Hace mucho tiempo ya, desde mi primer embarazo, que conocí las lecturas de Carlos González y me apasiona su manera de entender la crianza, lactancia, alimentación y como no… la manera en la que educamos y nos comportamos con nuestros hijos/as.
Por eso, cuando vi que en Escuela Bitácoras habían creado un curso con su participación, supe que tenía que hacerlo en cuanto pudiera.
La crianza es uno de los temas que más nos preocupa a todos los padres y madres, y en concreto, el tema de la “autoridad” o cómo podemos “poner límites” a nuestros pequeños para que entiendan qué deben hacer y qué no deberían hacer. Sin embargo, Carlos Gonzáles nos muestra una nueva perspectiva en relación a este tema.
AUTORIDAD Y LÍMITES, POR CARLOS GONZÁLEZ
El curso, dividido en 14 lecciones, nos habla de diferentes temas como la diferencia que existe entre cómo se entendía o trataba a los niños hace años y cómo los vemos en la actualidad, la obediencia, autoridad y límites, rabietas, celos, premios…
Escuchar a Carlos González siempre es agradable, al menos, si cuando piensas en la crianza de tus hijos, piensas en una educación respetuosa, en iguales condiciones a las de los adultos, si piensas en relaciones que se basan en el respeto, en el entendimiento…
Una de las cosas que más me ha gustado del curso es la manera en la que nos abre los ojos a la realidad, y entiendes que eres tú el adulto y que como adultos, no debemos quitarnos las responsabilidades que nos corresponden y mucho menos, para echarlas encima de niños pequeños. ¿Cuántas veces nuestros hijos cogen o tocan algo que los pone en peligro y les hacemos culpables de ello?… Carlos González, nos recuerda que los adultos somos los responsables de que un instrumento, objeto, etc esté al alcance de nuestros hijos y por tanto, es nuestra falta de responsabilidad.
Así mismo, nos recuerda que los adultos tenemos derecho a protestar antes las cosas que no nos gustan, no nos parecen bien o simplemente no nos apetecen. Sin embargo, no damos esta oportunidad a los niños. Negamos su enfado, no dejamos que muestren este tipo de emociones, y además no les damos el derecho a quejarse o a patalear. Además, nos permitimos darles órdenes, pero mal dadas… tal y como no lo harías con ningún otro adulto. Y al final, nos damos cuenta de que cuando cedemos no estamos perdiendo autoridad, sino que estamos ganando… en confianza, y en que nuestros hijos entiendan que hay cosas que son negociables y otras que directamente no se pueden permitir, porque verdaderamente son peligrosas o negativas para ellos.
Os animo a que realicéis este curso en Escuela Bitácoras porque obtendréis una nueva visión de la crianza, del comportamiento de vuestros hijos, de la inutilidad de los premios, ya que estos hacen que nuestros hijos piensen que no confiamos en que hagan determinadas cosas por sí mismos… Carlos González nos aporta nuevas herramientas para administrar nuestra autoridad con sentido común y siguiendo una serie de criterios claros, siempre desde un punto de vista respetuoso.
“La vida de muchos niños es una sucesión de órdenes, gritos , amenazas y castigos…” Si tuviste un hijo para disfrutar con él y ser feliz, ¿en qué momento se te torció el rumbo ? ¿en qué momento renunciaste a disfrutar con tu hijo y ser feliz e intentaste dedicarte a educarlo, ponerle límites y no dejarle pasar ni una…”