Existen casos de madres que no han podido amamantar, por mil razones diferentes, mi madre por ejemplo, inició la lactancia de mi hermano menor, pero debido a una crisis económica familiar, su nivel de estrés fue tan grande que el bebé rechazaba el pecho. Otros casos que conozco como mujeres con tratamientos intensivos, por ejemplo el cáncer, tampoco han podido amamantar, y así muchos casos, con motivos reales y mas que comprensibles para no hacerlo.
Pero hay otro grupo de madres, que sencillamente han tomado la decisión de no amamantar. Considero que biológicamente no debe ser una decisión sencilla, plantarse y decir no amamanto, porque el bebé por instinto apenas nace busca el pecho materno (si de ofrecen las condiciones, claro está), y la madre por temas de superviviencia de la especie, tenderá a ofrecer el pecho. Conozco el caso de madres que fueron claras con la matrona de que no querían amamantar, y sin embargo, teniendo a su bebé en sus brazos le ofrecieron el pecho y han establecido una lactancia correcta, duradera y sobre todo placentera.
Aún así, queda ese porcentaje de madres que no quiere dar el pecho, ya sea por una decisión inicial, o porque había sido alienada por falsas creencias o publicidad, por no lograr una lactancia exitosa, por no tener paciencia, y una larga cadenas de etcéteras y razones muy personales que han llevado a estas madres a no brindar el pecho.
A este último grupo de madres, independientemente de que yo crea que la leche materna es el mejor alimento que le puedes ofrecer a tu bebé, les digo, que hacen bien, porque amamantar es un acto de amor y de entrega, cuando se da el pecho, se funde la madre en amor y emoción con el hijo, es un momento íntimo, placentero, dulce y sutil como ninguno, es una experiencia única que no siempre es tan fácil de conseguir, y hay que se tenaz y muy persistente, si no tienes esas características y honestamente si no estas en disposición de disfrutarla no vale la pena que te estréses y te agobies, pases un mal rato e incluso llegues a rechazar a tu bebé.
Pondré otro ejemplo, mi amiga Lola cuando tuvo a su primer hijo lógicamente le recomendaron darle el pecho, ella lo intentó, pero no tuvo la asesoría necesaria, su esposo mas que comprometido, se diría que enamorado de la lactancia, la animaba, pero no conocían bien la técnicas de enganche del bebé. La madre de Lola, le ofrecía un biberón cada vez que la veía amamantar, como resultado, ella nunca pudo establecer la lactancia correctamente, lloraba cuando su bebé pedía el pecho por alimento o por consuelo, y cuando intentaba amamantar, solo pateaba el piso con rabia y dolor.
¿Desconcertante, verdad?. Lola es una de mis amigas que cuando me ve con mi bebé me habla inmediatamente de la esclavitud de la lactancia, del dolor que sufrió, de que hubiese querido amamantar mas tiempo pero que físicamente se le hacía imposible.
Cuando pienso en Lola, trato de pensar en mi propio proceso, yo también tuve un inicio dificil con la lactancia, en un pecho mi bebé lo hacia perfectamente, en el otro practicábamos el "kamasutra de la lactancia", no había posición conveniente, y muchas veces di de mamar con lágrimas de dolor, porque el dolor, el sueño atrasado y el cansancio acumulado, devastan a cualquier madre, sin embargo tomé mi decisión, y fue seguir y no rendirme hasta que lo logré, porque era lo que realmente me hacía feliz y consideraba que era y sigue siendo lo mejor para mi hijo en materia de amor y alimentación. Lola, también decidió, pero lo contrario, ella no lo estaba pasando bien, y no le estaba dando lo mejor de si a su bebé, porque ya ni lo cogía en brazos para que el pobre no pidiese el pecho, y creo que hizo lo correcto, por su bien y el del bebé. Con su segundo bebé, intentó nuevamente la lactancia, menos tiempo, pero con el mismo resultado, así que decidió darle el biberón.
Yo apuesto 100% a la lactancia materna, pero creo firmemente en que cada quien hace lo que mejor se ajuste a su estilo de vida, forma de ser y de pensar, y que la idea es darle lo mejor de nosotras a nuestros hijos, pero si no puedes o no quieres, nadie te debe obligar a hacerlo, porque sencillamente es tu decisión y como madre nunca decidirás algo que vaya en contra del bienestar de tu bebé.
Si encuentras a una madre que te cuenta que no ha "podido" amamantar y comienza a dar mil justificaciones para contrarrestar su decisión, no la juzgues, nadie sabe como lo está pasando ella, porque puede haber sido una decisión caprichosa, o también que se haya enfrentado a un proceso muy dificil, y si siente la necesidad de justificarse, es porque cree que será duramente juzgada o que aún lo está pasando mal. No seáis duros con ella, sencillamente piensa que si no quiere amamantar, es mejor que no lo haga,