Son ya muchas las voces que han alertado sobre la mala alimentación para niños es un peligro, porque esta es la causa de la obesidad infantil. Sin embargo, a juzgar por las encuestas, parece que, de momento, las advertencias han caído en saco roto. De hecho, España encabeza la lista de niños con sobrepeso de la Unión Europea. El 16% de la población infantil española es obesa, un dato alarmante sobre todo teniendo en cuenta que hace 15 años la cifra no alcanzaba el 5%.
Cambio en los hábitos
Uno de los motivos fundamentales que podrían explicar este fenómeno lo encontramos en los cambios de hábitos alimenticios que están experimentando nuestros niños. El Proyecto ETAPAS, elaborado por la Asociación Española de Pediatría (AEP) y Dodot, describe con bastante fidelidad cuáles han sido esos cambios: se trata de un estudio muy completo conducido por 100 pediatras sobre los hábitos de 1.000 familias españolas con niños de hasta 7 años.Aunque el informe contempla muchos aspectos (higiene, descanso, desarrollo evolutivo, seguridad), los datos referentes a nutrición son reveladores. A los 3 años se registra una enorme reducción del consumo de verdura y fruta: 3 raciones por semana, cuando lo recomendable son 2 de verdura y 2 de fruta cada día. Una de las causas que explican este drástico descenso la encontramos en que a esa edad la alimentación deja de estar tan pautada por el pediatra y recae en los padres y colegios.
También es llamativo el alto consumo de chucherías: entre los 2 y 3 años, un 54,9% de los niños comen golosinas como mínimo una vez a la semana y un 17%, tres veces o más a la semana. A partir de 3 años, la cifra aumenta al 68%. Cataluña y Madrid son las comunidades donde la población infantil consume menos estos productos
Problemas de salud
En ese mismo sentido, ya en 2004, el estudio enKid de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) advertía sobre los malos hábitos que se estaban instalando en la dieta diaria de los más jóvenes. Entre los más frecuentes destacan el ya mencionado descenso del consumo de frutas y verduras, la excesiva ingesta de calorías vacías y los desayunos insuficientes y desequilibrados.Una mala alimentación en edades tempranas provoca problemas de salud en el futuro tales como obesidad, diabetes, osteoporosis, arteriosclerosis, hipertensión, alergias y caries. Por eso es tan importante que los padres sean conscientes de la importancia que la dieta tiene en el correcto desarrollo y crecimiento de sus hijos.
Medidas institucionales
Ante la progresiva alarma, el Ministerio de Sanidad ha puesto en marcha la Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y prevención de la Obesidad (NAOS), destinada a todas las franjas de población, pero haciendo especial hincapié en los niños. Por ejemplo, está contemplado prohibir la instalación de máquinas expendedoras de comidas en lugares de fácil acceso para los menores (como ya se ha hecho en algunos lugares de Estados Unidos), así como reducir progresivamente las cantidades de grasas, sodios y sales de los alimentos.Pero no cabe duda que es en las familias y colegios donde recae la mayor parte de la responsabilidad. Para la SENC, la educación es clave en este sentido. Los colegios no sólo han de ofrecer menús equilibrados en sus comedores, sino que es necesario complementarlos con actividades que ayuden a los niños a saber comer bien.
Asimismo, los más pequeños han de participar en casa en aquellas tareas relacionadas con la alimentación: hacer la compra, cocinar o poner la mesa les sirve para que descubran el atractivo y valor los alimentos y los beneficios que les aportan.
En la práctica, es conveniente saber que en edades tempranas se recomienda una dieta rica en cereales (6 raciones diarias), verduras y legumbres (3), carnes, pescado, huevos, frutos secos y lácteos (2/3), frutas (2) y poca cantidad de azúcar y grasa, utilizando preferentemente aceite de oliva. También es muy importante repartir las calorías en cinco comidas ligeras, en vez de en tres abundantes. Para cualquier duda, acude a tu pediatra: él te dará las claves para que tus hijos crezcan sanos y fuertes con la alimentación que más les conviene.
Más información en: Proyecto Etapas; Asociación Española de Pediatría; Sociedad Española de Nutrición Comunitaria; Estrategia Naos; Dodot.
Agradecimientos: a Julian Lee/flickr