.
¿QUÉ LEGISLACIÓN ME AMPARA PARA AMAMANTAR EN CUALQUIER ESPACIO PÚBLICO?
El problema de todo esto radica en que hay un vacío legal con respecto al derecho de amantar en público, no por falta de derecho, sino por falta de reconocimiento expreso y regulación al respecto. La falta de regulación deriva en falta de protección y convierte a la madre en vulnerable ante este tipo de actuaciones.
Para que quede claro, por si hay dudas, no hay que reconocer el derecho a amamantar en público, porque ese derecho ya existe. Lo que hay que reconocer es la protección del derecho a amamantar en público con una regulación específica que ampare a la madres lactantes ante posibles actos discriminatorios.
Aún así, a pesar del vacío legal, para la protección de derecho a amamantar en público podemos recurrir diferentes disposiciones legales:
Regulación del derecho de admisión en la Ley 17/1997, de 4 de julio, Art 24.2 que dice entre otras cosas que "este derecho no podrá utilizarse para restringir el acceso de manera arbitraria o discriminatoria, ni situar al usuario en condiciones de inferioridad, indefensión o agravio comparativo. El derecho de admisión deberá tener por finalidad impedir el acceso de personas que se comporten de manera violenta, que puedan producir molestias al público o usuarios o puedan alterar el normal desarrollo del espectáculo o actividad",
El Art 24, 2, e) de la Convención de los Derechos del Niño de Unicef de 1989 que recoge como principio básico "asegurar que todos los sectores de la sociedad, y en particular los padres y los niños, conozcan los principios básicos de la salud y la nutrición de los niños, las ventajas de la lactancia materna, la higiene y el saneamiento ambiental y las medidas de prevención de accidentes, tengan acceso a la educación pertinente y reciban apoyo en la aplicación de esos conocimientos.".
Ya hay instituciones que comienzan a promover una regulación oficial del derecho a amamantar en público como el Gobierno Vasco o Les Corts Valencianes, solo falta que llegue al Congreso y que este tipo de conductas como el último caso de Málaga sean consideradas un claro acto de discriminación de la mujer y del bebé, y que el tipo penal sea recogido de una forma más concreta, para despejar todo tipo de dudas y poder defendernos legalmente en caso de ver menoscabado dicho derecho.
Dicho todo esto, si alguna vez te encuentras en la situación de que un empleado, jefe, vigilante de seguridad o quien sea pretenda hacerte abandonar un espacio público por amamantar a tu bebé, estate tranquila, no te alteres, no te pongas nerviosa ni sientas miedo, no pueden hacerte nada, no estás haciendo nada malo ni mucho menos ilegal.
Mantén un actitud firme, a poder ser serena y conciliadora, y si te sientes amenazada, llama a la policía. Eres tú la que está siendo discriminada, coaccionada, y cuyos derechos vulneran.
Por si a alguien le quedan dudas, te podrá parecer mejor o peor, reprobable o no, que una madre amamante a su bebé en un espacio como una tienda o una cafetería, pero te guste o no, es un derecho, y menoscabarlo supone un trato discrimitario, al margen de prejuicios y opiniones personales, que no son más que esos.
Esperemos que más pronto que tarde haya una regulación específica al respecto y dejemos de encontrarnos con este tipo de situaciones lamentables e innecesarias.