El pasado sábado asistimos a una charla muy interesante, de la mano del pediatra Carlos González, autor de libros como: "Bésame mucho", "mi niño no me come" o "un regalo para toda la vida".(en un post anterior ya os hablamos de él).
Tenemos que decir que nos ha encantado, tanto la manera de hablar del doctor como el temario impartido.
Este nos dice que tenemos que poner límites, pero ¡¡ojo!! no a todo ni para todo. Para él los límites tienen que ser los mismos de la vida cotidiana, es decir: no dejar jugar con un cuchillo o no dejarlo solo en el balcón, porque ésto sería irresponsabilidad por parte de los padres. Pero, por ejemplo, si juega con la comida, las consecuencias serían que se le podría caer el plato, ensuciarse o ensuciar el suelo, sin más.
También nos dice que evitemos las discusiones o los momentos de desgaste absurdos entre padres e hijos, como sería el caso de si un peque no quiere ponerse las zapatillas, no debemos obligarlo , puesto que si se limita mucho a los peques acaban asumiendo ésto como algo normal y cuando realmente se necesite limitar, no lo harán. Un claro ejemplo de limite para Carlos, sería " no vayas a esa discoteca porque venden éxtasis o no fumes porros". Es decir, poner limites a las cosas que realmente importan.
Por otro lado, nos habla del respeto. Se refiere a ésto como algo evidente, de la misma manera que hablamos con respeto y educación a un adulto, lo mismo debemos hacer con los peques.
Según el pediatra el respeto no se gana imponiendo o con el régimen del miedo, sino hablando bien, repitiendo mucho las cosas y dialogando. Si un niño recibe respeto, el dará respeto.
Hay que predicar con el ejemplo.
Muy acertadamente, nos puso un ejemplo: "si tardamos años en aprender a hacer una multiplicación a base de repeticiones y explicaciones, porqué pretendemos que nuestros peques nos obedezcan a la primera. Todo requiere su tiempo de aprendizaje".
También nos deleitó hablando del apego, una teoría muy seria en psicología, que no consiste únicamente en tener a nuestros niños todo el día en brazos. Hay que dejarlos hacer. El mejor aprendizaje es el juego, sin que el adulto intervenga.
Piensa que los castigos, los premios y la estimulación positiva no cambian la conducta y no funcionan en el aprendizaje de los pequeños. Sólo los premios inesperados pueden llevar a una conducta positiva, pero ello lleva a una manipulación del adulto al menor.
Por lo tanto, cuando el peque quiera atención, debemos dejar de hacer nuestras cosas y atenderlo a él, haciendo y mostrando interés por lo que hace. Si ha realizado un dibujo, se tiene una charla del dibujo con el peque, así el verá que estas interesado por lo que hace y de ésta manera reforzaremos su autoestima.
Para terminar, y a modo de resumen, basándonos en la charla del Dr. González (del cual somos muy afines), debemos:
Mantener la calma en todo momento. Alterarnos sólo llevará al desgaste y a ver las cosas de un modo pero de como son.
Establecer una buena comunicación con el niño, SIEMPRE.
Brindarle toda la atención y dedicación al peque.
Compartir actividades agradables con ellos
Ser admirado como modelo de conducta, porque los niños son nuestro reflejo.